Asesinar a Obama

El servicio secreto estadounidense ha iniciado una investigación sobre un sondeo en la red social de Internet, Facebook, en el que se preguntaba si se debería asesinar a Barack Obama, informó hoy la cadena de televisión CNN.

La sociología tiene un reto pendiente: el de investigar las variables que operan en este nuevo medio que es internet. En el fondo no hay nada nuevo, ya que los impulsos y motivaciones son los que siempre han empujado a los seres humanos. Pero el relativo anonimato que permite, la velocidad de contacto, y la capacidad de acceder a millones de webs de todo el mundo supone un cambio revolucionario.

Siempre ha habido fanáticos dispuestos al magnicidio. Siempre ha habido pedófilos, violadores, estafadores, mentirosos, bromistas y gamberros. Internet no es sino un escenario planetario en el que todo el mundo puede ejercer sus filias y sus fobias, Pero aún no sabemos el alcance que puede llegar a tener esta nueva herramienta. ¿Dispone la sociedad de medios para manejar el uso malicioso o delictivo de internet?
Alfred Nobel inventó la dinamita, y otros la emplearon para destruir a sus enemigos. Marie Curie no podía imaginar que sus experimentos con la pechblenda terminarían arrasando Hiroshima y Nagasaki. Seguramente, ni Vinton Cerf, ni Larry Roberts, ni Tim Bernes-Lee imaginaron nunca que al desarrollar internet estaban abriendo el camino para que unos desquiciados organizaran una encuesta sobre la conveniencia de asesinar al presidente de EE.UU

Dos Hermanas y una falla

El domingo el PP celebró un acto multitudinario en Dos Hermanas, Sevilla. Resultó un éxito de participación ciudadana en el corazón del gran feudo socialista –Andalucía- y además en el núcleo de las esencias felipistas –Dos Hermanas-. La gran afluencia de ciudadanos refleja el hartazgo de parte de la población ante un gobierno débil, que prefiere negar los problemas antes que afrontarlos.


Pero al mismo tiempo algo huele a quemado en el PP de Valencia. Si el asunto de los trajes podía ser una anécdota de escasa relevancia, las grabaciones policiales que ahora se han conocido parecen indicar irregularidades de mucho mayor calado. El PP debería también tener valor para afrontar los problemas. No los de España –que eso le toca al gobierno- sino sus propios problemas internos.

El progresismo ha conseguido extender la noción de que el PP encarna a los viejos fantasmas de España: la Iglesia, los ricos, los caciques, los herederos del franquismo, los fachas. Y sin duda parte de los restos de aquellos fantasmas se acomodan en el seno del PP, aunque sólo supongan una muy escasa minoría. Es por ese motivo que al PP no se le perdona ni una. Se le dio una gran oportunidad en 1996 y en 2000, que Aznar echó a perder al casarse con Bush.

El PSOE, en cambio, ha conseguido atribuirse las mejores cualidades: la solidaridad, la tolerancia, el diálogo, el pacifismo, y la igualdad. No importa que sea mentira que en el PP se esconden los demonios del infierno y que el PSOE tenga más santos que el calendario. “Cría buena fama y échate a dormir”. Es la percepción dominante hoy en día. Y por eso el PP sólo podrá sustituir al PSOE en el gobierno si aparece absolutamente limpio. La sociedad perdonó a Felipe una marea de corrupción durante seis años, pero no parece dispuesta a permitirle al PP ni la menor mancha –como debería hacerse siempre-.

Si el PP no ataja con energía cualquier asomo de corrupción en su seno, actos como el de Dos Hermanas se convertirán en humo en la falla de Valencia.

La foto de las Menores

De la etapa Aznar nos quedó una foto grabada en la memoria: la foto de las Azores, que más allá de la imagen representó una alianza, un apoyo a una determinada política y a una invasión militar.
Probablemente de la etapa actual nos quede otr foto: la foto de las Menores, que no tendrá la menor relevancia en la política internacional, y tampoco mucha en la nacional.
¿Es un episodio irrelevante? ¿una anécdota? Es posible.
Pero aparte de la ausencia injustificada de las clases; o de la posterior censura de la foto. Y más allá de la impresión que nos pueda provocar a cada uno la estética de la foto, a mí me parece que esa imagen es toda una radiografía mental, todo un tratado de cómo piensa el padre de las niñas en materia de educación.
Porque esas niñas no se vistieron así por imposición de sus padres. Es el estilo de vida, de estética y de pensamiento que ellas han adoptado libremente –cosa a la que tienen todo el derecho del mundo-. No veo el menor motivo para criticar a esas adolescentes.
Pero esas adolescentes salieron de una habitación vestidas así, y no hubo ni un padre ni una madre que les dijeran que esa no era la ropa adecuada para la ocasión, A esa edad las niñas ya deberían haber aprendido que no siempre se puede vestir a gusto de uno, igual que el más punky de los punkys se viste de otra manera si tiene que asistir a la ceremonia de una boda.
Pero estas pobres niñas no tienen ni un padre ni una madre que les enseñen esas cosas. Tienen un padre y una madre que les han alentado a que hagan lo que les apetezca, a vestir como les dé la gana, independientemente de la ocasión. Un padre y una madre que no tienen el coraje que hay que tener para poner límites a sus hijos, y para enseñarles a adaptarse a diferentes contextos y situaciones.
A mí me parece lamentable, y lo siento sinceramente por ellas.
Si la foto de las Azores nos evoca un determinado estilo en política internacional, la foto de las Menores ilustra un determinado estilo educacional. El resultado de la primera foto fueron decenas de miles de muertos. ¿Podemos imaginar cuál será el resultado de la segunda?

