El gallinero político anda tremendamente alborotado por culpa del ATC. Esas misteriosas letras no son la abreviatura de “A Tomar por C…”, sino las de Almacén Temporal Centralizado. O sea, algo de lo más normalito ¿a quién le puede molestar un simple almacén, y menos siendo temporal?
Pero resulta que lo que ahora llaman ATC se refiere a lo que todos conocemos como un depósito de residuos radioactivos, más comúnmente llamado Cementerio Nuclear. Y eso ya son palabras mayores, oiga. Que aquí, quién más quién menos, ha llevado alguna vez en la solapa una chapita que decía “Nucleares, no. Gracias”.
Así que el panorama anda muy revuelto. El gobierno que no es partidario de las centrales nucleares ha decidido que hay que construir un ATC en algún sitio. Y el PP que sí es partidario de las centrales nucleares no quiere que a ninguno de sus alcaldes se le ocurra pedir el ATC para su pueblo.
Claro que muchos alcaldes se han dado cuenta que lo del ATC les puede suponer un pastón enorme, y tal como están las cosas, a nadie le amarga un dulce.
Y para complicarlo todo, los presidentes de las CC.AA. –lo que Joaquín Leguina ha llamado “los baroncitos de las regioncitas”- están todos de acuerdo en que en sus territorios ni hablar del ATC.
Por fin llega una prueba de la insostenibilidad de un modelo de Estado con 17 virreinatos y con un gobierno central que no quiere ni oír hablar de tomar decisiones desagradables. Todo el mundo está de acuerdo en que hay que construir un ATC, igual que tiene que haber cárceles, depuradoras, aeropuertos, o centros de atención a drogadictos. Pero, eso sí, que no los pongan nunca en mi barrio. En mi barrio sólo parques, centros de salud, escuelas, piscinas y centros cívicos.
A ver si esto del ATC nos abre los ojos, y nos damos cuenta de que o cambiamos este sistema… o nos iremos todos ATC.
Preguntas y reflexiones sobre la sociedad, su evolución, y las relaciones entre las personas.
............
viernes, 29 de enero de 2010
jueves, 28 de enero de 2010
Entre algodones
Siempre que puedo me gusta escuchar esos programas de radio en los que personas anónimas llaman y expresan sus quejas o sugerencias. Uno denuncia que en su calle hay tres farolas apagadas; otro protesta porque los bazares de chinos abren los domingos; aquél pide que se rebaje el sueldo de los concejales; y el de más allá propone que los autobuses sean gratis para todos. Cada cual expone lo que le preocupa, y el programa resulta un excelente barómetro para medir –aunque sea de manera aproximada- por dónde van las inquietudes de la población.
Ayer llamó un señor quejándose de que en el parque de su barrio las zonas de juegos infantiles no están acolchadas. No es la primera vez que oigo esa petición, y en efecto, son muchos los parques en los que se han colocado unas alfombras de goma alrededor de columpios y toboganes.
Me da la impresión de que esa actitud hiperprotectora de la infancia está en el origen de una adolescencia insatisfecha y frustrada, y de una juventud exigente, indolente, y a menudo antisocial.
Alfombrar los parques para que los niños no se hagan un rasguño al caer significa que no van a aprender que determinadas conductas pueden tener consecuencias negativas. Un niño que se cae y ve aparecer un poco de sangre en su rodilla aprenderá a correr con más cuidado, y estará mejor preparado para llevar una vida adulta responsable.
Pero parece que todos: padres, ayuntamientos y gobiernos estén muy interesados en fabricar adultos infantiles. A los gobiernos les viene muy bien, porque es más fácil engañar a niños que a adultos. Los padres, en cambio, están sembrando un negro futuro para ellos y para sus hijos.
Ayer llamó un señor quejándose de que en el parque de su barrio las zonas de juegos infantiles no están acolchadas. No es la primera vez que oigo esa petición, y en efecto, son muchos los parques en los que se han colocado unas alfombras de goma alrededor de columpios y toboganes.
Me da la impresión de que esa actitud hiperprotectora de la infancia está en el origen de una adolescencia insatisfecha y frustrada, y de una juventud exigente, indolente, y a menudo antisocial.
Alfombrar los parques para que los niños no se hagan un rasguño al caer significa que no van a aprender que determinadas conductas pueden tener consecuencias negativas. Un niño que se cae y ve aparecer un poco de sangre en su rodilla aprenderá a correr con más cuidado, y estará mejor preparado para llevar una vida adulta responsable.
Pero parece que todos: padres, ayuntamientos y gobiernos estén muy interesados en fabricar adultos infantiles. A los gobiernos les viene muy bien, porque es más fácil engañar a niños que a adultos. Los padres, en cambio, están sembrando un negro futuro para ellos y para sus hijos.
miércoles, 27 de enero de 2010
Querer es poder
Las personas percibimos el mundo que nos rodea –incluyendo a las demás personas- a través de nuestros sentidos. Después evaluamos esas percepciones en base a nuestros conocimientos, creencias y experiencias. Y por último nos comportamos ante cualquier situación según la evaluación que hayamos realizado.
Ahora bien: nuestros sentidos nos engañan continuamente, nuestros conocimientos son siempre incompletos, las creencias son a menudo infundadas, y las propias experiencias pueden estar sesgadas.
Dentro del apartado de las creencias, muchas de ellas se sustentan en sentencias populares muy extendidas, que hemos escuchado desde pequeños, y que pocas veces nos atrevemos a poner en cuestión.
Una de esas sentencias es la que afirma que querer es poder.
Pero ¿realmente es así? ¿basta con desear algo con mucha intensidad para conseguirlo? ¿cuando algo se nos resiste es simplemente porque no lo deseamos suficientemente? ¿O bien se trata de una afirmación errónea?
Ahora bien: nuestros sentidos nos engañan continuamente, nuestros conocimientos son siempre incompletos, las creencias son a menudo infundadas, y las propias experiencias pueden estar sesgadas.
