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miércoles, 1 de julio de 2009

Matar una idea

El Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo ha apoyado por unanimidad la decisión del gobierno de Aznar, en 2003, de ilegalizar a Batasuna.
El alto tribunal es contundente en sus apreciaciones, y deja muy claro que España es una democracia homologada, y que tiene derecho a defenderse de aquellos que aspirar precisamente a terminar con ella.
La reacción ha sido de satisfacción en el PSOE, el PP, y UPyD. Pero no así en PNV, ERC, IU, y CiU. Con los criterios jurídicos de la presidenta del Tribunal Constitucional español, esta habría sido una mala sentencia, porque no satisface a todos.
Afortunadamente, en el resto de Europa se toman la justicia en serio, y los jueces emiten sus sentencias razonándolas en base a criterios jurídicos, y no a componendas de amiguetes.
A mí esa sentencia me deja un sabor agridulce. Por una parte me alegra que desde Europa se avale la lucha del Estado español contra el entramado terrorista. Pero por otra parte no puedo evitar que algo profundo chirríe en lo que supone la ilegalización de un partido político. Ya me pasó cuando se produjo la ilegalización de Batasuna: me alegró, pero no me gustó.
Sé que ilegalizar a Batasuna y similares es una medida eficaz para el debilitamiento de los asesinos de ETA. Pero también sé que es imposible prohibir las ideas. Lo intentó Stalin en 1917; lo intentó Hítler, en 1935; lo intentó Franco, en 1939; lo llevan intentando los israelíes desde 1949. Y hace dos mil años lo había intentado el Imperio Romano.
Por mucho que nos pese, no se puede matar una idea de un palmetazo. Las ideas no mueren de manera violenta. Sólo pueden morir de viejas, cuando son sustituidas por otras mejores.

4 comentarios:

  1. Claro que deja un sabor agridulce, porque las ideas no hay quien las ilegalice. Pero no es posible utilizar los medios y el dinero para seguir matando, o se dedican a defender las ideas, y condenan los asesinatos, o no tienen cabida en un sistema democratico.

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  2. Las ideas no se pueden matar.
    Hay q dejarlas morir.

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  3. Pilar: es que a mí esa exigencia de que "condenen" los asesinatos... me parece que es el flanco más débil de la argumentación contra Batasuna.
    No me parece que se pueda exigir a nadie que condene nada. Ni a Batasuna que condene los atentados, ni al PP que condene a Franco (como se ha intentado repetidamente).
    En mi opinión lo que hay que perseguir con la ley en la mano son las conductas que alienten o promuevan los atentados. Por eso me parece coherente detener y juzgar a los que apoyen los crímenes de ETA, les declaren hijos predilectos, o les pongan nombres de calles. Igualmente hay que detener y juzgar a los que faciliten información a los terroristas, a los que les den dinero, a los que los encubran.
    Pero castigar a alguien por estar callado (eso es en definitiva "no condenar") me parece que rebasa el límite del Estado de derecho democrático.

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  4. Totalmente de acuerdo. Mi comentario era solo a esa parte, que tambien me parece necesaria si se quiere formar parte de las instituciones de un Estado democratico. No es una cuestion de condenarlos por no condenar...Y claro que hay que condenar con la ley a quien alimente, incite, adoctrine...o ayude de una u otra manera a los terroristas, y juzgarlos como cooperantes necesarios. Hay que actuar en todos los frentes.

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