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lunes, 9 de febrero de 2009

El chivo expiatorio

El economista Carlos Rodríguez Braun suele repetir -en contra de la creencia popular- que el mejor amigo del hombre no es el perro, sino el chivo expiatorio. En efecto, pocas cosas son tan propias del ser humano como la tendencia a echarle la culpa a otros. El lenguaje refleja de una manera muy rica esa estrategia tan común: “salirse por la tangente”, “echarle el muerto a otro”, “escurrir el bulto”, “sacudirse el embolado”, o “buscar una cabeza de turco”.
Con una desvergüenza notoria, el presidente del gobierno se ha venido atribuyendo durante cuatro años el mérito del continuo crecimiento de puestos de trabajo en España, como si esos empleos los hubiera creado su gobierno. Sin embargo, en los momentos en que cada mes hay 200.000 parados más, se aplica a la honrosa tarea de buscar un chivo expiatorio. Desde hace un año le ha venido echando la culpa de la crisis a Bush, a los banqueros americanos, al precio del petróleo, al PP por no “arrimar el hombro”, y últimamente a los bancos españoles, a los que hasta hace bien poco consideraba como “un ejemplo mundial”.
Lo malo es que, aun siendo el chivo expiatorio una criatura muy útil para eludir las responsabilidades propias, resulta tremendamente inútil para arbitrar medidas que den lugar a la solución de los problemas. Más aún: encontrar a los verdaderos responsables de la situación actual tampoco va a proporcionar soluciones.
Cuando se produce un accidente aéreo en un aeropuerto, el orden de prioridades está muy claro: a) desviar el tráfico para evitar que la catástrofe sea mayor; b) rescatar y atender a los heridos; c) retirar los restos del accidente de la pista para restablecer cuanto antes la normalidad; d) investigar las causas del accidente; y por último, d) encontrar los posibles culpables y sancionarles, en su caso.
Parece evidente que el presidente del gobierno tampoco sabe mucho de catástrofes aéreas. Así que está actuando justo al revés de lo que aconseja la lógica y el sentido común. Su principal interés parece ser el de encontrar culpables –por supuesto, nunca dentro de su ámbito de responsabilidades-, y su segunda prioridad se centra en retirar los cadáveres, cosa que él traduce en jurar y perjurar que todos los parados serán debidamente “protegidos”. Sorprende que hasta ahora nadie le haya preguntado si “todos” significa “todos”. Es decir, si se encuentra en situación de asegurar una ayuda económica a cinco, siete, o diez millones de parados.
Nadie que tenga un razonable grado de objetividad puede acusar al presidente del gobierno de haber generado esta crisis. Pero en los años venideros es muy probable que los ciudadanos le pasen una extensa factura por haber ignorado la crisis –para no perjudicar su campaña electoral de 2008-; de no haber tenido el valor de tomar el timón e impulsar medidas eficaces para modificar la estructura económica del país -dejándolo todo en manos del llamado "diálogo social"-; y de haber dedicado mucho más esfuerzo a buscar un chivo expiatorio que a decir sencillamente la verdad a los españoles.
La política actual del gobierno se puede resumir con los nombres de dos animales: la política del avestruz, y la del chivo expiatorio.

3 comentarios:

  1. Esa necesidad de encotrar un "chivo expiatorio", ese instinto de autodefensa "y tu mas", esa no toma de conciencia de que la responsabilidad es de TODOS. Esa falta de autocritica, de reflexion de "yo que hago? Que podria hacer en la medida de mis posibilidades?" Es lo que hace que "el uno por el otro la casa sin barrer" Todos conformes con estar dentro de la basura.
    Tenemos un "desgobierno" pero lo que desde mi punto de vista lo peor, es la falta de alternativa de GOBIERNO.

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  2. Upsss ... mal comienzo voy a tener el el blog. Mis disculpas por adelantado :).

    Pero, ¿la falta de alternativa de Gobierno por qué es?¿porque objetivamente no se ha aportado nada desde la oposición (p. ej. los debates Solbes-Pizarro antes de las elecciones) o porque el Gobierno se ha encargado de desacreditar tan profúndamente a la oposición que algunos ven la falta de capacidad de ella?

    En cuanto al cinismo que ejerce el Gobierno parece ser que no le pasa ninguna factura electoral. Parte de la sociedad (sus votantes) están anestesiados por los efluvios de los dirigentes y su discernimiento está claramente dirigida por los medios de comunicación cercanos al poder.

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  3. Estoy totalmente de acuerdo con este punto:

    "Lo malo es que, aun siendo el chivo expiatorio una criatura muy útil para eludir las responsabilidades propias, resulta tremendamente inútil para arbitrar medidas que den lugar a la solución de los problemas".

    Pero a pesar de que no tengo muy buena opinión sobre como encara los problemas el Presidente Zapatero, no creo que haya inventado él la figura del chivo, ni la del avestruz. Eso no lo justifica, de acuerdo, pero yo estoy harta de ver que cuando algún tema se pone feo, todo son miradas para otro lado, y se buscan culpables en otro bando, pero apenas nadie reconoce sus equivocaciones, aunque algunas equivocaciones como las que se han podido cometer en la situación ( que yo calificaría de grave) que estamos atravesando, nos pueden costar muy caras a todos.

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