La frase

"El diálogo de civilizaciones ha de ser la lengua materna de la ONU".
(José Luis Rodríguez Zapatero).

Vale, maestro.
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¡Qué raritos son los suizos!

Ayer exponía Pilar, desde Suiza, un comentario del que recomiendo su lectura. Desde el punto de vista de la psicología social me parece un texto de lo más esclarecedor, ya que nos permite contemplar una mentalidad social completamente diferente de la nuestra:

Si no te necesitan...adiós. Si tu no estas contento...te vas.
Parece lógico ¿Por qué la empresa tiene que indemnizar al trabajador si lo despide y el trabajador no tiene que indemnizar a la empresa si la deja colgada?

Creo que la mentalidad de la gente ya es que no quieren subsidios, ni ayudas "especiales"
Aquí sí.

puesto que si es un porcentaje del salario...pues ya pagan mas los que mas ganan
Aquí se espera que los que más ganan paguen aún más.

Claro que votamos mucho... Pero eso te obliga a informarte, y a valorar los pro- y los contras.
Aquí no necesitamos informarnos. Nos basta con saber que Fulanito nos cae bien o que Menganito nos cae mal.

un empleado intenta que le paguen su trabajo lo mejor posible, pero no dice es que este patrón me esta explotando
Aquí todos los empresarios explotan a todos los trabajadores.

mi hijo pequeño dijo que claro que iba a votar porque pagáramos todos el mismo porcentaje... que el no pensaba ser "pobre" toda su vida.
Este comentario me ha parecido especialmente revelador. El hijo de Pilar asume que su estado actual de “pobre” es accesorio a su persona, y está dispuesto a hacer lo que pueda para dejar de ser “pobre”. Aquí el que se considera “pobre” lo ve como algo inherente a su persona (como si hubiera nacido cojo o sordo). Asume que siempre será “pobre”, y la única manera de dejar de serlo que se le ocurre es que le toque la lotería (España es el país del mundo en el que más dinero se gasta en loterías).

cuando se habla de plafonar los "bonus" a los presidentes de los bancos..o de la Nestle...si se votara saldría un NO rotundo...si no se les paga...se irán a otro pais, y si la gente "capacitada" se va...seria una catástrofe.
Aquí nadie piensa que los que ganan mucho dinero sean “competentes”. Son unos chorizos. Aquí creemos que todos valemos lo mismo. Todos somos iguales. Por eso nos parece tan injusto que unos ganen más que otros. Y si se van “los ricos” ¡buen viaje!

Esa es la manera en que pensamos los españoles. Con todas las excepciones que se quiera. Pero esa es la tónica dominante en la mentalidad colectiva.

El impuestazo

El gobierno ha anunciado que va a subir los impuestos. Es la primera vez que este gobierno idílico se ve obligado a dar una mala noticia. Pero inmediatamente todos los ministros se han armado de grandes latas de vaselina, y se han aplicado a la tarea de meternos el impuestazo sin que se note.
El concepto talismán es “gasto social”. La ministra Salgado ha declarado que “los impuestos van a beneficiar a los trabajadores porque servirán para pagar los gastos de desempleo”. El ministro Blanco, por su parte, ha afirmado: “Hay que subir los impuestos para pagar las pensiones de las viudas”. Y el presidente repite incansable que hay que subir los impuestos para hacer frente al gasto social.

Y de nuevo el malabarismo verbal funciona. El ciudadano se queda embelesado escuchando: “¡qué bueno es el gobierno!”; “¡menos mal que no van a bajar el gasto social!”.

