............

............

sábado, 5 de enero de 2019

El avispero feminista


Los de Vox han pisado un avispero. Toda la progresía del país ha saltado como un gato enfurecido. Los de Vox han osado poner sobre la mesa la cuestión de la violencia “de género”, que es tanto como decir la cuestión del feminismo moderno.

Un sacrilegio tan grave como cuestionar a la Santísima Trinidad en El Vaticano o la lucha de clases en la Plaza Roja en 1940. Para la progresía nacional todo lo relativo al feminismo es un dogma. Cuestión de fe. Algo que se admite sin reflexión alguna.

Sin embargo es algo sobre lo que cualquiera que no tenga la mente aherrojada por una ideología puede –incluso debe- reflexionar. Porque a la sombra del sufrimiento de muchas mujeres se agazapan muchas falsedades y el interés particular de mucha gente que saca tajada de ese drama.

Es obvio que hay tomar medidas para prevenir los asesinatos de mujeres, que hay que proteger a las que están amenazadas, y que hay que ayudar a las que sufren la tiranía de un macho dominante violento. Pero junto a esas obviedades se camuflan demasiadas falsedades.

Es falso que los terribles asesinatos de mujeres a manos de sus exnovios o exmaridos sean el mayor problema de España. Las cifras comparativas nos indican que la tasa de muertes por millón es inferior en España a la media europea. Esto no significa que el problema sea irrelevante, sólo lo sitúa en su justa dimensión. También se producen más de 3.500 suicidios cada año, y a nadie parece preocuparle, no porque no tenga importancia, sino porque es una desgracia similar a la de otros países europeos.

Es falso que esas mujeres hayan sido asesinadas “por el hecho de ser mujeres”. Ninguno de los asesinos agredía a la vecina ni insultaba a la panadera ni odiaba a su enfermera. Si llegaron al crimen no fue porque eran mujeres, sino porque eran lo que ellos consideraban “su” mujer.

Es falso que en las parejas sólo los hombres ejerzan la violencia. Si es cierto que hay más casos de hombres agresores físicamente, no cabe decir lo mismo respecto a la violencia psicológica, que pueden practicar con igual maestría hombres y mujeres.

Es falso que los cientos de millones que gastan las administraciones bajo los epígrafes “mujer” o “igualdad” hayan servido para evitar los asesinatos. La cifra anual se mantiene en torno a las 50 víctimas y apenas ha descendido un 10% durante los últimos 20 años.

Es falso que el asesinato de una mujer a manos de un hombre sea infinitamente más grave que lo contrario. Se producen más casos de muerte por accidente laboral en hombres, y no por eso son menos graves los que tienen como víctima a mujeres. Todo el peso de la ley debe caer sobre los asesinos, sea cual sea su sexo y sea cual sea el sexo de sus víctimas.

Es falso que convertir a todo hombre heterosexual en un presunto maltratador sea un buen método para fomentar la igualdad de trato. Es falso que las mujeres siempre dicen la verdad y los hombres siempre mienten.

Es falso que se pueda hacer desaparecer el machismo sustituyéndolo por un feminismo basado en el victimismo, el odio y el resentimiento retrospectivo. Siendo cierto que nuestras abuelas tuvieron un papel subordinado a los hombres, eso no da derecho a las mujeres actuales a disfrutar de ningún privilegio.

Claro que se pueden cuestionar las políticas de igualdad. Por ejemplo, se podría dejar de regar con dinero público a los miles de asociaciones de mujeres y dedicar ese dinero a campañas de concienciación, y sobre todo a educar a los adolescentes varones en el respeto a las mujeres. Y educar a las adolescentes para no dejarse engatusar por el más chulito de la clase, y a no creer que cuanto más celoso es él, más fuerte es su amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes usar este ventanuco para escribir tu comentario