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sábado, 11 de julio de 2009

Solidaridad con el pasado

En la población italiana de L’Aquila existe una vieja fortaleza, que fue construida por la corona española, en el siglo XVI. La construcción ha quedado seriamente dañada por el terremoto del 6 de abril, y el gobierno italiano no dispone de dinero para repararla.
Pero para suerte de Italia allí estaba Zapatero, que rumboso como siempre, ha dicho que va a poner 50 millones de euros (*) para reconstruir el edificio. No se sabe si esa obra es la necesidad más urgente de los afectados por el terremoto, y tampoco consta que todos los edificios históricos españoles estén en perfecto estado. Pero eso no importa porque la economía española es la más boyante del mundo mundial, y podemos permitirnos toda clase de dispendios.
Y para justificar la dádiva el presidente ha dicho “España será solidaria con su pasado”.
Todos los países iberoamericanos se deben estar frotando las manos, y preparándose a pedirle a Zapatero dinero para rehabilitar los miles de edificios que se construyeron en esas tierras, cuando eran posesiones españolas.

Hoy sólo pensaba despedirme del blog hasta septiembre, invitando a todos a proponer asuntos para comentar, o a reflejar sus experiencias veraniegas. El lunes me voy a Grecia, y después haré algunas escapadas más a lugares aún no decididos. Desconectaré de la actualidad, y el mundo seguirá girando igual que siempre. Nuestros políticos continuarán comportándose como adolescentes, y seguirán tratándonos como a imbéciles.
Todo seguirá igual sin un Pepito Grillo vestido de botijo. Aprovecho para desear a todos los que visitan el blog que disfruten de los grandes y pequeños momentos. Yo pienso hacer exactamente eso. En septiembre, los que lo deseen volverán a encontrar aquí un comentario diario.

No pensaba hablar de nada, pero no he podido resistirme a comentar esta nueva genialidad del presidente
“España será solidaria con su pasado”
¡Qué gilipollez!

(*) Según los expertos consultados, los 50 millones de euros no los va a poner el presidente, sino que usted y yo pondremos 2 euritos cada uno para la vieja fortaleza italiana.

viernes, 10 de julio de 2009

El teorema Zapatero

Al parecer ya falta menos para que se decida el sistema por el que las CC.AA. van a recibir dinero del Estado. Todos los gobiernos autónomos quieren que aumente la cantidad que reciben, y el gobierno jura sobre la foto de Pablo Iglesias que todos van a quedar muy contentos.
Por su parte, los tres partidos nacionalistas de Cataluña (CiU, ERC, y PSC) quieren hacer valer que ellos tienen un estatuto nuevo, que les reconoce una posición privilegiada respecto al resto de los humildes españoles, y parecen dispuestos a llevarse –también esta vez- una suculenta tajada de ese pastel algo seco al que llamamos España.
Es en este contexto en el que el presidente del gobierno ha dado un paso más hacia su inmortalidad entre los sabios que en el mundo han sido. En este caso ha sido el área de las matemáticas el que ha tenido el gran honor de recibir su aportación. Se trata de lo que Artur Mas ha denominado “el teorema Zapatero”, que consiste en algo tan sencillo aritméticamente como asegurar que “todas las CC.AA. van a recibir dinero por encima de la media”.
Tras su incursión en el campo de la lingüística (“las palabras no importan”); en el de la ciencia política (“la esencia de la democracia es la cintura”); en el de la Historia (“esta es la ministra más joven de la historia de España”), este innovador teorema va a poner patas arriba todos los tratados de matemáticas y de estadística. Los estudiantes del futuro aprenderán que a partir de 2009 empezó a ser posible repartir algo entre varios de manera que todos reciban por encima de la media.
El nombre de Zapatero se escribirá con todo merecimiento junto a los de Pitágoras, Kepler, Newton, Fermat o Einstein.

