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jueves, 30 de septiembre de 2010

La violencia por delante

Y pasó la huelga general, esa que Zapatero siempre había dicho que a él no se la iban a hacer. Se la han hecho.
Contemplando los periódicos, escuchando las emisoras, y las opiniones para todos los gustos de la gente, creo que el 29 de septiembre de 2010 la verdadera protagonista ha sido una señora muy indeseable: la violencia.
La violencia ha dominado la actualidad en Barcelona, donde grupos diversos de ocupas, antisistemas, y radicales de todo pelo han montado la de Dios es Cristo, ante la mirada casi complaciente de los mossos d’esquadra de Saura. Sí, Saura, el mismo que dijo hace unos años que el movimiento ocupa era una forma cultural diferente.
Y la violencia ha dominado las informaciones sobre la huelga, cuyos actores principales han sido los piquetes. Como de costumbre, han inutilizado cerraduras con silicona, han cortado carreteras, han impedido la salida de vehículos de cocheras, han impedido la entrada de trabajadores a fábricas, han insultado, han amenazado, han causado destrozos, y han herido a varios policías.
Se quejan los sindicatos de que la reforma laboral supone un paso atrás en los derechos de los trabajadores. Pero no quieren ver que su estilo fascistoide de imponer la huelga supone un gran paso atrás en los derechos y libertades democráticos.
Como de costumbre, volveremos a escuchar cifras dispares en cuanto al seguimiento. Los sindicatos dicen que ha sico un éxito, y la patronal que no tanto. Los periódicos califican la huelga desde “éxito moderado” hasta “fracaso absoluto”.
Pero da igual ¿qué importa cuántos trabajadores han dejado de trabajar? Eso sólo tendría sentido tenerlo en cuenta si los que no han trabajado lo hubieran hecho todos voluntariamente. Digan lo que digan, los sindicatos no miden el éxito de una huelga por el seguimiento de los trabajadores, sino por su capacidad de impedir que trabajen.
Zapatero no puede echar marcha atrás. La confianza en la solvencia de España vuelve a estar en entredicho, y una actitud dubitativa tendría graves consecuencias.
Todos salimos perdiendo con esta huelga. Los sindicatos quedan más desacreditados por los excesos de los piquetes, y por no haber reaccionado antes, impasibles ante el meteórico ascenso del desempleo. Zapatero porque está atrapado entre sus convicciones pueriles y la dura realidad de la economía mundial. España porque la imagen de conflictividad no es el mejor reclamo para los inversores. Sólo la violencia ha ganado.
¿Tiene futuro una nación en la que la violencia se impone a la razón?

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Comandos ICA

Día de huelga general. Día de despropósitos. Día en que el estado de derecho se pone de rodillas.

Porque la huelga es un derecho y el trabajo también. Pero son los que más defienden el derecho al trabajo los que hoy se esfuerzan en impedir que se trabaje.
Porque la ley dice que la autoridad establecerá los servicios mínimos para lo que se considera servicios esenciales. Pero la autoridad renuncia a cumplir la ley y se pliega a “negociar” esos servicios mínimos con los que quieren que no haya servicios mínimos.
Porque en un estado de derecho el Estado tiene el monopolio del uso de la furza. Pero hoy el Estado renuncia a ese principio, y permite que unos particulares utilicen la fuerza para impedir que otros particulares puedan trabajar.
Porque todo el mundo da por bueno que existan unos “piquetes informativos” que tuvieron sentido en el siglo XIX, cuando la gente carecía de información sobre la huelga. Pero hoy todo el mundo sabe qué es una huelga, de qué va, y contra quién va.
Porque se sigue llamando “piquetes informativos” a lo que en realidad son Comandos ICA (Comandos Informativo-Coactivos-Agresivos).
Porque esos Comandos ICA se comportan como matones, como los mafiosos de los años 30 en EE.UU., como los fascistas de Mussolini, empleando la violencia para obligar a los demás a que hagan lo que ellos quieren.
Porque nunca ningún miembro de ningún piquete tiene que responder ante la justicia por los delitos que se comenten en un día de huelga general.
Porque todos permitimos que una inmensa minoría se adueñe de un país, de sus carreteras, de sus calles. Exactamente igual que los bárbaros de la kale borroka.
¿Cuándo seremos capaces de poner a los sindicatos en su sitio? ¿cuándo entenderemos que los sindicatos son importantes para la defensa de los derechos de los trabajadores, pero no pueden convertirse en los amos del país? ¿Cuándo aprenderemos que todos los derechos están limitados por otros derechos?

martes, 28 de septiembre de 2010

Difícil elección

He oído por ahí que UGT y CC.OO. han convocado una huelga general para mañana. Al parecer la huelga va contra el gobierno, por haber recortado los derechos de los trabajadores con su reciente reforma laboral, por haber congelado las pensiones, y por preparar un aumento de la edad de jubilación. Esta convocatoria de huelga general me ha colocado ante un difícil dilema.

