La Audiencia de Castellón ha
condenado a cuatro años de prisión al que fuera presidente de la Diputación de
esa provincia, Carlos Fabra: La pena impuesta es por cuatro delitos de fraude
fiscales, pero le absuelve de los de cohecho y tráfico de influencias.
Pero el ciudadano común no suele
entender mucho de tipos delictivos. Cohecho, prevaricación, tráfico de
influencia, falsedad en documento público, apropiación indebida. Todo se reduce
a un concepto muy hispánico: “chorizo”.
Lo mismo ocurre con las penas,
prisión preventiva, sentencia en primera instancia, segundo grado son sutilezas
que tampoco tienen gran aceptación entre el gran público. Lo que la gente
entiende muy bien se resume en dos palabras: “al trullo”.
En España se vive una atmósfera irrespirable en todo lo que
afecta a los asuntos públicos. En todos los niveles de la Administración, desde
la Casa Real hasta las concejalías de muchos pequeños pueblos, el hedor es ya
insufrible. Un Estado mastodóntico, inflado de organismos, cargos, subcargos,
carguetes y subcarguetes, mantenido cada vez con más dificultad por una
población cada vez más mosqueada.
Es imprescindible abordar una profunda reforma de la Administración, reducir su estructura, eliminar el parasitismo, y liberar recursos para estimular la economía productiva, y aqtender debidamente las necesidades más imperiosas. Si los viejos partidos no son capaces de abordar esas reformas, no es imposible que se llege a alcanzar un punto de no retorno, y que masas justamente enfurecidas arrasen un sistema que muchos hemos añorado durante décadas: la democracia.
Podemos!!!!..y lo haremos.... :) Tessa.
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