............

............

jueves, 25 de febrero de 2010

El profeta

Los profetas eran unos individuos que, atribuyéndose poderes sobrenaturales o alegando disponer de información privilegiada de los dioses, anunciaban a sus congéneres acontecimientos futuros. Los congéneres les escuchaban temerosos, y en un mundo en el que eran muchas más las incertidumbres que las certezas, se avenían a seguir las indicaciones del profeta, por si acaso.
A medida que fue creciendo el conocimiento científico la gente fue estando menos dispuesta a creerse lo que decían los profetas, y finalmente cayeron en desuso. Desde hace ya mucho, a los pocos que intentan ejercer de profetas se les denomina cuentistas.
Pues bien: en 2004 llegó al poder en España un profeta. Y no lo digo porque los dioses le dieran su favor enviando carros de fuego en el mejor momento para hacer variar la intención de voto de mucha gente, sino por su estilo característico de hablar a las masas.
Normalmente, los que tienen una posición de poder –sea político, económico o empresarial- se dirigen a los que de ellos dependen para anunciar sus ideas, sus proyectos, sus deseos y sus intenciones. Es decir: anuncian lo que van a hacer. En cambio, Rodríguez Zapatero lleva siete años anunciando, no lo que va a hacer él, sino lo que va a suceder, y eso no es otra cosa sino hacer profecías.
En 2004 profetizó que John Kerry ganaría las elecciones en EE.UU. En 2005 que Gerhard Schröder las ganaría en Alemania, y en 2007 que Ségoléne Royal sería presidente de Francia. No acertó ni una de sus profecías.
En el ámbito nacional, en 2006 profetizó que ETA dejaría las armas en breve. En diciembre profetizó que dentro de un año estaríamos mejor respecto al terrorismo. En 2007, que la crisis de la que se hablaba sólo afectaría a EE.UU, y que nunca llegaría a España. En 2008, que la crisis no nos afectaría y que pronto estaríamos mejor que Italia y Francia. En marzo de 2009 profetizó que a partir del verano comenzaría a crearse empleo, y poco después profetizó que lo peor de la crisis ya había pasado. Exactamente lo mismo que acaba de hacer en febrero de 2010. Tampoco ha acertado en ninguna de esas profecías.
En cualquier país con una democracia consolidada semejante cúmulo de desaciertos habría provocado la dimisión o la expulsión a gorrazos de un personaje tan poco fiable. Pero ya se sabe que España es diferente.
Aún así, uno contempla perplejo ese peculiar estilo profético de gobernar, esa osadía con la que anuncia acontecimientos futuros que no dependen de él. Pero con más perplejidad aún el hecho de que millones de congéneres continúen escuchando sus palabras, y muchos de ellos continúen creyendo sus profecías.
Me pregunto quién se cansará antes: Zapatero de profetizar lo que no sabe, o los ciudadanos de creer lo que no ocurre.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Todo puede ir a peor

Alguien dijo que no hay situación desesperada que no pueda empeorar.
En 2008, como resultado de la votación popular, un personaje conocido como “El Chiquilicuatre” fue designado para representar a TVE en el festival de Eurovisión. La calidad de la canción y del cantante son opinables. “El Chiquilicuatre” es un personaje pintoresco, discutible como actor, y bastante malo como cantante. El resultado en Eurovisión fue demoledor, y “El Chiquilicuatre” cayó en el olvido.
Anteayer tuvo lugar la gala para designar al finalista para el festival de este año, entre los que han obtenido más votos. Entre ese grupo de cantantes que aspiraban a alcanzar la fama a través del depauperado festival, también había sido votado por la gente un tipo impresentable, zafio, violento, agresivo, ex-presidiario, y que probablemente necesitaría una intervención psiquiátrica urgente. Si alguien no ha visto el programa que emitió TVE, le recomiendo que pinche el enlace. No tiene desperdicio.
No me preocupa el personajillo en sí. Hay muchos como él por nuestras calles, nuestras cárceles o nuestros psiquiátricos.
Me preocupa que TVE haya permitido que este tipejo apareciera en las pantallas de millones de hogares, sin que nadie decidiera poner publicidad mientras el personal sanitario retiraba del escenario al energúmeno.
Y me preocupa mucho más que este subproducto de la sociedad haya llegado a ese plató por votación popular. Lo que significa que mucha gente –me temo que demasiada- vota para que alguien vaya a cantar, no en función de su calidad artística sino de sus simpatías o antipatías. Significa que hay mucha gente –me temo que demasiada- que admira a perturbados como ese, que les aplaude, que les jalea, y que fomenta su narcisismo histriónico.
Me preocupa porque no tengo nada claro que los que han elegido a este cafre para cantar, sean capaces de afinar mejor su criterio cuando tienen que votar a alguien para gobernar.
No sé si la situación en España es desesperada, pero sin duda puede llegar a ser mucho peor.