El presidente Zapatero nos viene empujando a todos hacia el abismo desde hace años. Con una sonrisa, eso sí. Con mucho diálogo, eso también. Con “sólidaridaz”, claro. Intenta engañarnos por la mañana y por la tarde, insulta nuestra inteligencia, y se ha especializado en crear toda clase de problemas donde no los había. Así que lo mejor que podría hacer yo es sumarme a la huelga y asistir a la manifestación, para darle un capón a este personaje que no debería haber llegado más allá que a presidente de su comunidad de vecinos.

Pero los señores que me invitan a hacer huelga y a manifestarme son los mandamases de unas organizaciones neolíticas, que piensan como en el pleistoceno, y actúan como en el jurásico. Eso sí, disponen de cientos de miles de trabajadores “liberados” (liberados de trabajar, claro), de cientos de asalariados directos (a los que no siempre pagan lo que deben), y además se alimentan fundamentalmente de las subvenciones que este gobierno amigo les regala con cariño. Estos sindicatos se contentan con defender sus privilegios, su influencia política, y por último los intereses de los trabajadores fijos de las grandes empresas. Les importan un caracol los trabajadores temporales, los autónomos, los parados y los jubilados. Presumen de demócratas, pero harán todo lo que puedan para boicotear el transporte e impedir que los trabajadores que lo deseen puedan acudir al trabajo.

También hay que considerar las consecuencias económicas de una huelga así en la situación actual del país. Con mucho dolor, mi decisión está clara. En la pugna entre estos dirigentes sindicales y el presidente del gobierno, yo me quedo con el presidente del gobierno. Aunque no sea más que porque a éste tenemos la posibilidad de echarlo en las elecciones, mientras que a estos señores no. Están enquistados en la sociedad, parasitando el trabajo y el esfuerzo de los verdaderos trabajadores.

lunes, 27 de septiembre de 2010

La princesa de hojalata

Entre la variada fauna que pulula por los platós de televisión pateando el diccionario y dando clases magistrales de zafiedad y de ignorancia, destaca estos días el espantajo de una señora cuyo único mérito conocido es el de haber estado casada con un torero. Una cadena de televisión, consciente del tirón que tiene la bazofia para una buena parte de la audiencia, la ha encumbrado al trono de hojalata, haciéndola llamar “la princesa del pueblo”.

Hasta aquí nada novedoso. Hace años que millones de españoles se drogan con un caldo hecho de vísceras, que les sirven a diario las televisiones. Lo nuevo es que a alguien se le ha ocurrido haces una encuesta preguntando a la gente sobre lo que haría en el caso de que el personajillo al que no voy a nombrar formara un partido político y se presentara a las elecciones generales: Y lo más desolador ha sido el resultado: sería la tercera fuerza política por número de votos, por delante de IU, y obtendría cinco diputados en el Congreso,

Mi primera reacción cuando leí la noticia fue de escepticismo. Después de duda. Pero luego me di cuenta de que era creíble. Los españoles votamos así: con las vísceras. Tenemos ejemplos bien recientes.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Los nuevos aristócratas

Los comisarios europeos son unos señores designados por sus respectivos gobiernos –generalmente para agradecerles favores y, de paso, alejarlos de la escena política nacional-. Mandan mucho, viajan mucho, están lejos del punto de mira de la crítica de la opinión pública, y ganan unos 20.000 euros mensuales, dietas y más zarandajas aparte (ahí está el caso de un ex-alcalde de Zaragoza que al ser elegido diputado europeo se censó en Canarias para cobrar más dinero en concepto de dietas).

Pero todo se acaba en esta vida, y llega un momento en que el pobre comisario –tan sufrido él- tiene que dejar el cargo. Dramática situación cercana a la indigencia. Por eso, la U.E. les sigue pagando 96.000 euros anuales durante tres años, incluso si tienen otro trabajo, con tal de que no ganen más de 20.000 euros mensuales.