Dentro del apartado de las creencias, muchas de ellas se sustentan en sentencias populares muy extendidas, que hemos escuchado desde pequeños, y que pocas veces nos atrevemos a poner en cuestión.
Una de esas sentencias es la que afirma que querer es poder.
Pero ¿realmente es así? ¿basta con desear algo con mucha intensidad para conseguirlo? ¿cuando algo se nos resiste es simplemente porque no lo deseamos suficientemente? ¿O bien se trata de una afirmación errónea?
martes, 26 de enero de 2010
El derecho a copiar
La universidad de Sevilla decidió que los alumnos a los que se les pillara copiando durante un examen tendrían derecho a continuar hasta el final con su examen.
Escuché en una entrevista las razones que daba el responsable de esa universidad. Venía a decir que era para salvaguardar los derechos de los alumnos porque si se les expulsaba de un examen sin más, podría ocurrir que un profesor “que tuviera manía” a un alumno lo expulsara sin motivo.
Naturalmente, la noticia ha dado lugar a todo tipo de críticas, y ayer la universidad de Sevilla decidió revocar esa decisión: se volverá a expulsar a los alumnos a los que se pille copiando durante un examen.
Parafraseando a un amigo: “ya no sé si estamos tontos o estamos tontos”. Resulta increíble el grado de memez que puede alcanzarse. Da mucho que pensar el hecho de que el Consejo de una universidad tome resoluciones como esa.
Pero da más que pensar el hecho de que, en España, copiar en un examen no esté mal visto. Se presume de lo “listo” que es uno cuando copia, y luego nos sorprendemos de que haya políticos, banqueros, empresarios, o trabajadores “listos” que se aprovechan fraudulentamente del sistema.
Me da envidia la mentalidad anglosajona respecto a esta cuestión. En Gran Bretaña o en EE.UU. es corriente que los propios alumnos denuncien a un compañero al que se le ocurriera copiar. Ellos consideran –desde mi punto de vista, con toda razón- que el tramposo que copia les está haciendo una competencia desleal a ellos, no al sistema.
En cambio aquí miraríamos con desprecio al “chivato”, y nos solidarizaríamos con el pobre tramposo.
Escuché en una entrevista las razones que daba el responsable de esa universidad. Venía a decir que era para salvaguardar los derechos de los alumnos porque si se les expulsaba de un examen sin más, podría ocurrir que un profesor “que tuviera manía” a un alumno lo expulsara sin motivo.
Naturalmente, la noticia ha dado lugar a todo tipo de críticas, y ayer la universidad de Sevilla decidió revocar esa decisión: se volverá a expulsar a los alumnos a los que se pille copiando durante un examen.
Parafraseando a un amigo: “ya no sé si estamos tontos o estamos tontos”. Resulta increíble el grado de memez que puede alcanzarse. Da mucho que pensar el hecho de que el Consejo de una universidad tome resoluciones como esa.
Pero da más que pensar el hecho de que, en España, copiar en un examen no esté mal visto. Se presume de lo “listo” que es uno cuando copia, y luego nos sorprendemos de que haya políticos, banqueros, empresarios, o trabajadores “listos” que se aprovechan fraudulentamente del sistema.
Me da envidia la mentalidad anglosajona respecto a esta cuestión. En Gran Bretaña o en EE.UU. es corriente que los propios alumnos denuncien a un compañero al que se le ocurriera copiar. Ellos consideran –desde mi punto de vista, con toda razón- que el tramposo que copia les está haciendo una competencia desleal a ellos, no al sistema.
En cambio aquí miraríamos con desprecio al “chivato”, y nos solidarizaríamos con el pobre tramposo.
lunes, 25 de enero de 2010
Incoherencias
El alcalde de Yebra, del PP, ha solicitado que se instale en su municipio un almacén de residuos nucleares. Inmediatamente, María Dolores de Cospedal anunció que desautorizaba al alcalde, y que le abriría un expediente por pedir semejante barbaridad.
En el PP deberían evitar las incoherencias si de verdad esperan sustituir al PSOE en el gobierno. Es cierto que a estas alturas, quién más quién menos, ya ha podido apreciar lo que Zapatero puede dar de sí. Pero si el PP sigue dando muestras de falta de coherencia, los electores tendremos que plantearnos qué es peor: un PSOE en elq ue todos marchan en la dirección que señala Zapatero –es decir: hacia ninguna parte-, o un PP en el que cada uno va en una dirección diferente.
En el PP deberían evitar las incoherencias si de verdad esperan sustituir al PSOE en el gobierno. Es cierto que a estas alturas, quién más quién menos, ya ha podido apreciar lo que Zapatero puede dar de sí. Pero si el PP sigue dando muestras de falta de coherencia, los electores tendremos que plantearnos qué es peor: un PSOE en elq ue todos marchan en la dirección que señala Zapatero –es decir: hacia ninguna parte-, o un PP en el que cada uno va en una dirección diferente.
viernes, 22 de enero de 2010
Soñar no cuesta nada
Hay discursos apasionantes, otros simplemente interesantes, otros absurdos, y otros aburridos.
¿A cuál de estas categorías pertenecería el discurso que produjo estos efectos en López Garrido, en el Parlamento Europeo?
¿Será que un presidente soñador ha contagiado el sueño a sus colaboradores?
¿A cuál de estas categorías pertenecería el discurso que produjo estos efectos en López Garrido, en el Parlamento Europeo?
¿Será que un presidente soñador ha contagiado el sueño a sus colaboradores?
jueves, 21 de enero de 2010
Del dicho al hecho
El ayuntamiento de Vic anda peleando con el Ministerio del Interior en relación con los inmigrantes.
El alcalde y concejales de Vic dicen que no van a empadronar a extranjeros que no tengan visado el pasaporte porque la Ley de Extranjería dice que es obligatorio tener visado para estar en España. Y parece lógico que si no se puede estar en España tampoco se pueda empadronar uno y recibir sanidad y educación gratuíta.