martes, 23 de febrero de 2010

Los cabroncitos

Se llama Rafael, pero todo el mundo lo conoce como “El Rafita”. Se dio a conocer en toda España por su participación en el secuestro y asesinato de Sanda Palo. En aquél momento tenía menos de 18 años, y le fue aplicada la Ley del Menor, lo que en la práctica supone un limbo jurídico que deja casi impunes los delitos más graves.
Después fue puesto en libertad “vigilada”. Pero tan mal vigilada que ya ha sido detenido no sé cuántas veces por participar en diversos delitos. De arrepentimiento, nada. De reinserción, nada.
Algo no está bien pensado en una ley que considera que cualquier individuo que no haya cumplido los 18 años es un tierno infante que necesita mucho mimo, mucho cariño, y mucha protección. Se diría que la sociedad, más que reformar al delincuentecito y protegerse de sus crimencitos, quiere pedirle disculpas por no haber sabido educarle bien.
Se reabre el debate sobre el adelanto o no de la edad penal. Pero no tiene por qué ir por ahí la cosa. La ley establece límites de edad para muchas cosas, pero no siempre son barreras absolutas. Cualquiera tiene derecho a conducir un automóvil a partir de los 18 años, excepto si no reúne ciertas condiciones físicas y psíquicas. ¿Por qué no se puede hacer algo parecido con la edad penal? Todo menor de 18 años tendría derecho a que se le aplicaran sus beneficios, excepto si un equipo de expertos profesionales dictamina que sus características no lo aconsejan. Y no deberían aconsejarlo cuando esos expertos están seguros de que el cabroncito no va a aprovechar la oportunidad de reinserción, sino que va a aprovecharse de los buenos y quiméricos deseos de los legisladores.
Igualmente se podría considerar el factor de reincidencia: todo menor de 18 años tiene derecho a que se le aplique una legislación más blanda, pero sólo la primera vez que delinque. Si reincide en el delito, debería pasar automáticamente al régimen penitenciario general.
Todos podemos cometer una grave equivocación, y a los menores debería dárseles una segunda oportunidad. Pero no infinitas oportunidades. Desgraciadamente, a algunos de esos cabroncitos habría que retirarles el diminutivo.

lunes, 22 de febrero de 2010

Animales de primera

Un cocinero italiano ha sido cesado en su espacio de televisión por haber presentado una receta de guiso de gato.
Por supuesto, contra gustos no hay nada escrito, y a muchos les puede repugnar comer carne de gato, de perro, o de serpiente. Pero no se explica muy bien en base a qué ley se concede a ciertas especies unos privilegios que otras no tienen.
¿Por qué es una barbaridad comer carne de gato y no ocurre lo mismo con la de caballo? ¿Acaso los gatos son más humanos? ¿Existe la declaración universal de los derechos del gato? ¿Está en peligro de extinción el gato? ¿Acaso el gato no comería carne humana si pudiera?
Siempre me ha llamado la atención la distinta consideración que tenemos hacia diferentes animales. En mi opinión, unos son más inteligentes y otros menos; unos cooperan con el hombre y otros no; unos son más bellos o más evolucionados que otros. Pero ¿por qué merece más respeto un gato que un mejillón? ¿alguien le ha preguntado su opinión a los mejillones?