La cuestión de lo que cuesta mantener a tanto burócrata de todo pelaje merece una reflexión. ¿Cuántos altos cargos y funcionarios viven del sueldo de los organismos de la UE? ¿cuántos en los de la ONU y sus agencias? ¿Alguien dispone de esas cifras? ¿cuánto nos cuestan? ¿Se necesitan tantos?

La Revolución Francesa acabó con el Antiguo Régimen, y con las prerrogativas de una nobleza parásita, con un insultante nivel de vida, mientras el pueblo pasaba todo tipo de penurias. Ahora la cosa es diferente: la nueva aristocracia la forman los burócratas de la política. Muy democráticos, eso sí. Más de la mitad de los diputados del Congreso de España no han trabajado nunca en una empresa, y siempre han vivido de la política. Estos nuevos aristócratas viven infinitamente mejor que la inmensa mayoría a la que dicen representar, y con la que poco tienen en común. La principal diferencia es que en el Antiguo Régimen los nobles solían ejercer la caridad con los más pobres, mientras que estos nuevos privilegiados reparten subsidios y subvenciones a diestro y siniestro.

Pero volveremos a votarles.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

El precio del voto

La Junta de Andalucía pagará 1.800 euros a todas las mujeres mayores de 65 años que declaren que sufrieron alguna vejación durante el franquismo.

No necesitarán probar que las vejaciones tuvieron lugar. Bastará con una declaración jurada. No se necesita que hayan sido encarceladas, ni condenadas, ni siquiera detenidas. Bastará con que digan que un falangista las obligó a ingerir una cucharada de aceite de ricino, o que les rapó el cabello.

Uno se pregunta si con la situación económica actual es ese el mejor destino que se le puede dar al escaso dinero que le queda a la Administración. Uno se pregunta qué pensarán al respecto los miles de proveedores y pequeños empresarios a los que la Junta de Andalucía debe desde hace meses las facturas por los servicios y trabajos realizados. Uno se pregunta que por qué sólo se va a indemnizar a las mujeres. Uno se pregunta que por qué no a las mujeres gallegas o aragonesas que también sufrieron alguna vejación. Uno se pregunta que por qué ahora que faltan unos meses para las elecciones municipales. Uno se pregunta que si no tendrá algo que ver con la pérdida de expectativa de voto del PSOE en Andalucía.

Con la crisis el precio de un voto ha subido muchísimo. En las generales de 2008 costaba 400 euros. Para las próximas municipales ya cuesta 1.800.

Uno se pregunta hasta cuando va a utilizar la izquierda española el espantajo de Franco y de la guerra civil para impedir que se instale por fin un sistema verdaderamente democrático, en el que sea tan legítimo votar a la derecha como a la izquierda. Uno se pregunta hasta cuando muchos españoles van a seguir dejándose manipular con ese timo de obligarles a estar pendientes del pasado lejano, para que se olviden del pasado reciente, y para que no se fijen mucho en el presente.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Yes to war

El jefe del grupo parlamentario del PSOE en el Congreso explicó ayer por qué las tropas españolas en Afganistán no están en una guerra. La razón es muy sencilla: es que están en una “war”. El conocido filólogo Alonso se ha extendido sobre la polisemia de la palabra “war”, de donde se desprende que cuando Obama habla de “war” no se refiere a una guerra sino a una “war”. Y no es porque Obama hable en inglés, sino porque una “war” es una cosa y una “guerra” es otra cosa muy diferente.
En conclusión, que el PSOE tiene las ideas muy claras: no a la guerra, pero “yes to war”.

Festival del eufemismo. Adoración al dios de lo políticamente correcto. Cambiemos el nombre a todo para no tener que cambiar nada. España se llama “estado español”. El ministerio de Trabajo se dedica a gestionar el desempleo. El de Sanidad se ocupa de los enfermos. El de defensa impone la paz en lejanos países. El de Igualdad se esfuerza en subrayar que existen dos sexos bien diferentes. ¡Abajo el diccionario! ¡Lapidemos a María Moliner! ¡Covarrubias al paredón! Seguro que Cervantes era del PP.
Lo dijo el insigne estadista a los pocos meses de llegar al poder: “las palabras no importan”.

martes, 14 de septiembre de 2010

Cantinflas

Mario Moreno, Cantinflas, era un actor mejicano, de mediados del siglo pasado. Destacaba por aspecto desastrado, la ternura de los personajes que representaba, y una verborrea descabellada. Hablaba y hablaba. Producía frases alambicadas en las que nada tenía sentido, y sin que nadie pudiera nunca estar seguro de lo que había querido decir.