Pero el Ministerio del Interior dice que la Ley de Régimen Local obliga a los ayuntamientos a empadronar a cualquiera que resida en el municipio. Así que si un extranjero –por muy ilegalmente que esté en España- lo solicita, tienen que empadronarle.
Resulta chocante que se produzcan choques frontales entre distintas leyes dentro del mismo Estado. Pero lo que me parece más interesante es la total coincidencia de los concejales de CiU (tan católicos ellos), ERC (tan izquierdistas ellos), y PSOE (tan progres ellos). Sorprende tanta diferencia entre los discursos oficiales de los partidos (solidaridad, abiertos a todos, derechos humanos, bla, bla, bla) y lo que se hace en la práctica cuando hay que descender de las grandes declaraciones a la realidad cotidiana
El alcalde y concejales de Vic dicen que no van a empadronar a extranjeros que no tengan visado el pasaporte porque la Ley de Extranjería dice que es obligatorio tener visado para estar en España. Y parece lógico que si no se puede estar en España tampoco se pueda empadronar uno y recibir sanidad y educación gratuíta.
Pero el Ministerio del Interior dice que la Ley de Régimen Local obliga a los ayuntamientos a empadronar a cualquiera que resida en el municipio. Así que si un extranjero –por muy ilegalmente que esté en España- lo solicita, tienen que empadronarle.
Resulta chocante que se produzcan choques frontales entre distintas leyes dentro del mismo Estado. Pero lo que me parece más interesante es la total coincidencia de los concejales de CiU (tan católicos ellos), ERC (tan izquierdistas ellos), y PSOE (tan progres ellos). Sorprende tanta diferencia entre los discursos oficiales de los partidos (solidaridad, abiertos a todos, derechos humanos, bla, bla, bla) y lo que se hace en la práctica cuando hay que descender de las grandes declaraciones a la realidad cotidiana
miércoles, 20 de enero de 2010
In Memoriam
José María Aznar López llegó a la presidencia del gobierno en las elecciones generales de octubre de 1996, tras haber presidido Castilla-León.
En las elecciones de 2000 consiguió mayoría absoluta con 183 diputados. Tal como había anunciado, renunció a volver a presentarse como candidato en 2004.
En la noche electoral de 1996 sus militantes gritaban “Pujol, enano, habla castellano”, creyendo que iban a tener mayoría absoluta. No fue así, y Aznar tuvo que decir que “hablaba catalán en la intimidad”, así como prescindir de Alejo Vidal Quadras en Cataluña, para conseguir el apoyo de CiU.
Durante sus ocho años de gobierno el desempleo se redujo desde el 22% existente, hasta el 11%. También consiguió controlar las variables macroeconómicas para que España pudiera entrar a formar parte de la zona euro. Congeló los salarios de los funcionarios, y privatizó gran número de empresas públicas. Abolió el servicio militar obligatorio, y mantuvo una política antiterrorista firme, consiguiendo por fin la colaboración de Francia.
Pero ahí terminan prácticamente sus logros. Casi todo lo demás es muy negativo:
En 1998 se aprobó el llamado “medicamentazo”, que redujo el número de medicamentos pagados por la Seguridad Social. En 2001 aprobó el Plan Hidrológico Nacional. En 2002 se celebró la boda de su hija con grandes fastos en El Escorial. En 2002 se reunió con Georges Bush y Tony Blair en las Azores y apoyó decididamente la invasión de Irak por parte de EE.UU. y Gran Bretaña. En aquella época ponía los pies sobre la mesa de Bush, y hacía el ridículo hablando con acento tejano. También en 2002 aprobó la Ley Orgánica de Calidad de la Educación.
En marzo de 2004 Madrid sufrió múltiples atentados terroristas que su gobierno no había sabido evitar. Durante los tres días entre el 11 de marzo y el 14 –jornada electoral- no dijo con claridad que los autores del atentado habían sido integristas islámicos.
Durante sus ocho años de gobierno dejó de hacer muchas cosas, como abolir la ley del aborto. Tampoco abolió ninguna otra ley aprobada por el último gobierno de González. Su actitud podría calificarse de prepotente, soberbia, e incluso chulesca.
Desde 2004 no ocupa cargo público alguno. Para bien y para mal, su sitio está en la Historia.
Nota: Deseo que este post sirva para dejar constancia de que soy consciente de que existió un presidente de gobierno llamado José María Aznar López. Por lo demás –y salvo alguna esporádica incursión histórica- este blog –tal como su nombre sugiere- está orientado a observar el presente, y a tratar de vislumbrar el futuro. Eso explica que la figura de Aznar no aparezca a menudo, al igual que la Felipe González, Adolfo Suárez, Carrero Blanco o Manuel Godoy.
En las elecciones de 2000 consiguió mayoría absoluta con 183 diputados. Tal como había anunciado, renunció a volver a presentarse como candidato en 2004.
En la noche electoral de 1996 sus militantes gritaban “Pujol, enano, habla castellano”, creyendo que iban a tener mayoría absoluta. No fue así, y Aznar tuvo que decir que “hablaba catalán en la intimidad”, así como prescindir de Alejo Vidal Quadras en Cataluña, para conseguir el apoyo de CiU.
Durante sus ocho años de gobierno el desempleo se redujo desde el 22% existente, hasta el 11%. También consiguió controlar las variables macroeconómicas para que España pudiera entrar a formar parte de la zona euro. Congeló los salarios de los funcionarios, y privatizó gran número de empresas públicas. Abolió el servicio militar obligatorio, y mantuvo una política antiterrorista firme, consiguiendo por fin la colaboración de Francia.