Lo que a nadie parece importarle –y al adormilado Rajoy tampoco- es el hecho de que los gastos sociales sólo son una parte del billón de euros que gasta el Estado cada año. Por ejemplo: el capítulo 1 –gastos de personal- se lleva 32.500.000.000 euros. El capítulo 2 –gastos corrientes- son 8.210.000.000 euros. Sólo para “imprevistos” –Capítulo 5- se dedican 3.251.288.000 euros. Los gastos financieros –lo que nos cuesta la deuda ya existente- , que son 17.500.000.000 euros. Además están las inversiones (13.300.000.000), etc, etc, etc. Y las CC.AA. y ayuntamientos gastan aún más dinero.

Las preguntas son obvias: ¿todos esos gastos no se pagan con los impuestos? ¿por qué nos engañan –otra vez más- haciéndonos creer que los impuestos sólo son para “gastos sociales”? ¿por qué no se atreven a decir la verdad: que la subida de impuestos es para pagar el inmenso gasto de un Estado y unas CC.AA. insaciables?

¿Por qué los sindicatos que tanto criticaron el “medicamentazo” y el “decretazo” no dicen ni pío respecto al “impuestazo”? ¿Cuánto cuesta la vaselina que emplean para colarnos el impuestazo?

Más malo que pegar a un padre

Todos hemos oído alguna vez esa frase, como metáfora de la maldad más impensable. Al parecer habrá que cambiarla, porque ese tipo de maldad se está convirtiendo en algo bastante frecuente.
En la Memoria anual del Fiscal General del Estado, se refleja la alarma de las diferentes fiscalías provinciales ante el “sorprendente” incremento de las denuncias de padres a sus hijos, por agresiones. En algunos casos el número de denuncias se ha duplicado respecto a las del año anterior. Por otra parte, las denuncias presentadas no son sino una parte del total de las que se producen. La inmensa mayoría de los padres se resiste a denunciar a sus propios hijos, y sólo cuando la situación se vuelve totalmente insostenible se deciden a dar ese paso.
De cada tres casos, tres están protagonizados por chicas; y la mayor parte de las víctimas son las madres. Naturalmente, las agresiones físicas no son sino un escalón más de una larga serie de faltas de respeto, gritos, insultos, objetos rotos, y amenazas.
¿Qué se está haciendo rematadamente mal en esta sociedad? ¿Alguien tiene alguna responsabilidad sobre este estado de cosas? ¿No habremos dado un salto mortal al sacar a los niños de su papel de antaño, en que eran el último mono de la casa, a la actual en la que son tratados como príncipes? ¿Por qué una generación de padres ha renunciado a decirle “no” alguna vez a sus hijos?
Como dice Javier Urra: “cuando un niño llega tan alto es porque alguien le ha dejado subirse ahí”. Y yo añadiría: "cuando un chaval cae tan bajo es porque alguien le ha dejado hundirse durante muchos años"

¿Convicción o interés?

El diario El País salió a la calle en 1976, y desde el primer momento abanderó la corriente de opinión que pretendía sacar a España del acartonamiento franquista, apostando por la libertad y la democracia. El 23 de febrero de 1981 sacó a la calle una edición alineándose inequívocamente contra los golpistas de Tejero y Milans del Bosch. Junto a los demás medios del grupo PRISA contribuyó notablemente a la llegada al poder de Felipe González, quién no olvidó agradecérselo concediéndole una televisión codificada de pago (Canal Plus).
Años más tarde el grupo mediático hizo todo lo posible para atenuar el desgaste del gobierno del PSOE, quitando hierro a los casos más sonados, como el de Juan Guerra, Luis Roldán, Mariano Rubio, Filesa, los GAL, etc. No pudo evitar el naufragio, pero retomó el apoyo al nuevo y bisoño líder José Luis Rodríguez Zapatero. Su colaboración para desgastar a un Aznar ensoberbecido, que cometió el error de apoyar a Bush en una guerra poco justificada, fue de gran peso. En 2004 el grupo PRISA lanzó toda su artillería en los días previos a las elecciones de marzo (recordemos a Gabilondo asegurando en la SER que en los atentados de Madrid había habido terroristas suicidas) para dar al traste con las expectativas electorales del PP.
Desde entonces ha continuando ayudando a Rodríguez Zapatero. Le apoyó en su iniciativa de reformar el estatuto de Cataluña; en su odisea para que ETA entregara las armas; en su política antiamericana y favorable a los regímenes de Cuba y Venezuela; en la Ley de Memoria Histórica; en la de igualdad, y ni por un momento a dejado de vapulear al PP. Desde 2007 los periodistas y contertulios de sus periódicos y emisoras han coreado los lemas gubernamentales: “no hay crisis”, “si la hay es internacional”, “hay que arrimar el hombro”, y desde mayo de 2008 “lo peor ya ha pasado”. El presidente también se lo agradeció, y les permitió emitir en abierto, en la Cuatro.