El presidente Rodríguez Zapatero ha vuelto a tener una intervención memorable, esta vez en el Foro de Oslo, organizado por el FMI. "Debemos tener una visión distinta de lo que es desempleo y empleo. Una persona cuando está formándose está trabajando para un país, esto es lo que hemos descubierto de la crisis, que la formación y la innovación es fundamental". han sido sus palabras.

Sencillamente magistral. El presidente ha encontrado la manera de hacer desaparecer el fantasma del desempleo. Según su tesis, todo el mundo está empleado. Los parados porque hacen cursos; y los adolescentes y los niños porque se están formando. Pero el argumento da para mucho más: los jubilados están empleados porque van a recoger a los nietos al colegio; los inmigrantes sin papeles también, porque venden pulseras de bar en bar; los presos se están reinsertando; y los que están ingresados en un hospital contribuyen a la innovación en materia sanitaria.
Así que ya lo saben: cuando oigan hablar de cuatro millones de parados en España, ríanse, es una broma. O una maldad de la oposición. Aplicando la nueva teoría sobre el empleo y el desempleo de este genio del malabarismo, no hay ni un sólo desempleado en España.

Por supuesto, nada tiene que ver todo esto con Cantinflas. Pero ¡qué le voy a hacer! me viene a la mente una de sus frases esperpénticas “Democracia, mire usted, según la lengua española traducida al castellano, quiere decir demo, como quien dice dimo y dimo con qué nos quedamos. Y cracia, que viene a ser igual, porque no es lo mismo”

viernes, 10 de septiembre de 2010

El cáncer del fanatismo

Un pastor norteamericano llamado Terry Jones ha promovido la quema de ejemplares del Corán en la próxima conmemoración de los atentados del 11 de septiembre.
Como consecuencia se ha desatado un bueno lío a nivel mundial. La Interpol ha lanzado una alerta mundial en previsión de atentados generalizados, y altos cargos del gobierno de EE.UU. aseguran que la quema del Corán puede dar lugar a gran número de víctimas entre los soldados estadounidenses.

Parece surrealista que la locura de un fanático –el pastor Jones-, que sólo cuenta con una cincuentena de seguidores, haya dado lugar a semejante lío. Los medios de comunicación –como casi siempre- han desempeñado un buen papel para desorbitar el asunto, y el acojonamiento antropológico del mundo occidental ha hecho el resto.
El asunto pone de relieve la claudicación de las sociedades occidentales respecto a sus propios valores más fundamentales. Al igual que ocurrió con el asunto de las caricaturas de Mahoma en un diario danés, todo el mundo se echa a temblar ante la idea de que los islamistas radicales puedan molestarse.

Desde luego, no se trata de resucitar las Cruzadas. Pero ¿cuándo vamos a ser capaces los occidentales de plantarnos frente a los caprichos y las impertinencias de los islamistas? ¿por qué les damos toda clase de facilidades para que expandan su odio hacia Occidente desde mezquitas situadas en Occidente?

Está muy extendida la idea de que “dos no discuten si uno no quiere”. pero como tantas otras sentencias populares no es del todo cierta. Dos no discuten si uno no quiere… y siempre que ese uno esté dispuesto a someterse por completo al otro.
Sólo hay dos maneras de evitar la discusión con alguien cuyo único objetivo es esclavizarnos: mantenerse lejos del otro, o someterse a esa esclavitud. Llevamos años haciendo lo contrario de la primera condición. Y pasito a pasito vamos haciendo lo segundo, a base de pequeñas renuncias al valor fundamental de la democracia: la libertad de expresión.
El fanatismo es un cáncer social, y contra el cáncer no basta con buenas palabras ni con infusiones de valeriana.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Espíritu de ONG