Pero ahí terminan prácticamente sus logros. Casi todo lo demás es muy negativo:
En 1998 se aprobó el llamado “medicamentazo”, que redujo el número de medicamentos pagados por la Seguridad Social. En 2001 aprobó el Plan Hidrológico Nacional. En 2002 se celebró la boda de su hija con grandes fastos en El Escorial. En 2002 se reunió con Georges Bush y Tony Blair en las Azores y apoyó decididamente la invasión de Irak por parte de EE.UU. y Gran Bretaña. En aquella época ponía los pies sobre la mesa de Bush, y hacía el ridículo hablando con acento tejano. También en 2002 aprobó la Ley Orgánica de Calidad de la Educación.
En marzo de 2004 Madrid sufrió múltiples atentados terroristas que su gobierno no había sabido evitar. Durante los tres días entre el 11 de marzo y el 14 –jornada electoral- no dijo con claridad que los autores del atentado habían sido integristas islámicos.
Durante sus ocho años de gobierno dejó de hacer muchas cosas, como abolir la ley del aborto. Tampoco abolió ninguna otra ley aprobada por el último gobierno de González. Su actitud podría calificarse de prepotente, soberbia, e incluso chulesca.
Desde 2004 no ocupa cargo público alguno. Para bien y para mal, su sitio está en la Historia.
Nota: Deseo que este post sirva para dejar constancia de que soy consciente de que existió un presidente de gobierno llamado José María Aznar López. Por lo demás –y salvo alguna esporádica incursión histórica- este blog –tal como su nombre sugiere- está orientado a observar el presente, y a tratar de vislumbrar el futuro. Eso explica que la figura de Aznar no aparezca a menudo, al igual que la Felipe González, Adolfo Suárez, Carrero Blanco o Manuel Godoy.
martes, 19 de enero de 2010
Reformar la educación
El PP ha presentado su propuesta de reforma de la Educación en España. Se agradece que, además de darle caña al gobierno, también ofrezca alternativas.
Junto a cosas tan ambiguas como “mejorar la calidad de la enseñanza”, también propone medidas concretas: que no se pueda pasar de curso con más de dos asignaturas pendientes; acortar la enseñanza obligatoria un año; y ampliar el bachillerato y la formación profesional a tres años. También propone que todos los alumnos de cualquier parte de España tengan derecho efectivo a recibir enseñanza en castellano, y que los contenidos de la educación obligatoria sean los mismos en todas las CC.AA.
No sé qué responderá el PSOE a esta propuesta (doy por supuesto que los nacionalistas se opondrán frontalmente), pero me temo que lo de reducir la edad de la enseñanza obligatoria hasta los quince años no va a tener buena acogida.
¿Puede ser buena idea? ¿es mejor obligar a todos los alumnos a que asistan a clase –aun sin hacer nada? ¿o resultaría más acertado que puedan comenzar otros estudios o un trabajo a los quince años?
Claro que todo esto nos lleva a plantearnos otra cuestión: ¿a los quince años se es un niño con pelos en los genitales? ¿o se es un adulto con granos en la cara?
La Biología tiene una respuesta precisa: cualquier mamífero es considerado adulto cuando es capaz de reproducirse. Pero los humanos –especialmente los occidentales- hacemos montones de cosas que están muy reñidas con la Biología.
Me temo que en esta cuestión tan fundamental para nuestro futuro como sociedad los dos grandes partidos vuelvan a ser incapaces de ponerse de acuerdo. Pero si no lo hacen, unos y otros merecerían que les encorriéramos a gorrazos. Copiando a Pilar: “la educación lo es todo”.
Junto a cosas tan ambiguas como “mejorar la calidad de la enseñanza”, también propone medidas concretas: que no se pueda pasar de curso con más de dos asignaturas pendientes; acortar la enseñanza obligatoria un año; y ampliar el bachillerato y la formación profesional a tres años. También propone que todos los alumnos de cualquier parte de España tengan derecho efectivo a recibir enseñanza en castellano, y que los contenidos de la educación obligatoria sean los mismos en todas las CC.AA.
No sé qué responderá el PSOE a esta propuesta (doy por supuesto que los nacionalistas se opondrán frontalmente), pero me temo que lo de reducir la edad de la enseñanza obligatoria hasta los quince años no va a tener buena acogida.
¿Puede ser buena idea? ¿es mejor obligar a todos los alumnos a que asistan a clase –aun sin hacer nada? ¿o resultaría más acertado que puedan comenzar otros estudios o un trabajo a los quince años?
Claro que todo esto nos lleva a plantearnos otra cuestión: ¿a los quince años se es un niño con pelos en los genitales? ¿o se es un adulto con granos en la cara?
La Biología tiene una respuesta precisa: cualquier mamífero es considerado adulto cuando es capaz de reproducirse. Pero los humanos –especialmente los occidentales- hacemos montones de cosas que están muy reñidas con la Biología.
Me temo que en esta cuestión tan fundamental para nuestro futuro como sociedad los dos grandes partidos vuelvan a ser incapaces de ponerse de acuerdo. Pero si no lo hacen, unos y otros merecerían que les encorriéramos a gorrazos. Copiando a Pilar: “la educación lo es todo”.
lunes, 18 de enero de 2010
Conjunción planetaria
Tenía razón Leyre Pajín: se produce la famosa conjunción planetaria con el encuentro entre los dos grandes líderes mundiales: el de EE.UU. y el de Europa.
Lo que no podíamos imaginar –y tampoco Leyre Pajín- era que ese encuentro se iba a producir en torno a una mesa surtida con café con leche y zumos, que en vez de conversaciones habría oraciones, y que el símbolo que iba a presidir el acto no sería la estatua de la Libertad, sino un crucifijo.
Yo creo que el presidente hace muy bien en asistir a ese acto. Forma parte de su trabajo relacionarse con los dirigentes mundiales más importantes. Sin embargo, en España se ha levantado cierto revuelo, y no faltan las opiniones cargadas de coña marinera. ¿Por qué? ¿qué tiene de particular que un presidente de gobierno asista a un acto de tinte religioso?