viernes, 19 de febrero de 2010

La peineta de Aznar

El ex-presidente Aznar fue abucheado ayer por un grupo de estudiantes que querían boicotear la conferencia que iba a impartir. Les respondió con un gesto bien conocido, y bastante obsceno.
En primer lugar, en el sueldo de ex-presidente del gobierno va incluido saber mantener el tipo ante cosas como ésta.
En segundo lugar, si no hubiera sido por ese gesto, la noticia del boicot a su conferencia hubiera pasado desapercibida. Pero en realidad me parece bastante más grave que se pisotee la libertad de expresión que hacer un mal gesto. Lo primero es un atentado a las libertades fundamentales, lo segundo es sólo un atentado a la buena educación.
En tercer lugar, hace unos años el rey fue también abucheado en Vitoria, y respondió con el mismo gesto. En aquella ocasión se pensó “muy bien tío”. Ahora la reacción es “otra chulería de Aznar”. ¿Significa que todo lo que haga el rey está bien? ¿que todo lo que haga Aznar estará mal? ¿o ambas cosas?
Me parece muy mal la reacción de Aznar. Pero me parece mucho más preocupante que después de 30 años de democracia, todavía existan energúmenos que utilizan métodos fascistas para hacer callar a otros, y encima llamándoles ¡fascista!

jueves, 18 de febrero de 2010

Salomón y la custodia compartida

Además de los problemas emocionales y económicos, una separación implica también un importante problema cuando hay hijos pequeños. Si lo ideal sería que los niños crecieran junto a sus dos progenitores, eso resulta imposible cuando estos son incapaces de convivir.
Hasta ahora –y en clara violación de los principios de igualdad que tanto se pregonan- los jueces adjudican mayoritariamente a las madres la guarda y custodia de los menores. No se sabe por qué, pero parece que se impone el criterio de que las madres están más capacitadas para cuidar a sus hijos –continuando con la violación de los criterios de igualdad.
Últimamente se va abriendo camino la solución de estipular la custodia compartida para ambos, lo que se traduce en que los menores tienen que convivir a tiempos iguales con uno y con otra. Sólo hay dos formas de hacerlo: o los niños hacen la maleta cada tres o seis meses para ir y venir de casa de papá a casa de mamá, o los niños están siempre en la misma vivienda y son papá y mamá los que hacen las maletas y van allí a vivir cada tres o seis meses.
¿Es razonable privar a los niños de un hogar, de un dormitorio, de un entorno estables? ¿Es buena solución que sean padre y madre los que se turnen en la vivienda?
Y la pregunta de fondo ¿cómo pueden compartir la educación de los niños aquellos que no sólo han sido incapaces de entenderse para convivir, sino que tampoco lo han sido para ponerse de acuerdo respecto a los términos de la separación?
Partir psicológicamente al niño en dos es una mala versión del famoso juicio de Salomón.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Estar a la altura

El presidente del gobierno comparece hoy en el Congreso “para informar de la Cumbre Europea, y para dar cuenta de las últimas propuestas del Gobierno frente a la crisis”.
Eso es lo que dice el escrito que presentó el grupo del PSOE. Para eso se ha convocado el pleno: para que Zapatero explique.
Pero por milagros del marketing y de los medios de comunicación casi todo el mundo está convencido de que se trata de ver si Zapatero y Rajoy pueden alcanzar un pacto de estado, y de paso para ver si Rajoy tiene soluciones para la situación económica.
Malabarismo político. Estafa democrática. Birlibirloque intelectual. Engañabobos mediático.
El responsable de la marcha del país es el gobierno. El que en la última campaña electoral prometió pleno empleo, aseguró que la crisis no llegaría a España, y presumió de que íbamos tan bien que devolvería 400 euros a todo el mundo fue Zapatero.
Rajoy tiene la obligación de denunciar todo lo que crea que hace mal el gobierno, como hace la oposición en todos los países democráticos. No tiene por qué dar cheques en blanco, no tiene por qué “arrimar el hombro”. Los votantes no le dieron esa responsabilidad.
Si el presidente no sabe cómo salir de la crisis puede dimitir y dejar que otro socialista tome el relevo. O bien puede convocar elecciones generales para que seamos los ciudadanos los que decidamos.
Y es en ese caso, durante la campaña electoral, cuando Rajoy, y quien sustituya a Zapatero en el PSOE, y los demás partidos deberán hacer sus propuestas y explicar sus soluciones.
Pero de momento no estamos en campaña electoral. De momento el presidente del gobierno es el que es. De momento esperamos que hoy Zapatero explique lo que dijo que iba a explicar hoy.
Si al final del día hay más gente hablando sobre si Rajoy ha estado a la altura en el debate, en lugar de calibrar si Zapatero está a la altura en el gobierno, nos la habrán vuelto a colar con vaselina.
¿Estamos a la altura los ciudadanos?