Hace unas décadas las relaciones afectivo-sexuales reconocidas entre hombres y mujeres se clasificaban en dos categorías: novios y matrimonios, siendo la primera un estado previo y orientado siempre a la segunda. Además, existían otra clase de relaciones no reconocidas y socialmente mal vistas: amancebamiento, concubinato, adulterio, y contactos sexuales a través de la prostitución.
Las costumbres evolucionan, y cada vez adquiere más proporción un tipo de relación diferente, para la que no existe una denominación clara. Unos lo llaman “amigos con derecho a roce”, otros dicen que son “compañeros”, y otros, que simplemente son “pareja”.
Se trata de personas que se quieren, que pueden convivir o no, y que mantienen relaciones sexuales con regularidad. Cuando conviven, la relación es idéntica a la del matrimonio, excepto en que no está refrendada jurídicamente, por lo que carece de una regulación en cuanto a derechos y obligaciones.
¿Por qué cada vez más gente decide establecer ese tipo de relación? ¿por qué se elude cada vez más la oficialidad del matrimonio? ¿Hay mucho miedo al compromiso?
Sí que hay un rechazo al compromiso, pero yo no creo que pueda definirse como “miedo”. A veces pido en un bar una ración de chipirones, o de gambas, y cuando el camarero me pregunta que si quiero pan, le digo que no. Pero no es porque yo le tenga miedo al pan: es que prefiero comerme los chipirones y las gambas. Esto es lo que le ocurre a gran número de personas: ¿para qué adquirir compromisos, responsabilidades, y obligaciones, si se puede hacer exactamente lo mismo sin pasar por ese aro?
A mí me parece que es lo lógico, en la medida en que van llegando a la edad de formar pareja oleadas de adolescentes que han sido educados en el “espíritu de ONG”. Es el resultado de un tipo de educación que gran número de padres vienen practicando desde hace tres décadas. Los jóvenes adquieren una escala de valores determinada, que les lleva casi necesariamente a eludir cualquier compromiso. Cada vez más gente joven se enfrenta al mundo con ese espíritu ONG: Obligaciones No, Gracias.

martes, 7 de septiembre de 2010

El hombre que pasaba por allí

Jesús Neira era un perfecto desconocido. Un día la casualidad quiso que pasara junto a una pareja que reñía, y decidió intervenir para defender a la parte más débil. Como consecuencia de ello sufrió lesiones que le causaron un largo coma. Podía haber pasado de largo; podía haber llamado inmediatamente al 091. Pero optó por intervenir directamente y enfrentarse a un energúmeno.
A partir de ahí los medios de comunicación lo convirtieron en un ídolo. Un ídolo inmóvil y silencioso, en la antesala de la muerte. Y la gente lo convirtió en un mito: ¡el héroe! ¡el hombre ideal! ¡el adalid de la defensa de las mujeres!
Pero el ídolo “resucitó”, y los políticos se lanzaron a la caza de aquél estandarte que significaba muchos votos. Se lo llevó Esperanza Aguirre, y lo nombró PCAOVGCM. Sí, sí. Nada menos que Presidente del Consejo Asesor del Observatorio de Violencia de Género de la Comunidad de Madrid.
Una vez que el buen señor dejó de ser un perfecto desconocido empezó a hablar, y se empezó a ver que igual no era tan maravilloso como los medios de comunicación lo habían pintado. Pronto se convirtió en un elemento incómodo para la presidenta de Madrid. Por eso, aprovechando que ha sido condenado por conducir con una tasa de alcohol superior a la permitida, ha decidido librarse de él.
¿Podemos extraer alguna reflexión de todo esto? ¿Está la opinión pública en manos de la prensa? ¿Nuestras ideas y opiniones dependen casi por completo de los espejismos que decidan crear los medios? ¿Este hecho explica por qué los políticos se han convertido en la casta menos valorada por los ciudadanos? ¿Se colocan al frente de organismos públicos no a los más capacitados sino a los más mediáticos? ¿Pronto tendremos a Casillas como presidente del gobierno?

lunes, 6 de septiembre de 2010

El pedo

Todos los vecinos del pueblo se hallaban reunidos en la iglesia para decidir qué hacer. El nido de cigüeñas que había sobre la techumbre del templo había seguido creciendo, y su peso amenazaba la vieja estructura. Todos coincidían en que había que hacer algo urgentemente si no querían que el templo quedase en ruinas.
No se ponían de acuerdo. Uno proponía matar a tiros a las cigüeñas. Otro prefería ponerles veneno. Aquél sugería construir otro nido en un lugar diferente y éste decía que lo que había que hacer era reforzar las vigas.
Entonces apareció don Julián, el sacristán medio sordo, que llevaba un paquete a la sacristía. Justo al entrar en ella se oyó un sonoro pedo, y el hombre continuó como si tal cosa. Pero a partir de ese momento todos los congregados dejaron de hablar del tejado y de las cigüeñas, y todo fueron comentarios, risas, críticas, burlas y compasiones a cuento del pedo del sacristán. La reunión se disolvió sin tomar decisión alguna. A la semana siguiente el tejado de la iglesia se vino estrepitosamente abajo.