Pues no debería tener nada de particular. Pero ocurre que ese mismo presidente de gobierno lleva varios años alentando todo tipo de manifestaciones anti-religiosas (mejor dicho: anticristianas, porque no se le conoce el menor comentario anti-islámico). Desde su partido se han tomado y apoyado toda clase de iniciativas en ese sentido. Desde sustituir los belenes navideños por figuritas de Pluto y Micky, hasta eliminar los crucifijos de los edificios públicos. Una sucesión incesante de gestos destinados a meter el dedo en el ojo a los católicos; una actitud destinada a ganarse la simpatía de los sectores más radicales de la izquierda, pero que poco contribuye a la normal convivencia entre todos. De esa contradicción surge el asombro ante este desayuno.
Quién sabe: quizá –si continúa el desprestigio y la caída de expectativas electorales- veamos a nuestro presidente en peregrinación a Lourdes: “Virgencita, virgencita, que me quede como estoy”.
viernes, 15 de enero de 2010
El olvido
El desastre del terremoto de Haití nos ha dejado a todos sobrecogidos.
Uno de los países más pobres de la Tierra padece desde siempre toda clase de desgracias. Desde las catástrofes naturales hasta las atrocidades algunos de sus gobernates. El abismo que separa a esa pobre gente de nuestro mundo occidental es terrorífico.
Haití es el paraíso de la precariedad, mientras nosotros tratamos de rodearnos de la máxima seguridad. Allí el reto individual es sobrevivir cada día, aquí el reto es conseguir algún chollo.
Durante quince o veinte días estaremos pendientes de Haití. Después… volveremos a olvidarnos de ellos, demasiado ocupados con las rebajas, la copa del Rey, la prohibición de fumar, o el estatuto de Cataluña.
Se nos llena la boca de hablar de solidaridad, de defensa de los pobres, de derechos humanos, de igualdad, bla, bla, bla…
Pero dentro de un mes nos habremos vuelto a olvidar de los haitianos. Como mucho, su mención nos evocará el vudú, y algunos correrán a clavar alfileres en una foto de Rajoy, y otros en una de Zapatero.
Creo que soy realista, que tengo los pies en la tierra, que acepto las realidades del mundo, y las flaquezas de los seres humanos. Pero aún así, ante cosa como lo de Haití, sólo me queda amargura.
Hasta que se me olvide.
Uno de los países más pobres de la Tierra padece desde siempre toda clase de desgracias. Desde las catástrofes naturales hasta las atrocidades algunos de sus gobernates. El abismo que separa a esa pobre gente de nuestro mundo occidental es terrorífico.
Haití es el paraíso de la precariedad, mientras nosotros tratamos de rodearnos de la máxima seguridad. Allí el reto individual es sobrevivir cada día, aquí el reto es conseguir algún chollo.
Durante quince o veinte días estaremos pendientes de Haití. Después… volveremos a olvidarnos de ellos, demasiado ocupados con las rebajas, la copa del Rey, la prohibición de fumar, o el estatuto de Cataluña.
Se nos llena la boca de hablar de solidaridad, de defensa de los pobres, de derechos humanos, de igualdad, bla, bla, bla…
Pero dentro de un mes nos habremos vuelto a olvidar de los haitianos. Como mucho, su mención nos evocará el vudú, y algunos correrán a clavar alfileres en una foto de Rajoy, y otros en una de Zapatero.
Creo que soy realista, que tengo los pies en la tierra, que acepto las realidades del mundo, y las flaquezas de los seres humanos. Pero aún así, ante cosa como lo de Haití, sólo me queda amargura.
Hasta que se me olvide.
jueves, 14 de enero de 2010
Zapatero triunfa en Europa
Aún no han pasado dos semanas desde que España asumió la presidencia rotatoria de la UE, y ya la mayor parte de la prensa europea está desenmascarando la charlotada de un presidente al que más bien parece que le falta un hervor.
The Economist, The Financial Times, Frankfurter Allgemeine Zeitung, Le Figaro, y muchos otros ya han publicado diversos artículos muy críticos con nuestro presidente. The Economist le dice “para que Europa siga sus consejos hará falta que usted diga algo creíble”, y ameniza sus páginas con una viñeta en la que se ve a Zapatero vestido de flamenco invitando a bailar a una Europa que le mira con gesto desconfiado.
Era de esperar. La prensa europea también tiene distintas orientaciones ideológicas, pero no llegan al grado de sectarismo de la española. Cada periódico tiende a presentar lo mejor posible a los políticos de su cuerda, pero sin llegar nunca a comulgar con ruedas de molino. En cambio, en España, cada medio defiende lo indefendible, con tal de no perjudicar a sus protegidos.
No espero que Zapatero aprenda nada de la lección que le está llegando de Europa. Me conformaría con que los periodistas españoles aprendieran que el grado de manipulación a que han llegado no es homologable con una sociedad democrática avanzada.
The Economist, The Financial Times, Frankfurter Allgemeine Zeitung, Le Figaro, y muchos otros ya han publicado diversos artículos muy críticos con nuestro presidente. The Economist le dice “para que Europa siga sus consejos hará falta que usted diga algo creíble”, y ameniza sus páginas con una viñeta en la que se ve a Zapatero vestido de flamenco invitando a bailar a una Europa que le mira con gesto desconfiado.
Era de esperar. La prensa europea también tiene distintas orientaciones ideológicas, pero no llegan al grado de sectarismo de la española. Cada periódico tiende a presentar lo mejor posible a los políticos de su cuerda, pero sin llegar nunca a comulgar con ruedas de molino. En cambio, en España, cada medio defiende lo indefendible, con tal de no perjudicar a sus protegidos.
No espero que Zapatero aprenda nada de la lección que le está llegando de Europa. Me conformaría con que los periodistas españoles aprendieran que el grado de manipulación a que han llegado no es homologable con una sociedad democrática avanzada.
miércoles, 13 de enero de 2010
Aterriza como puedas
El ministro de Fomento ha comparecido en el Congreso criticando duramente a los controladores aéreos. Desde hace semanas vienen produciéndose problemas en los aeropuertos, y resulta muy sospechosa la masiva ausencia del trabajo de los controladores, por baja médica.