jueves, 9 de julio de 2009

Nos tienen manía

El FMI acaba de publicar sus nuevas previsiones para la economía mundial. en el que mejoran las expectativas para EE.UU. y para la zona euro. España es la única excepción, y el organismo internacional prevé que será el único país que no comenzará a remontar la crisis en 2009.
¿En qué se diferencia España del resto de los países más desarrollados? ¿será que sus trabajadores son más perezosos? ¿quizá que nuestros banqueros son menos eficientes? ¿Acaso los empresarios españoles son más torpes? ¿podría ser que nuestro gobierno sea más incapaz?
No me puedo creer nada de todo eso. Nuestros trabajadores son los más esforzados, nuestros banqueros los más perspicaces, nuestros empresarios los más emprendedores, y tenemos el presidente de gobierno más listo del mundo.
La única explicación que se me ocurre es que en el FMI nos tienen manía. Seguro que se han inventado el dato para perjudicarnos.

miércoles, 8 de julio de 2009

China

Me siente en la terraza, y enseguida aparece el chino con su eterna sonrisa.
– Hola ¿Bacaldí con Coca-cola?
Le digo que sí, y me quedo mirándole mientras se mete en el bar para preparar la bebida y traerla, acompañada de un platillo con pipas. Es uno de los cientos de bares y cafeterías que han cambiado de dueño en los últimos años. Los extranjeros que más horas pasan en los bares españoles ya no son los alemanes, sino los chinos.
Vuelve el camarero con la bebida, las pipas y la cuenta.
– Cuatlo cualenta.
Le pago, y me legala otla sonlisa.

¡China! El país que atrajo a Marco Polo y a Cristóbal Colón. Uno de los países más sorprendentes de la Tierra. Aquí todos pensábamos que en China sólo había 1.300 millones de chinos, y ahora nos estamos enterando que no todos los chinos son igual de chinos. Resulta que hay chinos “han” y chinos “uigures”. Y resulta que se están matando los unos a los otros.
También pensábamos que en China se habían eliminado definitivamente las veleidades religiosas, y ahora nos enteramos de que hay unos cuantos millones de musulmanes. Creíamos que era un país comunista, pero nos encontramos con que están compitiendo ferozmente en el mercado capitalista mundial, y que son los dueños de gran parte de los activos financieros de EE.UU.
Me acuerdo de las palabras de Napoleón: “Cuando China despierte, el mundo temblará”.
Veo pasar otra vez al chino menudo y sonriente con otra bandeja con bebidas. Parece un tipo muy despierto.
¿Debería echarme a temblar?

martes, 7 de julio de 2009

Sobre el jurado

El Tribunal Superior de Justicia del País Valenciano ha decidio imputar a Francisco Camps, presidente de la Comunidad Autónoma, por un presunto delito de cohecho. El motivo del asunto sería el haber recibido trajes de regalo por un importe de 12.000 euros.
A uno se le ocurre que parece algo grotesco que alguien que maneja un presupuesto de miles de millones se venda por unos trajes, que podría comprar sin ningún esfuerzo.
Pero los que ostentan el poder en una democracia no son exactamente ciudadanos como los demás, y deben tener una conducta siempre transparente. No basta con que sean honrados, sino que además tienen que parecerlo. En este sentido, y con independencia de lo que decida al final la justicia, Camps está en el ojo del huracán, y el PP debe sufrir las consecuencias políticas de apoyarle.

