En mi opinión los nacionalismos son una manera irracional de
canalizar los sentimientos primarios de la gente para beneficiar a una élite
dirigente. No se trata de una ideología propiamente dicha, sino de un anhelo que tiene mucho más que ver con la religión que con la política. Para los
nacionalistas la Independencia ocupa el mismo lugar que el Cielo para los cristianos.
Después de más de un siglo de nacionalismo, en Cataluña han llegado a las
puertas de un Cielo, que visto de cerca más parece un Purgatorio.
En Aragón nunca habíamos sido infectados por esa enfermedad.
Pero a partir de la Constitución del 78 –que tanto claudicó ante nacionalistas
vascos y catalanes-, también se izaron en esta tierra banderines de enganche
nacionalistas. Ahora que se está tramitando la Ley de Lenguas de Aragón, se
puede ver a dónde nos quiere llevar el despropósito de un nacionalismo aragonés,
que intenta emular las fechorías intelectuales de sus vecinos de Cataluña.
No nos extraña, pues, que CHA e IU propongan cosas como que el
catalán y la fabla sean cooficiales en todo Aragón; que en todos los colegios
se impartan la mitad de las clases en catalán o aragonés; que se puedan catalanizar
o “aragonesizar” los apellidos; o que la televisión pública emita también en
catalán. Propuestas que se hallan a mitad de camino entre lo absurdo y lo
totalitario, sin olvidar el enorme coste económico que supondría su implantación.
Más llamativo resulta que el Partido Socialista Obrero Español, con más de 100 años de historia
a sus espaldas, se sume a esta alocada carrera hacia ninguna parte, y proponga
también el doblaje de películas al aragonés y al catalán; la existencia de
traductores en las administraciones; que en los hospitales de Aragón se atienda
en catalán si el paciente lo solicita; o que para opositar se valore el
conocimiento del catalán.
Si las propuestas de CHA recuerdan la ingenuidad de los
niños cuando piden a sus padres que les den La Luna; las del PSOE se parecen más
a los anhelos del anciano que en su decrepitud se sube a un autobús para
rozarse con las jovencitas. Patético espectáculo el de unos y otros tratando de
inventar la Historia, y empeñados en controlar algo tan personal como es el
idioma que deben utilizar los ciudadanos. Como siempre, cuando los partidos se
apropian de las lenguas, terminan utilizándolas contra alguien.
Sin comentarios...
ResponderEliminarUna que siempre ha pensado que el lenguaje como bien decia Saurure, era una forma de comunicacion, resulta que ahora va a ser una forma de DIFERENCIACION, si a mi me parece muy bien que cada cual sepa cuanto mas mejor...de lo que quiera y de lo que le interese, pero imposiciones...si por mi fuera hablariamos todos la misma lengua en el mundo,y terminabamos con muchos problemas...
Con la cantidad de problemas "reales" que tenemos y estar pensando en ultilizar los recursos para resolver problemas inventados...
En un mundo cada vez mas globalizado, y donde se intenta terminar con todas las barreras, resulta que a unos "aldeanos" se les ha iluminado la unica neurona que tenian, y la van a usar para levantar barreras.
Yo no se a que se parecen los ideales de los politicos, lo que tengo claro es que LOS CIUDADANOS SOMOS LA ULTIMA DE SUS PREOCUPACIONES.
Para muchos políticos los ciudadanos somos los ladrillos con los que ellos se construyen suntuosos palacios
ResponderEliminarEs Sassure, de nada.
ResponderEliminarPor cierto, lingüísta que estaba en contra de la uniformidad de la que Vd. habla.
Son vds. lingüistas?
Aquí los únicos que separan son las metrópolis.
Ya que se pone, intente hacerlo bien. Ferdinand de Saussure. Pero parece que incluso escribiendo mal ha entendido a quien me referia.
ResponderEliminarYo no he hablado para nada de uniformidad. Y no, no soy linguista, soy una simple ciudadana que intento aplicar el sentido comun. (Y no se moleste en corregirme, no pongo ningun acento).
Una simple mujer... pero no una mujer simple... Mi amiga Pili... Tessa...
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