martes, 16 de febrero de 2010

De estúpidos y estupideces

Es difícil saber cuántos estúpidos pueblan el planeta. No existen estadísticas fiables, entre otras cosas porque no hay unanimidad para definir dónde está el límite, y dónde uno empieza a poder ser considerado estúpido.
Si nos atenemos a la opinión que tiene la gente sobre sí misma, el número de estúpidos es casi cero, ya que son escasísimas las personas que se reconocen –en serio- como estúpidos. Probablemente porque los auténticos estúpidos son incapaces de darse cuenta de ello.
En cambio, si nos basamos en la opinión de la gente sobre otras gentes, la cifra de estúpidos aumenta considerablemente. Son innumerables los que pensan que están rodeados de estúpidos.
Evidentemente, haberlos, haylos. Pero no creo que sean muchas las personas estúpidas de un modo absoluto.
Otra cosa son las estupideces. Se atribuye a Einstein la frase: “sólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y de lo primero no estoy completamente seguro”.
Y es cierto. Porque todos decimos y cometemos estupideces. Los simples, las personas consideradas de inteligencia normal, y los grandes genios. Todos.
El problema consiste en que hay una tendencia a identificar “estúpido” y “estupidez”. Por eso nos cuesta tanto reconocer que hemos cometido una estupidez, porque creemos que es lo mismo que admitir que somos unos estúpidos. Y como decía antes, casi nadie admite ser estúpido.
Pero creer que todo el que comete una estupidez es un estúpido… no deja de ser otra estupidez.

lunes, 15 de febrero de 2010

Precipitación, estupidez, y tragedia

Hace unas semanas saltó la noticia de una niña que falleció a causa de diversas lesiones, y cuyo padrastro fue inmediatamente detenido como sospechoso de haberle producido las mismas. Los médicos levantaron la liebre, la opinión pública se tiró a la yugular del padre, y varias asociaciones convocaron manifestaciones de protesta. Días después la autopsia confirmó la versión de los hechos del detenido, quien no había hecho el menor daño a la niña.
Eso es precipitación.
Hace dos años se modificó el Código Civil, retirando el artículo que permitía que los padres pudieran corregir moderada y razonablemente a sus hijos. Dijeron que era para erradicar los malos tratos, y que en ningún caso está justificado que unos padres den un azote a un hijo.
Eso es estupidez.
En Palma de Mallorca ha ingresado en estado de coma un niño de dos años. Sus padres han ingresado en prisión. Pero lo más terrible es que resulta que en el mismo hospital constan veinte informes de anteriores ocasiones en las que habían tenido que atender a ese mismo niño. ¡Veinte veces que no sirvieron para que nadie tomara medidas!
Eso es una tragedia.
Me temo que en lo social, en lo político y en lo económico, en España llevamos unos años haciendo estupideces con precipitación.
No deberíamos extrañarnos si todo termina en tragedia.

viernes, 12 de febrero de 2010

Pacto de Estado

Un pacto de estado es una medida extraordinaria, que consiste en que los principales partidos antagónicos ponen en cuarentena su lucha por el poder, para aunar sus esfuerzos en una tarea común de gobierno. Como es natural, tal cosa sólo se produce en situaciones nacionales realmente graves. Por eso a ese tipo de pactos se les llama también “de salvación nacional”.
Desde hace más de un año son muchas las voces que sugieren la conveniencia de formar en España un pacto de ese tipo, y hoy, el rey se ha sumado a ellos. Sin embargo, me parece muy poco probable que tal cosa ocurra.
Por una parte porque el PSOE de Zapatero entiende eso de los pactos con el PP como que lo que tiene que hacer este partido es callarse y “arrimar el hombro”.
En segundo lugar porque al PP le conviene más dejar que Zapatero se ponga él solito la soga al cuello con sus vaivenes y ocurrencias.
En tercer lugar porque el panorama político se halla altamente polarizado entre izquierda y derecha. Los líderes de ambos partidos han contribuido a crear un ambiente de confrontación irreconciliable en vez de otro de sana competencia democrática.
Y por último porque el sistema político español hace que cada poco tiempo tengamos elecciones –generales, autonómicas, municipales, europeas, vascas, gallegas y catalanas). Esto obliga a los grandes partidos a moverse siempre con una estrategia de corto plazo, completamente incompatible con un pacto de estado.
Me temo que –por desgracia para todos- las cosas seguirán empeorando hasta que estemos tan mal que sólo las soluciones draconianas sean posibles.