Hasta aquí nada que objetar –o no demasiado-. Es una empresa privada que arriesga su dinero, y es libre para apoyar o atacar cualquier opción política. Pero lo interesante es que desde hace unas semanas El País, la SER y la Cuatro han cambiado su habitual discurso. Ahora no tienen empacho en criticar al presidente un día tras otro. En el editorial de El País de ayer se le dedican cosas como “falta de sensibilidad institucional”, “improvisación”, “irreflexión elevada a la categoría de estrategia”, “retórica presidencial”, “cuatro millones y medio de parados”, “culpable de contraer el consumo”, “gobernar pensando en los titulares”…

Y aquí viene mis preguntas: ¿Acaso el grupo PRISA se ha dado cuenta ahora de todos esas características del Presidente? ¿O bien ya las conocía desde el principio? ¿Acaso se los calló mientras obtuvo privilegios? ¿Quizá tenga algo que ver con este cambio tan llamativo la concesión de otra cadena de televisión al grupo Mediapro (La Sexta y Público)? ¿Si las conocía y las ocultó, qué responsabilidad moral tiene con los ciudadanos?

Y por último: ¿qué pensarán de todo esto los lectores de El País y los oyentes de la SER?

Contigo pan y cebolla

Nos enteramos ahora que en 2008 hubo 118.939 rupturas matrimoniales –el 95%, divorcios-. La cifra es alta, pero ya estábamos acostumbrados a una tasa de divorcialidad creciente año tras año.
Precisamente en eso consiste lo llamativo de la noticia: el número de rupturas descendió un 13,5% respecto a 2007. Es decir: en 2009 ha habido unas 20.000 parejas menos que hayan decidido devolverse el rosario de su madre.

¿Será porque el amor es más intenso? ¿será porque ha mejorado el diálogo en las parejas? ¿quizá porque el grado de compromiso es mayor? ¿porque hay más tolerancia? ¿más sacrificio? ¿O se habrá debido, sencillamente, a que la crisis también se nota en esto, y cuando el dinero escasea resulta más difícil mantener dos viviendas que una sola?

¿Es posible que las penurias económicas hayan conseguido lo que no logran los juramentos de amor eterno? ¿Será cierto eso que se decía de “contigo pan y cebolla”?

Cosas de putas

Estos días vuelve a agitarse el viejo e interminable debate sobre si debe regularse o no la prostitución. En España, actualmente, se trata de una actividad alegal, con distintas repercusiones para los implicados. Los proxenetas están perseguidos por la ley; los clientes no encuentran ninguna dificultad para irse de putas; y las putas se encuentran en terreno pantanoso, a merced del mayor o menor celo de la policía.

Todo el mundo opina sobre el asunto. Los católicos están en contra porque dicen que la actividad de las putas atenta contra la moral y las “buenas costumbres”. Los progres están en contra porque dicen que los principales beneficiarios son las mafias del sexo. Las feministas se enfurecen porque dicen que es una ocupación degradante para las mujeres. Sólo algunos liberales se muestran favorables a la regularización como una actividad laboral más.

Me parece muy hipócrita y muy mojigato el argumento de que las putas “venden su cuerpo” ¡Como si no vendiera su cuerpo todo aquél que trabaja! Unos venden sus piernas, y son futbolistas. Otros venden su cuerpo, y son modelos, o bailarines, o “boys”. Otros venden su mente, y son ingenieros. Otros, sus manos, y hacen pasteles.

¿Por qué es lícito vender cualquier parte del cuerpo menos el sexo? ¿por qué una mujer no tiene derecho a trabajar honradamente como puta, pagando sus impuestos y cotizando a la SS? ¿Por qué nadie puede entrometerse en la libertad de una mujer cuando se trata de abortar, y sí se puede uno entrometer cuando se trata de trabajar de puta? ¿Y por qué nadie les pregunta su opinión a las putas?

Enseñar autoridad

Esperanza Aguirre ha presentado una iniciativa para conferir a los profesores el estatus de autoridad pública, lo que significará sanciones mayores en los casos en que fueran agredidos o insultados por alumnos o padres de alumnos.
La Asamblea de Madrid ha aprobado la medida, con la curiosa abstención del PSOE y de IU. No se sabe si porque no están de acuerdo con la medida o sólo por no darle la razón en algo a Esperanza Aguirre.
El Rey, por su parte, también ha hablado de promover la figura de los profesores, en el acto oficial de inauguración del curso escolar, en Santander.
Algo grave está pasando con la educación en España, cuando resulta necesario recordar que los profesores no pueden ser vapuleados por los alumnos ni por los padres. Y que si eso ocurre, la sanción debe ser de cierta importancia. Recientemente se ha impuesto una sanción de 120 auros a un padre por darle una bofetada a una profesora.

