Uno de los radicales vascos que fue ingresado en prisión por intentar recomponer la estructura ilegal de Batasuna –Rafa Díez Usabiaga- ha sido puesto en libertad por Baltasar Garzón.
¿Ha encontrado el juez nuevos indicios que apuntan a su inocencia? No.
¿Se le ha conmutado la pena por haber colaborado con la justicia? No.
¿Ha sido declarado inocente de los cargos? No.
¿Se encuentra enfermo y en estado terminal? No.
Garzón le ha puesto en libertad porque su madre –la de Díez, no la de Garzón- necesita cuidados (¡). Y claro, en todo el País Vasco la única persona capacitada para cuidar a la pobre madre es Rafa. No hay otros familiares, no existen residencias, ni hospitales, ni servicios de atención domiciliaria.
Pues ya lo saben: si alguien quiere atracar un banco, dar un pelotazo urbanístico, cargarse a un indigente, o violar a cinco niñas, sólo necesita tener una anciana madre enferma. Con eso se asegura que no podrá permanecer mucho tiempo en prisión, porque tendrá que cuidarla personalmente. Eso sÍ: es importante que no se le muera la madre, porque entonces tendría que volver a la trena.
Y digo yo… si es tan imprescindible que el hijo y la madre vivan juntos, ¿por qué no se le ofrece a la madre la posibilidad de ocupar una celda en la misma prisión que su hijo?
Es que los hijos de puta, tiene que ser humanitarios con su mamá... no te jode!!
ResponderEliminarTessa.