Pepe Blanco ha anunciado que en los aeropuertos pequeños no habrá controladores, y ha enfatizado que el promedio del sueldo anual de estos profesionales es de 334.000 euros (¡55 millones de pesetas!). Además, ha explicado que AENA no puede permitirse ese coste.
Es cierto que los controladores tienen un trabajo de alta responsabilidad, y es cierto que está muy bien pagado. También es cierto que no es presentable que se sirvan de su privilegio para dejar a cientos o miles de personas en tierra.
Pero de eso ha hablado poco el ministro. Con la habilidad que le caracteriza ha subrayado lo de los 334.000 euros. Una manera infalible de ganarse a la opinión pública: ¡Qué barbaridad! ¡es indecente! ¡una vergüenza! ¡con tanto paro como hay! ¡al paredón los controladores!
A mí, en cambio, no me parece mal que haya personas que ganen mucho dinero, siempre y cuando su trabajo lo valga. Por ejemplo, me gustaría que el presidente del gobierno ganara cuatro veces más –y que su trabajo valiera cuatro veces más-.
AENA soporta unos costes excesivos, de acuerdo. Pero ¿no tienen nada que ver con esos costes el hecho de que haya aeropuertos ruinosos? El de Huesca, por ejemplo, mueve 3.900 viajeros al año ¡11 al día! ¿Por qué no nos cuenta el señor Iglesias cuanto nos cuesta a todos mantener ese aeropuerto? ¿Es razonable construir un aeropuerto en cada comarca?
Lo cierto es que el Estado de las Autonomías que hemos construido supone un absoluto derroche y un atentado contra la eficiencia. Pero nadie va a reconocer eso. Es más rentable buscar un chivo expiatorio: en este caso los controladores aéreos.
No sé si sobran o faltan controladores aéreos. Pero estoy seguro de que sería bueno que todos ejerciéramos más de controladores políticos.
Pepe Blanco ha anunciado que en los aeropuertos pequeños no habrá controladores, y ha enfatizado que el promedio del sueldo anual de estos profesionales es de 334.000 euros (¡55 millones de pesetas!). Además, ha explicado que AENA no puede permitirse ese coste.
Es cierto que los controladores tienen un trabajo de alta responsabilidad, y es cierto que está muy bien pagado. También es cierto que no es presentable que se sirvan de su privilegio para dejar a cientos o miles de personas en tierra.
Pero de eso ha hablado poco el ministro. Con la habilidad que le caracteriza ha subrayado lo de los 334.000 euros. Una manera infalible de ganarse a la opinión pública: ¡Qué barbaridad! ¡es indecente! ¡una vergüenza! ¡con tanto paro como hay! ¡al paredón los controladores!
A mí, en cambio, no me parece mal que haya personas que ganen mucho dinero, siempre y cuando su trabajo lo valga. Por ejemplo, me gustaría que el presidente del gobierno ganara cuatro veces más –y que su trabajo valiera cuatro veces más-.
AENA soporta unos costes excesivos, de acuerdo. Pero ¿no tienen nada que ver con esos costes el hecho de que haya aeropuertos ruinosos? El de Huesca, por ejemplo, mueve 3.900 viajeros al año ¡11 al día! ¿Por qué no nos cuenta el señor Iglesias cuanto nos cuesta a todos mantener ese aeropuerto? ¿Es razonable construir un aeropuerto en cada comarca?
Lo cierto es que el Estado de las Autonomías que hemos construido supone un absoluto derroche y un atentado contra la eficiencia. Pero nadie va a reconocer eso. Es más rentable buscar un chivo expiatorio: en este caso los controladores aéreos.
No sé si sobran o faltan controladores aéreos. Pero estoy seguro de que sería bueno que todos ejerciéramos más de controladores políticos.
martes, 12 de enero de 2010
Democracia caudillista
Hugo Chávez ha anunciado una drástica devaluación del bolivar. La moneda ha perdido ya un 86% de su valor desde que el presidente llegó al poder en Venezuela.
Como siempre que se produce una devaluación, a continuación tiene lugar un fuerte impulso alcista de los precios, y más aún de aquellos que provienen de la importación. Pero Chávez ya ha avisado que el ejército detendrá a los comerciantes que suban los precios.
Venezuela es un país que produce grandes cantidades de petróleo, pero que se mantiene en un nivel de desarrollo bajo, mientras la distribución de la riqueza es terriblemente desigual. Las tasas de delincuencia son muy altas, y los conflictos con países vecinos casi mensuales.
Hugo Chávez ejerce un poder muy personal, definido por su declarada admiración a Fidel Castro, su odio a los EE.UU., y altas dosis de populismo. Pocos países desarrollados le consideran un dirigente democráticamente homologable. No podemos olvidar que, en 1992, este personaje dio un golpe de estado, que fracasó. Sus principales amigos son gobernantes de países africanos, en Irán, de Ecuador, de Cuba, y José Luis Rodríguez Zapatero.
Pero a pesar de que todo parece indicar que conduce a Venezuela directamente hacia el abismo, lo cierto es que fue elegido democráticamente. Erigiéndose en el defensor de “los pobres”, consiguió suficientes votos para llegar al poder, aunque es posible que el balance de su mandato consista en convertir a Venezuela en un país en el que todos sean pobres.
El caso de Venezuela podría servirnos para reflexionar sobre el hecho de que una verdadera democracia es mucho más que cumplir el trámite de votar cada cuatro años. Si no se dan otros requisitos, aparecen otros sistemas que más bien son democracias caudillistas.
Como siempre que se produce una devaluación, a continuación tiene lugar un fuerte impulso alcista de los precios, y más aún de aquellos que provienen de la importación. Pero Chávez ya ha avisado que el ejército detendrá a los comerciantes que suban los precios.