Ya se sabe que haberle dado esa misma bofetada a su mujer le hubiera costado muchísimo más caro. Pero a mí lo que me gustaría saber es cuánto cuesta darle una bofetada a un ministro. Según lo que fuera… igual muchos le echábamos un vistazo a la hucha.

Del Ebro al Corsa

La crisis del sector del automóvil puede dar un doloroso zarpazo a la economía aragonesa. Si se confirman los planes de Magna, unos 1.700 trabajadores de la Opel de Figueruelas serán despedidos, y enganchados a ellos perderán su trabajo otros tantos empleados en las industrias auxiliares.
Como es lógico, se ha levantado un fuerte revuelo al respecto. El presidente Marcelino Iglesias ha declarado que “Aragón no asumirá ningún despido en la planta Opel”. Una frase muy bonita, pero que no significa gran cosa. A menos que el señor Iglesias piense comprar a Magna su parte en Opel.
Los sindicatos también han reaccionado, y tanto CC.OO como la muy dócil UGT han enseñado los colmillos, y ya han propuesto una gran manifestación para oponerse a los despidos.

Me entristece que miles de aragoneses pierdan su empleo de repente, y me preocupa que la ya maltrecha industria aragonesa pierda una parte importante de su potencial. Pero espero con curiosidad (algo malsana, lo reconozco) a ver el desarrollo de esa manifestación. Más que nada por comprobar si se confirma algo que comenté hace seis o siete años, cuando cientos de miles de aragoneses salían a la calle para protestar porque el gobierno central quería llevar parte del caudal del Ebro en su desembocadura hacia Levante. Afirmé entonces que el asunto del trasvase no era racional sino emocional, y aposté con algún amigo que si algún día se cerrara la Opel, no saldrían a manifestarse ni la cuarta parte de personas. Y eso a pesar de que el hipotético cierre de Opel causaría a la economía de Zaragoza un daño infinitamente superior al que tendría lugar si el destino de las aguas del Ebro fuera Murcia en vez de Tarragona.

De aquellas manifestaciones se dijo que habían participado 300.000 personas ¿saldrán a la calle 150.000 para oponerse a los despidos en Opel?

El PP del gobierno

El Comisario de Economía de la UE Joaquín Almunia ha vuelto a darle otro disgusto a nuestro querido gobierno. Ha señalado que España será de los últimos países de la Unión en salir de la crisis. Y para arreglarlo ha añadido que nuestra tasa de desempleo seguirá aumentando aún durante muchos meses. Es decir: que seguiremos siendo el país que más empleo destruye –y con diferencia- de toda Europa.

Naturalmente, desde el gobierno varios ministros y Leyre Pajín se han apresurado a repetir eso tan conocido de “todo el mundo se ha venido equivocando en sus previsiones”, lo que no deja de ser una manera de dar a entender que Almunia no tiene ni idea de lo que habla.

De todo esto me surgen varias preguntas, que no consigo esclarecer:
Respecto a la protección ¿Por qué el país cuyo gobierno más tiempo lleva proclamando que se va a ocupar de proteger a los trabajadores resulta ser el país en el que más difícil es encontrar empleo? ¿Está más “protegido” un trabajador sin trabajo en España que un trabajador con trabajo en Alemania? ¿Quién protege mejor: el trabajo que uno hace o el gobierno?

Y respecto a la predicción: Si el gobierno considera que todas las predicciones están equivocadas, ¿por qué insiste desde hace seis meses en predecir que ya vamos a salir de la crisis? ¿Ha habido alguna ocasión en que las predicciones económicas del gobierno hayan sido más acertadas que las del resto de organismos internacionales? ¿Por qué han pasado directamente del “no va a haber crisis” al “lo peor ya ha pasado”?

Y me queda una última gran duda: ¿quién habrá sido el estafador que le vendió la bola de cristal a nuestro presidente?

Predicción sin dar una en el clavo; Protección sin trabajo. Las dos “P”. ¿No será que el PP se ha infiltrado en el gobierno para desacreditarlo?

¿Quimera o realidad?

En Arenys de Munt se ha celebrado una consulta sobre la independencia de Cataluña respecto al resto de España. Ha depositado su voto el 33% de la población, de los cuales el 96% se ha manifestado a favor de la independencia. ¿Qué significan estas cifras?

Como siempre ocurre con los datos, depende de para quién. Los partidos nacionalistas se agarrarán como a un clavo ardiendo a ese 96% ¡una mayoría aplastante a favor de la independencia! ¡Nadie tiene legitimidad para acallar ese grito masivo! –dirán.