jueves, 11 de febrero de 2010

Sé infiel y no mires con quién

Entre las numerosas amenazas que pueden planear sobre una relación de pareja, la infidelidad es quizá la más temida. Salvo excepciones, una pareja estable se construye sobre un compromiso –tácito o expreso- de exclusividad mutua en cuanto a las relaciones sexuales.
Sin embargo, la ruptura de ese compromiso no es infrecuente. Numerosos factores –desde una personalidad emocionalmente inestable hasta el despecho por una discusión violenta- pueden conducir a un encuentro sexual con una persona diferente de la pareja “oficial”.
La cuestión estriba en saber si una infidelidad tiene que traducirse en una ruptura de la pareja, o si puede suponer simplemente un tropiezo desagradable.
¿Se puede perdonar –pero de verdad- una infidelidad? ¿Supone la pérdida definitiva de la confianza? ¿Indica que el amor y la ilusión se han roto para siempre? ¿Acaso es la exclusividad sexual un imperativo cultural antinatural?

miércoles, 10 de febrero de 2010

Monteagudo

Un grupo de demócratas tolerantes ha pedido al Tribunal Superior de Justicia de Madrid que se retire el Cristo de Monteagudo, situado en un monte propiedad del Estado, en el pueblo de Murcia del mismo nombre. Argumentan que al estar en un lugar público, se puede identificar al Estado con el credo católico.
Pues me parece muy bien. A ver si cunde el ejemplo y dejan de utilizarse los espacios públicos para mostrar ideas y creencias privadas.
Podríamos empezar por la demolición de todas las iglesias, catedrales y monumentos religiosos- que además se ven mucho y estropean el paisaje-. Después tendrían que prohibirse todo tipo de procesiones, actos de Semana Santa, ofrendas de flores, etc., porque utilizan la vía pública.
A continuación se prohibirán los actos de celebración de acontecimientos deportivos en la vía pública, y por la misma razón todas las manifestaciones de cualquier signo.
Después se prohibirá transitar por la vía pública a cualquier persona vestida con ropas que les identifiquen con alguna religión. Quedará prohibido caminar por la vía pública llevando medallas de la Virgen del Pilar o cualquier otro símbolo religioso. O mejor aún: cualquier persona que tenga alguna creencia religiosa deberá permanecer sin salir de casa. Es más: habría que prohibir el uso de la vía pública a cualquier persona que tenga creencias, a cualquiera que piense.
Da gusto comprobar cómo ejercen la tolerancia muchos que se autoproclaman tolerantes.

martes, 9 de febrero de 2010

El mereciómetro

Es curiosa la manera en que las personas solemos abordar la cuestión de los merecimientos. Por ejemplo: son legión los que piensan que la vida les ha dado menos de lo que merecen, que la gente les trata peor de lo que merecen, o que ganan menos de lo que merecen por su trabajo. En cambio, resulta rarísimo encontrar a alguien que crea que tiene, le tratan, o gana más de lo que merece.
¿A qué se puede deber esa asimetría? Porque admitiendo que el mundo no es justo, lo normal sería que esa falta de equidad se diera en los dos sentidos: mientras unos obtendrían menos de lo que merecen, otros tendrían que obtener más.
También es interesante ver cómo mucha gente reclama cosas a la Administración (un centro de salud, un colegio, un puesto de trabajo, una vivienda “digna”) dando como único argumento “porque nos lo merecemos”,
Me gustaría saber dónde venden los “mereciómetros”.

lunes, 8 de febrero de 2010

El socialfeminismo

Desde que llegó al poder el gobierno socialfeminista puso en marcha una potente campaña enfatizando la cuestión de los malos tratos a mujeres por parte de sus parejas. Naturalmente, se trata de actos no sólo condenables, sino claramente delictivos, y que ya estaban tipificados en el código penal.
Pero el gobierno socialfeminista se propuso que estos delitos fueran considerados por la sociedad como hiperdelitos. Para ello se promulgó una ley específica -de dudosa constitucionalidad por cierto-, una orden de protección a las víctimas, juzgados especiales, se creó un ministerio específico –el de igualdad-. Se crearon observatorios, comisiones y todo tipo de organismos destinados a emitir comunicados de prensa. El argumento fundamental utilizado ha venido siendo el de la extrema gravedad del fenómeno. Los miembros del gobierno socialfeminista han hablado de “esta creciente lacra social”, “la mayor tragedia de la sociedad”, y han intentado hacer creer a la gente que se trata de un fenómeno desorbitado, masivo, y casi exclusivo de España.