Pero no es de eso de lo que yo quería hablar, sino del hecho de que si finalmente se sienta en el banquillo será un jurado el que decidirá sobre su inocencia o su culpabilidad.
Ya sé que los juicios con jurado gozan de mucha popularidad, quizá por una extensión de esa “democratitis” (*) que padecemos. Se podría escribir mucho a favor y en contra de la intervención del jurado en los juicios. Entre los juristas circula el dicho: “Si me acusan de un delito y soy inocente, prefiero que me juzgue un magistrado. Pero si soy culpable, prefiero que me juzgue un jurado”. Sin duda porque es más fácil engañar a un jurado que a un juez profesional.
Como todo en esta vida, los jurados tienen sus pros y sus contras. Pero si algo parece completamente inapropiado es que sea un jurado el que decida sobre la inocencia o culpabilidad de un político. Dado el alto grado de sectarismo que impera en España, hay que ser muy ingenuo para esperar que los miembros del jurado puedan emitir un veredicto con independencia de sus preferencias políticas. Esperar que un jurado sea imparcial al juzgar a un político es tan absurdo como dejar que el ganador de un partido Real Madrid-Barça dependa de la opinión de los espectadores.
Si en el jurado que juzgue a Camps hay más simpatizantes del PP que del PSOE, el acusado tiene la más alta probabilidad de ser absuelto. En cambio, si por azar el número de simpatizantes del PSOE es mayor que el del PP, Camps será declarado culpable casi con seguridad.
Si su destino depende del azar al elegir jurados ¿por qué no se le declara inocente o culpable echando una moneda al aire? Sería mucho más barato, y el resultado igual de aleatorio.

(*) Democratitis: Enfermedad leve, pero muy contagiosa, cuyo síntoma principal consiste en creer que el sistema de decisión por mayoría es el mejor método en cualquier caso.

lunes, 6 de julio de 2009

Usted se calla

Las opiniones sobre cualquier cosa son casi infinitas. A menudo, lo que piensa uno sobre un asunto es tan diferente de lo que piensa otro que parecería que viven en planetas diferentes. o que hablan de cuestiones totalmente distintas.
Eso es un hecho indiscutible, que obedece a diversos factores, y ha sido y seguirá siendo así. Sin embargo, el tener que escuchar opiniones distintas de la propia nos crea a menudo cierto malestar. Sería más fácil si todo el mundo viera las cosas como nosotros y opinara como nosotros.
Pero no es así. y tenemos que soportar todos los días a personas que dicen cosas que no nos gustan, que nos parecen sin sentido, o que hieren nuestra sensibilidad o nuestras convicciones.
Deberíamos reconocer sin reservas que los demás tienen el mismo derecho que nosotros a pensar como piensan o a decir lo que creen. Pero… a menudo lo aceptamos muy a regañadientes, quizá porque confundimos lo que es negar una opinión nuestra con una negación a nosotros mismos.
Y así surgió la censura, que es el método más corriente que emplea el poder para silenciar las opiniones discrepantes.
Los que no ostentan el poder utilizan un método casero, pero que pretende exactamente lo mismo: Usted se calla.
¡Qué bien se siente uno cuando nadie dice lo que no nos gusta escuchar.

viernes, 3 de julio de 2009

La política tiene razones que la razón no entiende

El presidente Zapatero se ha puesto la túnica de Salomón, y ha dado a conocer su decisión sobre la central nuclear de Santa María de Garoña. No se cerrará en dos años –como exigen los ecologistas-, ni permanecerá abierta diez años más –como recomienda el Consejo de Seguridad Nuclear-.
Se consolida ese estilo de hacer política que consiste en intentar satisfacer a todos, y que tanto viene practicando el actual presidente.
Sin embargo, a menudo el intento de satisfacer a todos da como resultado la insatisfacción general. Con la decisión tomada no están satisfechos ni los ecologistas ni los que creen que habría que aprovechar el rendimiento de la central.
Tampoco podemos estar satisfechos los que no tenemos una postura predefinida, y nos limitamos a tratar de analizar racionalmente los problemas. Porque… si se decide ignorar la recomendación de los expertos, y cerrarla porque la energía nuclear es mala en sí misma ¿por qué no se hace inmediatamente?. Lo mismo podemos preguntarnos si el cierre se debe a que la central está anticuada ¿Por qué no se cierra lo antes posible una central poco segura?
Y si se decide ignorar los alegatos de los ecologistas ¿Por qué no durante los diez años que recomiendan los expertos?
Y por último: si hay que hacer reformas en la central –reformas que cuestan muchos millones- ¿qué sentido tiene reformarla para cerrarla dos años más tarde?
……….
– Papá, aparca a la derecha.
– No le hagas caso: aparca a la izquierda.
– Callad. Dejaré el coche en medio de la calle. Así estaréis contentos todos.