Sin embargo, las cosas no son tan evidentes. Tratándose de una consulta sin valor jurídico alguno, y además rodeada de una gran polémica sobre su oportunidad, está claro que habrán acudido a votar casi únicamente los partidarios de la independencia, ya que los contrarios a ella también estaban en desacuerdo con la propia consulta, y haber ido a votar hubiera sido respaldarla. Del cruce del dato de participación y del voto “sí” se desprende que el 31,68% de los habitantes de Arenys de Munt están a favor de la independencia. Algo menos de un tercio, lo que no está nada mal.

Otra cuestión muy diferente es la de si los vecinos de Arenys son competentes o no para decidir sobre esa cuestión. Y lo cierto es que no lo son. Mientras no se reforme la Constitución, la soberanía nacional reside en el pueblo español. Es decir: en la totalidad de los españoles, y en ningún caso puede parcelarse. Lo que significa que todos los españoles son soberanos para decidir sobre la independencia de Cataluña, de Arenys de Munt, o de Garrapinillos. Al igual que en un edificio de viviendas, la propiedad de la escalera es de todos al mismo tiempo, y los del quinto -por muy nacionalistas que sean- no tienen competencia para pintar su tramo de escalera con franjas rojas y amarillas.

Esa es la realidad. Pero no importa. Los nacionalistas seguirán oscureciéndola para hacer prevalecer sus quimeras. Y lo más importante: esta consulta servirá, sobre todo, para añadir un poco más de presión sobre el Tribunal Constitucional, en sus infinitas deliberaciones sobre el Estatuto de Cataluña.

Castigo ejemplar

El juez ha sentenciado la pena que les corresponde a los jóvenes menores de edad que protagonizaron la batalla campal del pasado sábado en Pozuelo. Se trata de una sentencia ejemplar. Una sanción durísima, que sin duda hará que a partir de ahora cualquier joven se lo piense dos veces antes de apedrear a la policía, quemar coches o asaltar comisarías.
Los siete menores han sido condenados a estar en su casa después de las diez de la noche, durante tres meses. Me entristece pensar en lo mal que lo deben estar pasando: ¡tres meses sin poder asistir a fiestas, discotecas o botellones! ¡noventa días durante los que tendrán que regresar a casa a las diez de la noche! ¡como en los años sesenta!
Comprendo que los hechos fueron muy graves. Pero me queda la inquietud de si un castigo tan extremado no les dejará unas secuelas que les marquen para toda la vida. Afortunadamente, algunos de los padres han anunciado que recurrirán la sentencia. Quizá la cambien por otra más razonable: por ejemplo, que estén dos semanas sin postre. Y si hay suerte, hasta es posible que la instancia judicial superior condene a los policías por haberse acercado demasiado a los chicos.

El peligro de las aulas

Comienza el curso escolar. Millones de niños acuden a las aulas, muchos de ellos por primera vez. Esa primera vez en que los padres entregan a su cachorro con una sensación ambivalente, de ilusión y temor. Ilusión porque es el primer día de un largo proceso, que ellos esparn que termine de la mejor manera. Unos sueñan con que su hijo llegue a ser un gran cirujano; otros con que se siente en el despacho de un ministerio. Sueños de todos los colores… Las clases de primero rebosan de futuros abogados, ingenieros, economistas, músicos, grandes empresarios.
Pero los padres también albergan un sordo temor: quizá algo en ese colegio podría estropear el brillante futuro que ellos tienen decidido para su hijo. Quién sabe… Un profesor incompetente, un compañero indeseable, un accidente, un descuido, una desgracia. Son tantas las amenazas que los padres tiemblan ante la necesidad de que su hijo salga de casa, aunque sea por unas horas.

Dentro de 25 años todos esos prometedores vástagos ya no estarán en clase. Los temores de la mayoría de los padres se habrán cumplido. Sólo uno o dos de toda la clase habrán alcanzado más o menos las metas previstas. Los demás… dos estarán aún en casa de los padres, sin dar golpe; siete serán mileuristas; uno habrá quedado lisiado en un accidente de moto; otro vivirá a salto de mata; seis consumirán drogas otros dos prepararán oposiciones hasta el infinito, y uno estará en la cárcel.

¿Qué habrá pasado en esos veinticinco años? ¿Tenían razón los padres, y algo en el colegio habrá frustrado esos fulgurantes destinos? ¿O el desastre se habrá producido gotita a gotita en cada casa, sin que nadie se diera cuenta?

Somos los mejores

Se viene hablando mucho del espectacular aumento del déficit público, como consecuencia de la política de gasto a manos llenas del gobierno. Esta diferencia entre lo que el Estado recauda y lo que gasta se tiene que traducir necesariamente en deuda y en aumento de impuestos, lo que supondrá un pesado lastra para el hipotético despegue de la economía española.

Pero hoy se han publicado dos informes que nos alertan sobre otros dos importantes déficits que también padecemos en España: el que se refiere a la educación, y el de la competitividad de nuestra economía.

