¿Convicción o interés?

El diario El País salió a la calle en 1976, y desde el primer momento abanderó la corriente de opinión que pretendía sacar a España del acartonamiento franquista, apostando por la libertad y la democracia. El 23 de febrero de 1981 sacó a la calle una edición alineándose inequívocamente contra los golpistas de Tejero y Milans del Bosch. Junto a los demás medios del grupo PRISA contribuyó notablemente a la llegada al poder de Felipe González, quién no olvidó agradecérselo concediéndole una televisión codificada de pago (Canal Plus).
Años más tarde el grupo mediático hizo todo lo posible para atenuar el desgaste del gobierno del PSOE, quitando hierro a los casos más sonados, como el de Juan Guerra, Luis Roldán, Mariano Rubio, Filesa, los GAL, etc. No pudo evitar el naufragio, pero retomó el apoyo al nuevo y bisoño líder José Luis Rodríguez Zapatero. Su colaboración para desgastar a un Aznar ensoberbecido, que cometió el error de apoyar a Bush en una guerra poco justificada, fue de gran peso. En 2004 el grupo PRISA lanzó toda su artillería en los días previos a las elecciones de marzo (recordemos a Gabilondo asegurando en la SER que en los atentados de Madrid había habido terroristas suicidas) para dar al traste con las expectativas electorales del PP.
Desde entonces ha continuando ayudando a Rodríguez Zapatero. Le apoyó en su iniciativa de reformar el estatuto de Cataluña; en su odisea para que ETA entregara las armas; en su política antiamericana y favorable a los regímenes de Cuba y Venezuela; en la Ley de Memoria Histórica; en la de igualdad, y ni por un momento a dejado de vapulear al PP. Desde 2007 los periodistas y contertulios de sus periódicos y emisoras han coreado los lemas gubernamentales: “no hay crisis”, “si la hay es internacional”, “hay que arrimar el hombro”, y desde mayo de 2008 “lo peor ya ha pasado”. El presidente también se lo agradeció, y les permitió emitir en abierto, en la Cuatro.

Hasta aquí nada que objetar –o no demasiado-. Es una empresa privada que arriesga su dinero, y es libre para apoyar o atacar cualquier opción política. Pero lo interesante es que desde hace unas semanas El País, la SER y la Cuatro han cambiado su habitual discurso. Ahora no tienen empacho en criticar al presidente un día tras otro. En el editorial de El País de ayer se le dedican cosas como “falta de sensibilidad institucional”, “improvisación”, “irreflexión elevada a la categoría de estrategia”, “retórica presidencial”, “cuatro millones y medio de parados”, “culpable de contraer el consumo”, “gobernar pensando en los titulares”…

Y aquí viene mis preguntas: ¿Acaso el grupo PRISA se ha dado cuenta ahora de todos esas características del Presidente? ¿O bien ya las conocía desde el principio? ¿Acaso se los calló mientras obtuvo privilegios? ¿Quizá tenga algo que ver con este cambio tan llamativo la concesión de otra cadena de televisión al grupo Mediapro (La Sexta y Público)? ¿Si las conocía y las ocultó, qué responsabilidad moral tiene con los ciudadanos?

Y por último: ¿qué pensarán de todo esto los lectores de El País y los oyentes de la SER?