............

............

jueves, 27 de diciembre de 2012

El bigote de los nacionalistas


Esta mañana, en una entrevista en Onda Cero, Rosa Díez decía que el gobierno tenía que hacer cumplir la Constitución y la ley en todas las CC.AA., a lo que le respondía Miguel Ángel Rodríguez que  cuando el ministro de Educación ha dicho que hay que hablar el español, en Cataluña “se ha montado la marimorena”. A lo que Rosa Díez replicaba sin titubear: “Ah, pues que se monte. Es que hay cosas que hay que hacer, a pesar de los nacionalistas”.

Se puede coincidir o no con las opiniones y las propuestas de la portavoz de UPyD; pero lo que nadie puede decir es que no hable claro. Sabe lo que quiere decir, lo dice, y además se le entiende. Toda una rareza en el panorama político español.

Yo estoy de acuerdo con Rosa en que las políticas de apaciguamiento que todos los gobiernos han venido siguiendo respecto a los nacionalismos españoles sólo han servido para alimentar más a la fiera. Para darle ánimo, y para que prosiguiera en su escalada de exigencias sin límite.

En los años 30 del siglo pasado Francia y Gran Bretaña cometieron el mismo error respecto a Hítler –casualmente, otro ultranacionalista-. Como advirtió Churchill, tenían que elegir entre la indignidad y la guerra; escogieron la indignidad; pero tuvieron también la guerra.

Alguien me dirá que no se puede comparar al nacionalismo catalán o al vasco con el nazismo. Pero se equivocan: se puede. Comparar no es igualar, sino analizar semejanzas y diferencias; y decir que Charles Chaplin llevaba bigote al igual que Hítler no significa que ambos personajes tuvieran la misma catadura. Sólo que los dos llevaban bigote. En eso son comparables.

Y los nacionalismos españoles llevan el mismo bigote que Hítler. Gritan, hacen discursos patrióticos, acusan a los demás de toda clase de agravios, se inventan la Historia; y sus exigencias no tienen fin. En eso son idénticos. Por lo demás, es cierto que los nacionalistas no han dicho que quieran exterminar en cámaras de gas a los que no son catalanes (o vascos); es cierto que no están creando un poderoso ejército para invadir las regiones vecinas. Es cierto que los nacionalistas catalanes no han dicho que pertenezcan a una raza superior –aunque los nacionalistas vascos sí que lo han hecho-.

Ahora se trata de saber si el gobierno de España seguirá cometiendo la misma torpeza que cometieron los bienintencionados gobiernos de Francia y Gran Bretaña. Los nacionalistas vascos y catalanes (y también los gallegos, los aragoneses, y todos los nacionalistas) no son iguales que los nazis. Pero llevan el mismo bigote.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Mojón de decepciones


Ya pasaron la Nochebuena y la Navidad. Esas fechas míticas en las que lo religioso se combina con lo comercial con tanta dificultad como el agua con el aceite. Se logró el milagro de surtir de viandas la mesa, con más imaginación que presupuesto. Transcurrieron los festines, en muchos casos al borde de esa catástrofe que supone juntar a familiares que no se terminan de tragar, y además regarlos con vinos, cavas y licores.

Se consumó la segunda gran decepción. Esa en la que se constata que no basta que el calendario señale “25 de diciembre” para que todo el mundo olvide sus rencores y miserias, y todos nos convirtamos en seres beatíficos, pacíficos, generosos y magnánimos.

La primera gran decepción tuvo lugar tres días antes. Ante el desconcierto de millones de jugadores esperanzados la ley de probabilidades volvió a imponer su criterio, y aunque muchos fueron los llamados, muy pocos fueron elegidos por la suerte.

En unos pocos días experimentaremos otra gran decepción. Aprovechando el comienzo de un nuevo año todos acariciaremos las mejores intenciones. Unos dejarán de fumar; otros irán al gimnasio; aquél aprenderá inglés; el otro hará dieta; el de más allá se jurará no volver a gritarle a sus hijos. Y esas buenas intenciones con las que dicen que está empedrado el camino del purgatorio nos devolverán a todos a la senda de lo cotidiano. A ese recorrido al que llamamos “vida”, y en el que estas fechas no son sino los mojones kilométricos que nos recuerdan cuánto llevamos andado, y cuánto nos queda por andar.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Tetas con conetenido


Una mujer panameña, de 23 años, ha sido detenida en el aeropuerto del Prat, y tras llevarla a un centro hospitalarios, se han encontrado 1,4 kilos de cocaína en el interior de las prótesis mamarias que tenía implantadas.

Me temo que pronto veremos alguna reacción furiosa por parte de los feministas más exaltados, por el alto componente machista que este hecho supone. Se trata, sin duda, de un ejemplo más de utilización de las pobres mujeres al servicio de los miserables intereses de los hombres.

Claro que, bien pensado, este tipo de discriminación tiene su lógica. Desconozco el tamaño de los pechos de la panameña, pero apostaría que los traficantes habrán escogido a una camella dotada de dos portaequipajes formato XL. En esto también la biología se empeña en llevarles la contraria a los feministas radicales, y deja en clara desventaja a los hombres para competir en esta clase de negocios.