Entre los países de la OCDE, España tiene un índice de abandono escolar sólo superado por Turquía, México y Portugal. Por otra parte, el Foro Económico Mundial informa de que España ha perdido cuatro puntos en el índice de competitividad global. Nos superan países como Chile, la República Checa o Arabia Saudí. Los países más competitivos dle mundo son Suiza y EE.UU.

Podríamos añadir también otros déficits: una de las tasas de población activa más bajas de Europa; el doble de desempleo que la media europea, y –esto es una opinión, y no un dato- un importante déficit en la calidad de nuestra democracia.

Pero no hay que alarmarse. En otras cosas somos los primeros. Nuestros bares tienen las mejores tapas del mundo. Nuestros jóvenes viven las noches más largas del mundo. Y sobre todo: somos los más majos del mundo; los de mejor rollito; los más pacifistas; los más antinucleares; los más tolerantes, y tenemos la mejor liga de fútbol. Por eso nos importan un pimiento la competitividad, el abandono escolar, el endeudamiento, los impuestos, el desempleo, y hasta la calidad democrática.

Pozuelo

La noche del sábado pasado se convirtió en Pozuelo de Alarcón en una noche muy movidita. Docenas de heridos, una veintena de detenidos, mobiliario urbano destrozado, incendios, coches patrulla quemados. y el asalto a una comisaría.
A primera vista uno se acuerda de los acontecimientos de hace un par de años en París. Pero no tiene mucho que ver. Allí los protagonistas fueron unos jóvenes de origen inmigrante, que consideraban que el sistema no contaba con ellos. Aquí han sido unos jóvenes de clase media, bien regados de alcohol, que quizá consideren que el sistema está a su disposición para divertirse.

Conviene huír de las generalizaciones, y tener en cuenta que no ha sido una salvajada de “los jóvenes”, sino que muchos jóvenes han dejado salir lo más salvaje que llevan dentro.

Y quizá lo más preocupante es que con ocasión de otros incidentes anteriores –aunque mucho menos graves- han sido numerosos los padres que han salido en defensa absoluta de sus criaturitas. Si los padres hacen eso, no puede extrañar que las criaturitas se sientan los amos del universo.

San Google

Para millones de internautas Google se ha convertido en el mejor aliado. De manera incansable proporciona información sobre cualquier cuestión. Desde cómo hacer un bacalao al pilpil hasta los horarios de un vuelo entre Antofagasta y Valparaíso.
Es rápido y sencillo. Metemos nuestra pregunta en el cajetín, y San Google nos ofrece todas las respuestas. Y encima tiene la chulería de decirnos que lo ha logrado en 0,06 segundos.
Por gentileza del jefe de documentación de este blog, he accedido a un recurso de Internet que proporciona información sobre las frases que se han buscado en Google, y en cuyos resultados aparece el blog. Es decir, personas que han entrado al blog a partir de los resultados que les ha dado Google en una consulta. En algunos casos existe una relación lógica (buscan “Flipper Uno”, “Agamenón”, “Credulidad”, etc,). Pero hay unos cuantos que me han dejado perplejo. ¿A alguien se le ocurre qué relación tienen estas consultas con este blog?

“Argumento de cuentos de suspense”.
“Lapillan con su novio”.
“Ejemplos de interferencia en tu vida”.
“Teletribu”.
“Mundo loco de cócteles”.
“Tamaragua significancia”.
“Busquemos algo de artritis”.
“Términos de palabras infinitas”.
“Culo de cristina kirchner”.
“Qué es pito del sereno”.
“Sentencia por romper los retrovisores”.
“Pautas de la democracia para no ser dictadura”.
“Exprimidor de cocos”.
“Chistes jurados”.
“Didios boti colocones”.

Lo de entrar en este blog buscando el culo de Cristina Kirchner no está mal. Pero a mí la que más me ha gustado es ésta:
“Tengo un botijo de barro que puedo hacer con él”.
¡La pregunta del millón!

Los 420

No se trata de 420 espartanos de refuerzo para Leónidas, sino de 420 euros de refuerzo para los parados que ya no cobren su prestación por desempleo.

El gobierno se reunió a mitad de agosto para repartir esa dádiva. Eso sí, sólo para los que terminaran su derecho a la prestación a partir del 1 de agosto.
Bueno… no. Unos días después era para los que hubieran dejado de cobrar a partir del 1 de junio.
Pero, no. Tampoco. Ahora parece que es para los que dejaron de cobrar el 1 de enero.

En cualquier caso, la ministra de Economía no ha sabido precisar cuánto dinero va a costar. Es decir… como si yo compro un coche o un piso, sin saber lo que cuesta.