Venezuela es un país que produce grandes cantidades de petróleo, pero que se mantiene en un nivel de desarrollo bajo, mientras la distribución de la riqueza es terriblemente desigual. Las tasas de delincuencia son muy altas, y los conflictos con países vecinos casi mensuales.
Hugo Chávez ejerce un poder muy personal, definido por su declarada admiración a Fidel Castro, su odio a los EE.UU., y altas dosis de populismo. Pocos países desarrollados le consideran un dirigente democráticamente homologable. No podemos olvidar que, en 1992, este personaje dio un golpe de estado, que fracasó. Sus principales amigos son gobernantes de países africanos, en Irán, de Ecuador, de Cuba, y José Luis Rodríguez Zapatero.
Pero a pesar de que todo parece indicar que conduce a Venezuela directamente hacia el abismo, lo cierto es que fue elegido democráticamente. Erigiéndose en el defensor de “los pobres”, consiguió suficientes votos para llegar al poder, aunque es posible que el balance de su mandato consista en convertir a Venezuela en un país en el que todos sean pobres.
El caso de Venezuela podría servirnos para reflexionar sobre el hecho de que una verdadera democracia es mucho más que cumplir el trámite de votar cada cuatro años. Si no se dan otros requisitos, aparecen otros sistemas que más bien son democracias caudillistas.
lunes, 11 de enero de 2010
El otro "proceso de paz"
"Cuando vayan a un zulo se encontrarán con las Fuerzas de Seguridad y cuando vayan por la carretera las Fuerzas de Seguridad estarán esperándoles. Y así hasta que esto termine".
Estas han sido las declaraciones del Ministro del Interior, tras las detenciones de etarras del fin de semana. Exactamente las mismas palabras que repitió cien veces Mayor Oreja, cuando ocupo el mismo cargo.
Esto no debería ser noticia, ya que parece que es lo que se espera oír de un Ministro del Interior. Pero no era lo que decía su antecesor, José Antonio Alonso, ni mucho menos lo que estuvo diciendo el jefe de ambos mientras alucinaba con un espejismo al que él llamaba "proceso de paz".
Hay que felicitar a Rubalcaba por cumplir con su trabajo, e incluso a su jefe por haber dado un giro de 180 grados en su política sobre el terrorismo.
Si no vuelven a las andadas; si perseveran en esta línea; si se mantienen en transmitir esa sencilla idea de que una y mil veces, o uno y mil años, el gobierno se va a dedicar a fondo a perseguir, detener, juzgar y encarcelar a los delincuentes, llegará sin la menor duda el momento en que ETA tire la toalla.
Es cuestión de paciencia, de constancia, y de apretar los dientes ante cada salvajada de los fanáticos asesinos. Ese es el único "proceso" que de verdad conducirá a la paz.
Que conste en acta: no me cuesta felicitar al gobierno cuando lo hace bien.
Estas han sido las declaraciones del Ministro del Interior, tras las detenciones de etarras del fin de semana. Exactamente las mismas palabras que repitió cien veces Mayor Oreja, cuando ocupo el mismo cargo.
Esto no debería ser noticia, ya que parece que es lo que se espera oír de un Ministro del Interior. Pero no era lo que decía su antecesor, José Antonio Alonso, ni mucho menos lo que estuvo diciendo el jefe de ambos mientras alucinaba con un espejismo al que él llamaba "proceso de paz".
Hay que felicitar a Rubalcaba por cumplir con su trabajo, e incluso a su jefe por haber dado un giro de 180 grados en su política sobre el terrorismo.
Si no vuelven a las andadas; si perseveran en esta línea; si se mantienen en transmitir esa sencilla idea de que una y mil veces, o uno y mil años, el gobierno se va a dedicar a fondo a perseguir, detener, juzgar y encarcelar a los delincuentes, llegará sin la menor duda el momento en que ETA tire la toalla.
Es cuestión de paciencia, de constancia, y de apretar los dientes ante cada salvajada de los fanáticos asesinos. Ese es el único "proceso" que de verdad conducirá a la paz.
Que conste en acta: no me cuesta felicitar al gobierno cuando lo hace bien.
viernes, 8 de enero de 2010
El cuaderno en blanco
Escuché esta metáfora de boca de Luis del Val, ese sagaz dibujante de las palabras. Y me pareció muy acertada, porque es así como nos situamos frente a cada primero de enero. Con una mezcla de emociones e ilusiones, como nos ocurría cuando éramos escolares ante un cuaderno nuevo, a principios de curso.
Ese cuaderno virgen nos ofrecía todas las posibilidades, y nos hacíamos el propósito de cuidarlo –esta vez, sí-, de no arrugarlo ni emborronarlo; de escribir siempre con buena letra, de respetar los márgenes, de no rasgar las páginas.
Después… la realidad solía ser otra. Las prisas, la pereza, el descuido, y la desgana iban haciendo que ese flamante cuaderno nuevo se fuera convirtiendo en otro cuaderno arrugado, con hojas sueltas, y escrito con caligrafía desigual.
Quizá por eso nos gusta tanto cambiar de año: porque nos permite arrinconar un viejo cuaderno del que no nos sentimos nada orgullosos, y nos proporciona la ilusión –aunque breve- de que esta vez será diferente.
De esta forma mantenemos una actitud tan infantil como la de rechazar la realidad para perseguir una quimera.
Ese cuaderno virgen nos ofrecía todas las posibilidades, y nos hacíamos el propósito de cuidarlo –esta vez, sí-, de no arrugarlo ni emborronarlo; de escribir siempre con buena letra, de respetar los márgenes, de no rasgar las páginas.
Después… la realidad solía ser otra. Las prisas, la pereza, el descuido, y la desgana iban haciendo que ese flamante cuaderno nuevo se fuera convirtiendo en otro cuaderno arrugado, con hojas sueltas, y escrito con caligrafía desigual.
Quizá por eso nos gusta tanto cambiar de año: porque nos permite arrinconar un viejo cuaderno del que no nos sentimos nada orgullosos, y nos proporciona la ilusión –aunque breve- de que esta vez será diferente.