Mientras que no es nada extraño ver circular por los aeropuertos a mujeres dotadas de potentes air-bags delanteros, un hombre que intentara pasar 1,4 kilos de droga en los testículos sería inmediatamente detectado, aunque sólo fuera por la extraña manera de caminar, con semejante peso y volumen en la entrepierna.

A partir de ahora, ya ninguna mujer estará segura de lo que esté pensando un hombre que le diga: “qué tesoros llevas debajo de la blusa”.  Y estoy seguro de que algún mercader de drogas ya estará calculando cuánta cocaína podría caber en las nalgas de una colombiana bien dotada.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

El recuerdo de la barbarie


Ayer se cumplieron 25 años desde que unas bestias de apariencia humana segaron la vida de once personas que dormían tranquilamente en la casa cuartel de la Guardia Civil, en Zaragoza. Seis adultos y cinco niños que soñaban con cosas que nunca sabremos. Quizá algún guardia civil estuviera soñando con que identificaba a un terrorista, que lo detenía, y que a él le ascendían. Puede que alguna esposa estuviera soñando que les tocaba el gordo de Navidad, y que se compraban un bonito piso, con más comodidades que la vieja casa cuartel.

Y las niñas, ¿qué soñaban las niñas? Es posible que con las próximas vacaciones navideñas, o con los regalos que sin duda les traerían los Reyes Magos. Quizá las gemelas de tres años soñaban que se hacían mayores; que iban a un colegio y aprendían muchas cosas; que se casaban con un guardia civil muy guapo, como había hecho su mamá; o que vivían en un mundo sin preocupaciones, sin miedos ni peligros, sin hombres del saco, sin terroristas como los que había en las fotos del cuartel.

Los despiadados asesinos que cometieron aquella masacre eran unos descastados, sí. Pero eso no fue causa suficiente para el crimen. El motor que impulsó aquella matanza era una idea insensata. Hizo falta una idea aberrante, una distorsión enfermiza de la realidad, una historia inventada, un fanatismo sin límites. Aquellos iluminados no fueron sino la herramienta que servía a una idea.

Hagamos que aquellas muertes no hayan sido inútiles. Aprendamos que son determinadas ideas las que desencadenan la potencial perversión que se esconde en el corazón humano. Aprendamos a reconocer esas ideas cuando están germinando, cuando todavía parecen inofensivas. Sepamos cortarlas de raíz. Rechacemos a todo tipo de iluminados. Desconfiemos de los que nos hablan de la Tierra Prometida. Hagamos callar a toda clase de fanáticos, si no queremos que algún día se interrumpan brutalmente nuestros sueños.

martes, 11 de diciembre de 2012

Nacionalismo de niños y viejos


En mi opinión los nacionalismos son una manera irracional de canalizar los sentimientos primarios de la gente para beneficiar a una élite dirigente. No se trata de una ideología propiamente dicha, sino de un anhelo que tiene mucho más que ver con la religión que con la política. Para los nacionalistas la Independencia ocupa el mismo lugar que el Cielo para los cristianos. Después de más de un siglo de nacionalismo, en Cataluña han llegado a las puertas de un Cielo, que visto de cerca más parece un Purgatorio.

En Aragón nunca habíamos sido infectados por esa enfermedad. Pero a partir de la Constitución del 78 –que tanto claudicó ante nacionalistas vascos y catalanes-, también se izaron en esta tierra banderines de enganche nacionalistas. Ahora que se está tramitando la Ley de Lenguas de Aragón, se puede ver a dónde nos quiere llevar el despropósito de un nacionalismo aragonés, que intenta emular las fechorías intelectuales de sus vecinos de Cataluña.

No nos extraña, pues, que CHA e IU propongan cosas como que el catalán y la fabla sean cooficiales en todo Aragón; que en todos los colegios se impartan la mitad de las clases en catalán o aragonés; que se puedan catalanizar o “aragonesizar” los apellidos; o que la televisión pública emita también en catalán. Propuestas que se hallan a mitad de camino entre lo absurdo y lo totalitario, sin olvidar el enorme coste económico que supondría su implantación.

Más llamativo resulta que el Partido Socialista Obrero Español, con más de 100 años de historia a sus espaldas, se sume a esta alocada carrera hacia ninguna parte, y proponga también el doblaje de películas al aragonés y al catalán; la existencia de traductores en las administraciones; que en los hospitales de Aragón se atienda en catalán si el paciente lo solicita; o que para opositar se valore el conocimiento del catalán.

Si las propuestas de CHA recuerdan la ingenuidad de los niños cuando piden a sus padres que les den La Luna; las del PSOE se parecen más a los anhelos del anciano que en su decrepitud se sube a un autobús para rozarse con las jovencitas. Patético espectáculo el de unos y otros tratando de inventar la Historia, y empeñados en controlar algo tan personal como es el idioma que deben utilizar los ciudadanos. Como siempre, cuando los partidos se apropian de las lenguas, terminan utilizándolas contra alguien.