Se suele hablar del juicio de Salomón como ejemplo de la mejor justicia. Lo cierto es que la decisión de dividir al niño en dos era la peor de las opciones posibles.

jueves, 2 de julio de 2009

¡Qué calor!

El sol se vierte a chorros sobre Zaragoza en la media tarde. Los termómetros de las calles compiten entre sí, enloquecidos, para mostrar a los viandantes la cifra más alta.
Saben que su veredicto será motivo de comentario y debate en talleres y oficinas, mañana por la mañana.
– En la Gran Vía marcaba 38 grados.
– Eso no es nada. El de la Plaza España señalaba 41.
– Pues el de la farmacia de debajo de mi casa daba 43.
– Yo creo que todos van mal. Hacía mucho más calor.
– Seguro que hemos llegado a 50.
Subo al autobús y contengo mi impulso de abrazar al conductor ¡Qué bien se está con el aire acondicionado!
Me siento en el flanco de sombra y contemplo a los pocos peatones suicidas que caminan por las aceras. ¡Pobre gente! ¡víctimas de la crisis que no pueden pagarse un billete de autobús para estar frescos!
Nos acercamos a mi parada de destino. Titubeo. Miro el reloj. Voy con adelanto a la hora prevista.
Llegamos a mi parada y no me levanto. Mi conciencia me dice “cobarde, bájate si eres hombre”. Pero con el ruido del motor no la oigo, y sigo adelante. Llegaré al final de trayecto, y regresaré en el mismo vehículo. Veinte minutos más de frescor robado a la tarde infernal.
Antes me gustaban los templos por su agradable temperatura en verano. A veces me colaba un rato en alguno, no para rezar, sino para huir de las temperaturas tropicales.
Ahora, desde que han puesto aire acondicionado en los autobuses, no entro en las iglesias más que para asistir a alguna boda o bautizo.
Da igual. Tengo la impresión de que nadie me echa de menos allí.

miércoles, 1 de julio de 2009

Matar una idea

El Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo ha apoyado por unanimidad la decisión del gobierno de Aznar, en 2003, de ilegalizar a Batasuna.
El alto tribunal es contundente en sus apreciaciones, y deja muy claro que España es una democracia homologada, y que tiene derecho a defenderse de aquellos que aspirar precisamente a terminar con ella.
La reacción ha sido de satisfacción en el PSOE, el PP, y UPyD. Pero no así en PNV, ERC, IU, y CiU. Con los criterios jurídicos de la presidenta del Tribunal Constitucional español, esta habría sido una mala sentencia, porque no satisface a todos.
Afortunadamente, en el resto de Europa se toman la justicia en serio, y los jueces emiten sus sentencias razonándolas en base a criterios jurídicos, y no a componendas de amiguetes.
A mí esa sentencia me deja un sabor agridulce. Por una parte me alegra que desde Europa se avale la lucha del Estado español contra el entramado terrorista. Pero por otra parte no puedo evitar que algo profundo chirríe en lo que supone la ilegalización de un partido político. Ya me pasó cuando se produjo la ilegalización de Batasuna: me alegró, pero no me gustó.
Sé que ilegalizar a Batasuna y similares es una medida eficaz para el debilitamiento de los asesinos de ETA. Pero también sé que es imposible prohibir las ideas. Lo intentó Stalin en 1917; lo intentó Hítler, en 1935; lo intentó Franco, en 1939; lo llevan intentando los israelíes desde 1949. Y hace dos mil años lo había intentado el Imperio Romano.
Por mucho que nos pese, no se puede matar una idea de un palmetazo. Las ideas no mueren de manera violenta. Sólo pueden morir de viejas, cuando son sustituidas por otras mejores.