Pues bien: una de las preguntas que se hacen en el barómetro de opinión del CIS se refiere a los problemas que afectan personalmente a las personas entrevistadas. Aparecen todo tipo de cuestiones, y se llevan la palma el paro y los problemas económicos. A la vista de la propaganda del gobierno socialfemista, uno esperaría que lo de los malos tratos constituyera uno de los problemas que más preocupan a los entrevistados, Al menos a las mujeres entrevistadas.
Pero no es así. Resulta que sólo el 0,1% de las mujeres considera que el maltrato en pareja es el problema que más le afecta personalmente. ¡Una de cada mil!
Evidentemente, hay algo que no encaja: o los del CIS hacen muy mal su trabajo, o el gobierno socialfemista nos engaña también en esto. Constituye uno de sus grandes timos, junto al del pleno empleo, la entrega de las armas de ETA, la championship de la economía o la protección infinita a los trabajadores.

jueves, 4 de febrero de 2010

Jubilación por sexo

La OCDE recomienda establecer la edad de jubilación en función de la esperanza de vida de la población, lo cual ajustaría los años de trabajo con los años de pensión.
Fernando Onega comentaba –con su coña marinera- que en ese caso, y puesto que las mujeres tienen una esperanza de vida cuatro años superior a la de los hombres, lo justo sería que ellas tuvieran que jubilarse también cuatro años más tarde.
Lo dijo en tono de broma, y así lo interpreté.
Pero de pronto pensé ¿qué pasaría si fuera al revés, si los hombres vivieran cuatro años más que las mujeres?
Y no me costó nada ver una escena que a todos nos resultaría creíble: Leyre Pajín, Bibiana Aido, De la Vega y Zapatero explicando que había que jubilar antes a las mujeres porque vivían menos años, y no era justo que disfrutaran de menos años de jubilación que los hombres.
¿Por què el comentario de Fernando Onega suena a broma y lo contrario no nos parecería una broma?

miércoles, 3 de febrero de 2010

"Nunca nadie hizo tanto daño en tan poco tiempo"

La afirmación es del ex-presidente del gobierno, José María Aznar. Se refiere, naturalmente, al actual presidente Rodríguez Zapatero, y fue pronunciada durante una conferencia sobre economía. Definió la situación de España como “de extrema gravedad”, y afirmó que “la factura que España tendrá que pagar es desoladora”.
Probablemente no le falta razón en su análisis sobre las consecuencias que puede tener el paso de Rodríguez Zapatero por La Moncloa. La tónica habitual del presidente viene siendo la de hacer las cosas bien… cuando rectifica, después de hacerlas  rematadamente mal durante un par de años.
Pero afirmar que nadie hizo tanto daño en tan poco tiempo es una exageración desorbitada. No hay que buscar mucho en la Historia para encontrar personajes mucho más nefastos –lo cual no exime de responsabilidad por sus errores al presidente actual-.
Es comprensible el rencor que anida en el espíritu de Aznar. Con todos los errores que pudo cometer, la actitud aviesamente revanchista con la que Zapatero llegó al poder ha sido contumaz.
Ahora bien: una afirmación así podemos hacerla cualquier ciudadano, cualquier dirigente político de cualquier partido o cualquier analista político. Incluso puede hacerla un señor llamado José María Aznar.
Pero el que no debería hacerla es un ex-presidente del gobierno. Le obliga cierta responsabilidad por el cargo que ejerció, y no puede hacer declaraciones poniendo en duda la solvencia de España en el contexto internacional –aunque fuera cierto-.
Felipe González fue prudente y generoso con su antecesor, Adolfo Suárez, y no hizo sangre de los errores de éste. El propio Aznar hizo lo mismo respecto a Felipe González, y no se ensañó con la corrupción y los crímenes de los GAL. Es cierto que Zapatero fue el primero que rompió esa tradición: nada más llegar al poder revocó dos importantes leyes que acababan de ser aprobadas en el Parlamento, y persistió en el acoso a un Aznar retirado, a cuenta del asunto de la guerra de Irak.
Sin embargo, respondiendo con la misma moneda Aznar se pone a la misma altura en cuanto a mezquindad. Debería dejar que fuera Rajoy quien criticara todo lo criticable de Zapatero. Debería saber desempeñar con elegancia el papel de ex-presidente.
Pero está claro que no sabe.