La pandilla de delincuentes de ETA han hecho público un comunicado en el que dicen que van a suspender los atentados. Pues qué bien. Yo les diría que como si se operan de hemorroides. Allá ellos. A la sociedad debería importarle un pimiento lo que digan estos fanáticos. Se les sigue buscando, deteniendo, juzgando y encarcelando. Y punto.

Pero no va a ser así. Se han tirado un pedo. Como cada vez que abren la boca: apesta. Y todos vamos a estar dándole vueltas al pedo, olvidando los gravísimos problemas económicos que aquejan a esta sociedad. El presidente no podrá dejar pasar la única oportunidad que le queda de recuperar algo de su pisoteada credibilidad. La oposición pondrá el grito en el cielo, y el gobierno volverá a oponerse a la oposición. Los periodistas dedicarán páginas y horas a analizar el pedo. Y la gente corriente nos olvidaremos de la amenaza de las cigüeñas.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Premio a la irresponsabilidad

Hace unos días fueron por fin liberados los dos españoles que habían sido secuestrado hace nueve meses por Al Quaeda, en Mauritania. Todos nos alegramos de que hayan salvado la vida, naturalmente; pero quizá deberíamos reflexionar sobre algunas cuestiones.

Nadie duda de que el gobierno ha pagado un buen rescate –aunque no puede reconocerlo, porque sería un delito-. Además, docenas de funcionarios de los ministerios de Asuntos Exteriores y del Interior se han dedicado al asunto, y han tenido que realizarse gran número de viajes a diversos países de África. ¿Cuánto nos ha costado traer a su casa a estos dos señores? Lo ignoro. Pero, si duda, muchísimo dinero.

A menudo se dice que la vida humana no tiene precio, y desde ese punto de vista habría que dar por bien empleado el dinero que se haya gastado. En cambio, es más discutible que los que tengan que pagarlo seamos todos los españoles, y no los interesados. Porque los españoles no hemos enviado a esos señores a recorrer el desierto subidos en sus camiones. Seguramente para un buen fin, pero también porque no deja de ser una aventura apasionante.

Ya son muchos casos –el Playa de Bakio, el Alakrana, por ejemplo- en los que la irresponsabilidad o la insensatez de unos, tenemos que pagarla otros. Yo me sentí indignado cuando escuché al responsable de la asociación declarando que no le importa quién haya pagado, que enseguida iban a organizar otra excursión similar.
¿Para cuándo una ley de responsabilidad, que deje claro para todos que las consecuencias de conductas de riesgo deben asumirlas los que afrontan voluntariamente ese riesgo?

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Septiembre

Amanece y el azul del cielo se ha vestido de un tenue gris ennubado. El calor afixiante da un paso atrás, y el aire que entra en los pulmones tiene un color más fresco. El ruido del tráfico en la calle ha aumentado dos grados. La gente camina un poquito más deprisa. Es septiembre.

Huele a nuevo curso escolar, a libros y cuadernos nuevos, a calcetines largos, a jersey. Retornan a las emisoras las tertulias políticas, los sindicatos se desperezan, los políticos regresan al gallinero dispuestos a picotearse sin sentido entre sí.

En el archivo de la nostalgia se abre otro apartado con el pedazo de vida consumido durante el verano. Muy variado: la costa atlántica envuelta en aroma de mariscos y Albariño. La sierra mediterránea, en un concierto de grillos, salpicada de olivos y almendros. La isla de la Cité, entre la sinfonía de luz de las vidrieras de la Sainte Chapelle y el sonido del acordeón en. un recodo del pasillo del metro de Chatelet. La luna llena asomando entre dos picos pirenaicos, contemplando impúdica para observar el camino entre El Pueyo y Panticosa. La sonrisa de una china al servirme un cubata en una terraza de Zaragoza, mientras escucho cómo los de la mesa de al lado arreglan el mundo.

Archivado. Ahora ya es septiembre.