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martes, 11 de septiembre de 2012

Toro de fuego


Un espectáculo que no puede faltar en muchos pueblos de Levante es el toro de fuego. Se clava sólidamente un poste robusto en la plaza, y por un orificio que lo atraviesa horizontalmente se hace pasar una soga de más de 50 m. Un extremo de la cuerda se sujeta al toro encerrado en el toril. El otro queda en manos de los mozos del pueblo, y el poste queda en medio. Al abrirse la puerta del toril, el toro se lanza a la plaza, por la que puede moverse dentro del radio de 25 ó 30 metros de la soga que le une al poste. La cuerda puede deslizarse por el orificio, y el animal intenta alejarse, pero los 15 o 20 mozos que tiran del otro extremo se lo impiden. En esta pugna, los mozos van ganando cuerda, y el toro dispone cada vez de menos radio para moverse. Finalmente, los mozos ganan, y el toro –aterrado- queda con la cabeza amarrada al poste. En ese momento otros mozos le rodean y lo inmovilizan, colocándose entonces en los cuernos las bolas. Se les prende fuego, y por último se corta la cuerda, dejando que la res pueda evolucionar libremente por la plaza.

Me acordaba de este ritual ayer, viendo a Rajoy en su entrevista, cuando insistía una y otra vez en la austeridad. Le preguntaban sobre el crecimiento y el empleo, y él volvía a hablar de la austeridad como el único requisito que algún día debería permitirnos crear empleo.

Los recortes del gobierno me hicieron evocar esa soga que se va acortando hasta que el toro queda casi indefenso, atado al poste, y ahí ya se le pueden poner las bolas de fuego. Esa parece ser la estrategia de la UE, y de los gobiernos de los países que la forman. Han llegado a la conclusión de que el Estado de Bienestar, de las subvenciones generalizadas, del gratis total, del maná, es inviable. Pero saben que sería imposible convencer al toro de que hay que ponerle unas bolas de brea en los cuernos. Así que van recortando poco a poco prestaciones, beneficios y privilegios. Saben que la gente se resistirá -como el toro-, pero que inexorablemente terminará inmovilizada y rendida. Sólo entonces –colocadas las bolas ardientes- se podrá cortar la cuerda, y la sociedad podrá volver a moverse, la economía a crecer, el empleo a aumentar. Los ciudadanos respiraremos aliviados al final del tormento, y nos sentiremos felices de nuevo. ¡Qué importan unas bolas de fuego si podemos corretear por la plaza!

1 comentario:

  1. Entre el gratis total...entre nada para los individuos, y todo para los bancos...entre todo recortes, y cambiaremos las leyes que haga falta (para EuroVegas) creo que hay muchas otras opciones.
    A unos les acortan la soga...y a otros les ponen alas.
    Mal vamos...muy mal. Si viendo donde han llegado Grecia y Portugal pidiendo el rescate...y donde esta Alemania con un monton de mini-jobs para jovenes y menos jovenes que deberian poder vivir de su jubilacion, pero no pueden...deberiamos pensar que algo no se hace como se deberia...

    Por Rajoy sin comentarios..."Os tengo que decir, es que lo tengo que decir...ahhhhhhh, ehhhhhhhhh....no podemos gastar lo que no tenemos" Ni siquiera fue capaz de contestar a preguntas que tenia casi 100% de posibilidades de tener que responder.
    Y para colmo nos suelta "a las LEYES, no les gusta que....mueran en la carcel" A las leyes? desde cuando las leyes tienen gustos? Quien hace esas leyes? Repugnan...pues vamos a cambiarlas...que parecemos tontos. Hay paises con cadena perpetua...y no por eso son menos civilizados.

    Penica daba escuchar a Rajoy.

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