El próximo 11 de julio se celebrará el Congreso
Extraordinario de UPyD para elegir al nuevo Consejo de Dirección que tomará el relevo
del que ha encabezado Rosa Díez durante casi ocho años. Aunque aún no se ha
abierto oficialmente el periodo de presentación de candidaturas, ya se están
formando varias, y los nombres de los posibles candidatos circulan entre los
afiliados.
No va a ser fácil sustituir a un personaje tan destacado como
Rosa Díez. Bajo su liderazgo el partido nació y creció sano. También bajo su
dirección ha sufrido una fuerte caída en los últimos procesos electorales.
Aunque existen factores externos que explican parte de esa caída, también son
numerosos los errores cometidos por el equipo dirigente. Ahora se trata de
encontrar una pesona con las características necesarias para liderar con éxito
el proyecto UPYD. Para ello los afiliados examinamos la personalidad, el
curriculum y la trayectoria de los nuevos canddatos tratando de encontrar los
atributos que les harían obtener nuestro apoyo.
Sin embargo, no debería bastar con observar los rasgos
positivos de esos candidatos. Tanto Rosa Díez como los miembros del actual
Consejo de Dirección pueden acreditar una elevada competencia política y de
gestión. Pero lo que ha provocado el golpe recibido por UPyD no han sido sus virtudes
sino sus defectos. Quizá sería conveniente poner el foco en estas últimas, y
observar en los nuevos candidatos no sólo sus luces sino especialmente sus
sombras. Sería un error elegir un personaje brillante pero soberbio. A uno muy
íntegro, pero anodino. A uno simpático, pero inseguro de sí mismo. A un gran
estratega, pero mal comunicador.
Es posible que antes de fijarnos en las bondades de los
candidatos debiéramos asegurarnos de conocer sus defectos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes usar este ventanuco para escribir tu comentario