Terminó el debate sobre la Ley de Presupuestos, y tal como estaba previsto, el gobierno consiguió el rechazo de todas las enmiendas a la totalidad, gracias al apoyo mercenario de PNV y CC.
Sobre el aluvión de opiniones sobre si estos presupuestos son los que se necesitan en la actual situación, o si serán letales –como anunció Rajoy-, ha asomado otra polémica secundaria: ¿la intervención de Rajoy frente a Elena Salgado fue machista?
Algunos dirigentes del PSOE, ciertos analistas políticos, y el inefable Gaspar Llamazares han alentado la acusación de machismo contra Rajoy, basándose en que su en intervención se dirigió contra el presidente, ignorando casi a la ministra de Economía.
Es posible que estos presupuestos no sean los más indicados para sacar a España del atolladero. Es posible que Elena Salgado se vea obligada –como antes le ocurrió a Solbes- a someterse a las ocurrencias y a la ignorancia en temas económicos del presidente. Pero a mí me resulta casi balsámico escuchar a un miembro de este gobierno que no recurre al engaño, a la trampa, y al malabarismo de las palabras para enmarañar la realidad. Desde hace meses, es la única componente del gobierno que reconoce que la crisis está aún lejos de desaparecer.
Ni Mariano Rajoy es un machista por desdeñar a la ministra, ni Elena Salgado es una mentirosa por formar parte de este gobierno. Se confirma que no todos los de derechas son machistas, ni todos los de izquierdas unos tramposos intelectuales. Se confirma también lo fácil que es distraer la atención de la gente de lo importante –los presupuestos- y hacer que nos ocupemos de las tonterías –el supuesto machismo de Rajoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes usar este ventanuco para escribir tu comentario