El jefe del grupo parlamentario del PSOE en el Congreso explicó ayer por qué las tropas españolas en Afganistán no están en una guerra. La razón es muy sencilla: es que están en una “war”. El conocido filólogo Alonso se ha extendido sobre la polisemia de la palabra “war”, de donde se desprende que cuando Obama habla de “war” no se refiere a una guerra sino a una “war”. Y no es porque Obama hable en inglés, sino porque una “war” es una cosa y una “guerra” es otra cosa muy diferente.
En conclusión, que el PSOE tiene las ideas muy claras: no a la guerra, pero “yes to war”.
Festival del eufemismo. Adoración al dios de lo políticamente correcto. Cambiemos el nombre a todo para no tener que cambiar nada. España se llama “estado español”. El ministerio de Trabajo se dedica a gestionar el desempleo. El de Sanidad se ocupa de los enfermos. El de defensa impone la paz en lejanos países. El de Igualdad se esfuerza en subrayar que existen dos sexos bien diferentes. ¡Abajo el diccionario! ¡Lapidemos a María Moliner! ¡Covarrubias al paredón! Seguro que Cervantes era del PP.
Lo dijo el insigne estadista a los pocos meses de llegar al poder: “las palabras no importan”.
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