De esta forma mantenemos una actitud tan infantil como la de rechazar la realidad para perseguir una quimera.
martes, 5 de enero de 2010
Bienvenido Mr Bean
Estábamos todos muy contentos porque por fin se había producido la gran conjunción planetaria, y a España le tocaba el turno de presidir la UE durante seis meses. Y más contentos aún porque el gobierno español ha anunciado que nuestro presidente “dirigirá” la UE, y que hará que Europa salga de la crisis económica.
Era apoteósico el entusiasmo que se detectaba en Amsterdam, en París, en Roma, y en Berlín. Ciudadanos de toda Europa saliendo a la calle con banderitas españolas, entusiasmados ante la magnífica oportunidad para que José Luis Rodríguez Zapatero tomara el timón de esa gran nave, y nos sacara a todos del atolladero en el que andamos metidos.
Y entonces llega un hacker y coloca en la web oficial de La Moncloa una foto de Mr. Bean en el lugar que debía ocupar nuestro insigne presidente. Un gravísimo atentado; un horroroso crimen; una inaudita osadía. Millones de europeos corean ya la frase: “Bienvenido Mr. Bean”.
Y, además, a precio de oro: doce millones de euros cuesta el mantenimiento y la seguridad de la dichosa página. Doce millones que no han bastado para evitar tamaño desacato.
Probablemente en La Moncloa estarán encantados, ya que gracias a la intrusión la web ha tenido cien veces más visitas de las que hubiera tenido normalmente. Pero yo estoy desolado por las terribles consecuencias que puede tener ese acto de insuperable sadismo: Me aterra pensar en la indemnización que puede pedir el actor Rowan Atkinson –protagonista de Mr. Bean- al Estado español por los perjuicios sufridos con este rastrero ataque a su buena imagen.
Era apoteósico el entusiasmo que se detectaba en Amsterdam, en París, en Roma, y en Berlín. Ciudadanos de toda Europa saliendo a la calle con banderitas españolas, entusiasmados ante la magnífica oportunidad para que José Luis Rodríguez Zapatero tomara el timón de esa gran nave, y nos sacara a todos del atolladero en el que andamos metidos.
Y entonces llega un hacker y coloca en la web oficial de La Moncloa una foto de Mr. Bean en el lugar que debía ocupar nuestro insigne presidente. Un gravísimo atentado; un horroroso crimen; una inaudita osadía. Millones de europeos corean ya la frase: “Bienvenido Mr. Bean”.
Y, además, a precio de oro: doce millones de euros cuesta el mantenimiento y la seguridad de la dichosa página. Doce millones que no han bastado para evitar tamaño desacato.
Probablemente en La Moncloa estarán encantados, ya que gracias a la intrusión la web ha tenido cien veces más visitas de las que hubiera tenido normalmente. Pero yo estoy desolado por las terribles consecuencias que puede tener ese acto de insuperable sadismo: Me aterra pensar en la indemnización que puede pedir el actor Rowan Atkinson –protagonista de Mr. Bean- al Estado español por los perjuicios sufridos con este rastrero ataque a su buena imagen.
lunes, 4 de enero de 2010
El regalo
La noche estaba fría, y una constante llovizna regaba el valle por tercer día consecutivo. El río se despeñaba con estruendo hacia el sur, recogiendo a su paso mil torrentes que surgían del bosque.
Durante la cena la lluvia se vistió de blanco, y fue tejiendo una alfombra inmaculada sobre el valle. Al sonar las doce campanadas la alfombra ya tenía diez centímetros de espesor.
Las dos de la madrugada. Dos kilómetros hasta el pueblo sobre ese suelo suave que nos daba la bienvenida con un leve crujido en cada pisada. A la derecha el bosque trepando hacia las cumbres. A la izquierda el río, ahora casi dormido, y en lo alto el fuerte de Col de Ladrones guardando el camino hacia el ibón de Ip.
La nieve caía sobre los paraguas, y algún copo travieso se las ingeniaba para pasar por debajo hasta derretirse sobre mi nariz. Silencio casi total. Sólo el agua del río se atrevía a hablar, pero el agua de un río de montaña forma parte del silencio.
Una copa en el Villa Anayet. Otra que invita la casa. Feliz Año Nuevo. Y otro paseo hasta el apartamento. Despacio. Bajo la nevada, ahora más débil. La imponente estación nos hace un guiño de complicidad. Ella sabe que nunca tendrá tantos viajeros como la de Delicias, o la de Chamartín. Pero también sabe que es infinitamente más elegante. Y sabe muy bien que su amiga, la nieve, puede hacer el mejor regalo de Año Nuevo.
Durante la cena la lluvia se vistió de blanco, y fue tejiendo una alfombra inmaculada sobre el valle. Al sonar las doce campanadas la alfombra ya tenía diez centímetros de espesor.
Las dos de la madrugada. Dos kilómetros hasta el pueblo sobre ese suelo suave que nos daba la bienvenida con un leve crujido en cada pisada. A la derecha el bosque trepando hacia las cumbres. A la izquierda el río, ahora casi dormido, y en lo alto el fuerte de Col de Ladrones guardando el camino hacia el ibón de Ip.
La nieve caía sobre los paraguas, y algún copo travieso se las ingeniaba para pasar por debajo hasta derretirse sobre mi nariz. Silencio casi total. Sólo el agua del río se atrevía a hablar, pero el agua de un río de montaña forma parte del silencio.
Una copa en el Villa Anayet. Otra que invita la casa. Feliz Año Nuevo. Y otro paseo hasta el apartamento. Despacio. Bajo la nevada, ahora más débil. La imponente estación nos hace un guiño de complicidad. Ella sabe que nunca tendrá tantos viajeros como la de Delicias, o la de Chamartín. Pero también sabe que es infinitamente más elegante. Y sabe muy bien que su amiga, la nieve, puede hacer el mejor regalo de Año Nuevo.
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