martes, 2 de febrero de 2010

De guerras, minas y viajes

Un soldado ha resultado muerto y otros seis heridos como consecuencia de la explosión de una mina al paso de un blindado español en Afganistán. La ministra de Defensa y el Jefe del Estado Mayor se van a desplazar a ese país para recoger el cadáver del militar.
Naturalmente, uno no puede sino lamentar la muerte del soldado y las heridas de sus compañeros. A mí me gustaría que las guerras se hicieran con pistolas de agua y con bombas de chocolate, pero una cosa es lo que a mí me gustaría y otra muy distinta la realidad existente.
Me pregunto si está justificado que el ministro de Defensa interrumpa todas sus actividades (se supone que debe tener mucho que hacer cada día) cada vez que un militar español fallece en un lejano país. Tenemos tropas en varios lugares del mundo, y la misión de los soldados en países en guerra siempre es arriesgada.
Me pregunto también por qué el ministro de Vivienda no se desplaza a cada lugar en el que fallece un albañil al caer de un andamio. O por qué el ministro de Fomento no se desplaza a retirar el cadáver de cada muerto en un accidente en cualquier carretera. O por qué no se presenta inmediatamente la ministra de Igualdad cada vez que una mujer es asesinada por su pareja. ¿No es un accidente laboral la muerte de un soldado haciendo su trabajo?
¿Tiene alguna utilidad un ministro en el lugar del ataque? ¿Va a limpiar de minas los caminos? ¿No resultaría más eficaz en su despacho trabajando para mejorar el equipo y la seguridad de los soldados? ¿Acaso es el complejo de culpa de un gobierno pacifista que envía soldados a lugares de guerra? ¿Se desplazan los ministros de EE.UU. o de Gran Bretaña cuando fallece un soldado de esas nacionalidades en algún remoto lugar del mundo? ¿No bastaría, como gesto, con que la ministra recibiera en España al avión que repatriará sus restos?

lunes, 1 de febrero de 2010

La burbuja rota

El gobierno tiene la intención de prolongar la edad de jubilación hasta los 67 años. También pretende ampliar el periodo para su cálculo y modificar las de viudedad.
En principio, parece que se trata de medidas dolorosas pero necesarias. No hace falta ser un gran economista para entender que no es sostenible a largo plazo un sistema que se creó cuando la gente se moría a los 68 años, ahora que la esperanza de vida ronda los 80.
El PP, IU, CC.OO, ya han puesto el grito en el cielo (UGT sólo ha dicho que no comparte la propuesta). Sobre todo IU y CC.OO, que consideran que esas medidas son una alta traición a los trabajadores. En cambio a mí me parece que no queda más remedio que hacer reformas importantes, y tengo que apoyar al gobierno en esto.
Pero se ha roto la burbuja. Este plan –si sigue adelante- puede convertirse en la puntilla que termine definitivamente con aquél espejismo que fue el “efecto Zapatero”. Y me parece triste que sea una decisión acertada la que más cara le vaya a costar electoralmente.
Pero hay que reconocer que se lo ha buscado él solito. Porque hace más de un año que muchos expertos –entre ellos el gobernador del Banco de España- venían avisando que había que hacer este tipo de cosas, mientras desde el gobierno se les respondía incluso con insultos. Zapatero primero negó la crisis, luego aseguró que los parados estarían protegidos, y se comprometió sin parar a que “no permitiría ningún recorte en los derechos sociales”.
Y esto es un importante recorte a esos “derechos sociales”. Lo vistan como lo vistan. Zapatero con esta medida ha iniciado la cuenta atrás de su caída. Y no por hacer algo que no deba, sino por hablar más de la cuenta. Por prometer lo que no estaba en su mano, por engañar a millones de personas que no tienen por qué entender de macroeconomía.
Zapatero prometió a los españoles que los mantendría protegidos en una burbuja contra toda clase de males –incluido el desempleo-, y muchos españoles le creyeron. Ahora se ha roto la burbuja y alguien se va a cortar con los cristales. El desengaño o la rabia de millones de votantes pasará una elevada factura a un PSOE que eligió en el año 2000 a un insensato como secretario general.
Pero en esto de las pensiones tiene razón el gobierno. Ahora.