En la España de Franco no se hablaba de política. En su
lugar la gente podía encauzar sus anhelos y sus emociones a través de dos grandes
canales: la religión y el fútbol. En 1978 los españoles llegaron a la
democracia, pero la democracia no llegó a los españoles. Treinta y cinco años
después la política se sigue empapada de esos dos componentes. Los
nacionalismos funcionan como religiones; y la rivalidad partidista funciona
como el fútbol.
Por otra parte, la corrupción empapa una sociedad que lleva
en sus genes a Rinconete y Cortadillo. Con frecuencia lo único que diferencia
al gran mangante del pequeño tramposo es que uno y otro no tienen las mismas
ocasiones de llevarse su tajada.
Para completar el montaje del país de Trincaloquepuedas, el
silencio cómplice se ocupa de amortiguar la realidad. Silencio entre iguales.
En el instituto nadie se chiva del que copia el examen. En el trabajo nadie
delata al que no da palo al agua. En los partidos políticos nadie denuncia al
corrupto que defiende las mismas siglas. Los militantes del PSOE claman ahora
contra la corrupción en el PP, igual que los del PP claman contra la corrupción
en el PSOE. Pero nunca nadie ha dicho nada contra la corrupción en su propio
partido.
Es el toque futbolístico. La afición se pone en pie aullando
con el menor empujón de un jugados del equipo contrario a uno de los suyos.
Pero permanece en silencio cuando uno de los suyos le da una patada en el
tobillo a un contrario.
Ante lo que se está sabiendo sobre el caso Barcenas los
militantes del PP tendrían que haber salido los primeros para exigir a la
direción de su partido que explique qué ha pasado. Que aclare si se entregaron
sobres con dinero negro a altos cargos. Que se sepa qué altos cargos cobraron.
Que se expulse del partido a todos los que hayan podido participar en el
asunto. Los militantes del PP honrados deberían hacer esto inmediatamente, o
bien darse de baja del partido. En caso contrario estarán respaldando la
corrupción. En este caso –y en los casos que afectan a otros partidos- el
silencio no es sólo cómplice: es culpable.
Totalmente de acuerdo. Pero ademas deberiamos ser capaces de avergonzar y dar a conocer cualquier cosa que conocieramos y que no sera ni legal ni etico, cada cual en la medida de nuestras posibilidades. El que va al cole...al vecino que copia. El que conoce que uno cobra el paro pero hace chapuzas, y se saca un sobre-sueldo. El que pide medicinas para su hijo, nieto...el que no cobra el IVA, el que no declara...el que tira un papel, el que rompe una farola...si uno se entera, no puede estarse callado, pensando que eso lo paga el ESTADO, eso es de tontos EL ESTADO SOMOS TODOS.
ResponderEliminarDonde pone "sera" debe poner "sea" (si ademas de los acentos que no los pongo, me equivoco en los tiempos de los verbos...no habra quien me entienda.
ResponderEliminarQueda muy bonito... el papel lo aguanta todo... Aquí el pueblo todo el día en el juzgado denunciando... haciendo de polis buenos sin sueldo... claro claro... no justifico a los chorizos.. de ninguna clase... pero coño!!! Visto lo visto... una mierda!!! Tessa...
ResponderEliminarEh! Ves porque no tiene solucion la cosa. Acabas de poner "Haciendo de polis buenos sin sueldo" vamos que te parece poco sueldo el que las cosas funcionen, el que no te roben. Tu como ciudadano no tienes esa responsabilidad de denunciar aunque no te paguen?
ResponderEliminarNo hay chorizos de primera ni de segunda... EL QUE ROBA ES UN CHORIZO y como deciamos en otro post...la diferencia entre el que roba 1 centimo y el que roba 1 millon, solo es la cantidad que tenian a disposicion.
Yo te aseguro que aqui si hay menos chorizos, es porque como se suele decir detras de cada suizo hay un policia. Yo te podria contar cantidad de casos reales que parecen tonterias denunciar, pero que frenan que se cometan otras mas gordas, y vamos que ni gorda ni pequeña...no se hace y punto.
Me he quedado pensando en eso de "poli bueno" hay polis malos?
ResponderEliminarCuando yo voy a la playa, dejo mis cosas bajo una sombrilla y me meto en el agua a disfrutar del baño.
ResponderEliminarSin embargo de vez en cuando echo un vistazo para asegurarme que nadie se lleva mis cosas.
¿Estoy haciendo de "poli bueno"? ¿O sencillamente me estoy ocupando de lo que es mío?
¿Por qué no hacemos lo mismo con lo que es de todos, y por lo tanto mío? ¿Por qué eso a muchos les parece que es "hacer de poli bueno sin sueldo"?
La respuesta es muy simple: no tenemos conciencia de que lo público es de todos. Creemos que es del Estado, del Ayuntamiento... de alguien ajeno a nosotros.
La contradicción surge cuando nos enfadamos mucho porque otros se apropien de lo público. ¿Por qué nos extrañamos de que alguien se lleve lo que nosotros descuidamos vigilar?
Y si además de denunciar diésemos la espalda al familiar, amigo, compañero,
ResponderEliminarvecino, etc., que no se comporta correctamente otro gallo nos cantaría.