Era una medida necesaria, dicen. Pero… me quedo con la duda… ¿por qué misteriosa razón los que dejaron de cobrar antes del 31 de diciembre no necesitan ayuda? ¿Y por qué no la necesitan los que están en desempleo desde hace años? ¿o los que nunca han cobrado el subsidio de desempleo? ¿Es que estos últimos viven del aire? ¿No sería más lógico conceder esa ayuda en primer lugar a los que lleven más tiempo sin cobrar?

No sabemos si esto acabará como la batalla de las Termópilas. Aunque se parece más a lo de la Armada Invencible. Cada vez se dibuja mejor un panorama en el que la Economía Invencible que teníamos –aquella de la championsleague- sucumbe bajo el empuje de furiosos elementos como el déficit público, el desempleo y el endeudamiento infinito.

Y mientras tanto ¿qué hace el almirante? Pues más o menos lo mismo que el capitán del Titanic: hacer que la orquesta siga sonando, y decirle al pasaje que este barco no puede hundirse.

Peor que el terrorismo

En el barómetro del CIS de julio los españoles dicen que el primer problema que existe ahora en España es el paro. En segundo lugar sitúan a los problemas de índole económica, y perciben como tercer problema en importancia a la clase política y los partidos políticos.
¡El tercer problema del país!
Por encima del terrorismo de ETA, de la inmigración, de las drogas, de la vivienda, de la sanidad. o de la violencia contra las mujeres.
Por otra parte, al puntuar de 1 a 10 a los diferentes líderes políticos, a los ministros y al presidente, ni uno sólo de ellos alcanza el 5. ¡Todos suspenden!.
Preguntados por los ministros que conocen, hay siete ministros a los que más del 50% de los encuestados no conocen.
Y en cuanto a la confianza, el presidente Rodríguez Zapatero inspira poca o ninguna confianza al 67,8%. Pero aún peor sale Mariano Rajoy, que despierta poca o ninguna confianza al 77,9%.

No sé si estos datos se han difundido en los medios. Pero ante ellos –y en medio de una gravísima crisis económica- es para echarse a temblar.
Si la clase política y los partidos son un problema aún mayor que el terrorismo ¿no habría que ilegalizarlos? Y si no confiamos en ellos ¿por qué les votamos una y otra vez?

La gripe ¡ah!

La ministra de Sanidad se reúne con los respectivos consejeros de las CC.AA.
La U.E. y la OMS emiten casi a diario comunicados.
Los medios de comunicación nos apalean constantemente con noticias al respecto.
Los padres están preocupados por la salud de sus hijos ante el comienzo del curso.
El ejército custodia los medicamentos correspondientes.
Las vacunas no parecen estar suficientemente contrastadas.
La tasa de mortalidad es de uno por cada dos mil contagiados.

¿Qué está pasando con la gripe A?
¿Es una grave amenaza para la población mundial? ¿Sólo es una más de los cientos de infecciones y enfermedades que nos acechan cada día? ¿Es más grave de lo que nos cuentan? ¿Es menos grave, pero ayuda a vender periódicos y distrae la atención? ¿Se trata de un gigantesco montaje de la industria farmacéutica?
Yo no lo sé. Pero todo este jaleo me parece mucho ruido para pocas nueces.

Volver... volver...

No han sido veinte años, sino sólo sesenta días, pero se trata de volver, como en el viejo tango.
Es ese obligatorio rito de retomar la actividad habitual del año. Volver al trabajo, al domicilio, a los atascos de tráfico, a la trifulca política, a la selva mediática… y al blog.
Volver para encontrar casi lo mismo en los periódicos, pero con la situación económica sesenta días más deteriorada, y con la sombría incógnita de la gripe A en el horizonte.
Cada cual habrá vivido estos sesenta días de modo diferente. Unos habrán viajado; otros habrán descansado; y alguno se habrá aburrido. Habrá quién haya encontrado nuevos colores para el lienzo de su vida, y habrá quien se haya tropezado con las sombras de la desilusión, o incluso de la angustia.
Para mí han sido sesenta días ricos y variados. Un paseo degustando 2500 años de historia en Grecia (prometo que no he tenido nada que ver con los incendios). Un nostálgico recorrido por el Madrid en que crecí. Unos días cabreteando entre las montañas del Pirineo. Un fin de semana en un pueblo perdido en la Sierra Espadán…
Cientos de fotos en mi cámara nueva. horas y horas de encuentro sin prisas con la gente que quiero. El descubrimiento de lo que hacían los hombres que no amaban a las mujeres. La recuperación del querido exiliado temporal en Tenerife. Y dos meses casi desconectado de la actualidad social y política.
Si tuviera que escoger lo mejor de estos últimos sesenta días… me quedaría sin dudarlo con el placer de haber disfrutado de excelentes compañías.
¿Qué ha sido lo mejor del verano para ti?