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jueves, 16 de junio de 2011

La chusma

Los “indignados”, tras obtener la tolerancia y el aplauso de muchos medios de comunicación, de todos los partidos políticos, y de buena parte de una sociedad aquejada de buenismo congénito, van dando pasos para demostrar en qué consiste eso que ellos llaman “democracia real”. Hoy han impedido la entrada al Parlamento de Cataluña de los diputados y han zarandeado a uno de ellos –ciego, para más gloria del movimiento-. En Madrid, ayer acosaron al alcalde Ruiz Gallardón cuando paseaba con su familia, y hoy han increpado y arrojado agua al diputado Cayo Lara.

Es lo previsible cuando las instituciones democráticas se pervierten, se abandona la noción de autoridad legítima en favor del todo vale, y una reducida chusma se apropia de la representación de un pueblo al que sus políticos olvidan por completo, excepto en vísperas de las campañas electorales. Es lo lógico cuando un país lleva siete años dirigido por una persona que no cree en la nación para la que trabaja, que hace todo lo que puede para que no se cierren las viejas heridas, que piensa que las palabras no importan, y que entiende la política en términos de buenos y malos.

El pasado día 22 yo no he votado al partido de Ruiz Gallardón, ni al de Artur Mas, ni al de Cayo Lara. Soy de los que creen que padecemos la peor clase política de la etapa democrática, y soy de los que creen que una parte de las reclamaciones que han expuesto los “indignados” son absolutamente necesarias. Pero, con todas las carencias y perversiones que tantas veces he denunciado de los políticos, me sitúo del lado de éstos y no de esta chusma que sólo se representan a sí mismos. Los ciudadanos libres hemos permitido que unas castas políticas hayan implantado en España una partitocracia maloliente. Si en lugar de buscar vías democráticas alternativas ahora entregamos el poder a la chusma, habremos descendido varios peldaños más en el camino hacia el caos.

7 comentarios:

  1. Te crees todo lo que ves en la tv??? ya te pasaré información e imágenes para que estés mejor o más informado querido botijo....vas a ver a los verdaderos violentos...

    Un beso enorme

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  2. Amigo Manolo, tu comentario me sorprende, no ya por lo duro, pues el calificativo es adecuado a los autores de los hechos comentados, sino por la extensión que haces a todo el movimiento 15M. Es como si tildases de violentos a todos los seguidores del Barça que acuden a la Fuente de Canaletas a celebrar sus triunfos porque una pandilla de descerebrados se dedica a romper escaparates y mobiliario urbano y a enfrentarse a la Policía. O de asesinos a los seguidores del Real Madrid porque unos hijos de p... apalizaron y apuñalaron hasta la muerte a un seguidor de la Real Sociedad a la salida del estadio (¿o fue del Atletico de Madrid?: ya no lo recuerdo).
    La Policía de Barcelona (los Mossos) ha informado sobre la identidad de los 6 detenidos: parece ser que varios de ellos (o todos) tienen antecedentes policiales por violencia callejera. En este país (¿también en otros?; no lo sé) es bien sabido que existen grupos organizados de gente violenta y anti-sistema que se apunta a un bombardeo: celebraciones deportivas, manifestaciones legales reivindicativas, celebraciones populares, conferencias socio-políticas, siempre con la intención de reventar dichos actos mediante la violencia callejera, y, si el acto tiene suficiente entidad, trasladándose, incluso, desde otros lugares geográficos. Hacer extensivo tales comportamientos a todo un colectivo me parece, en primer lugar, imprudente, antes de conocer los informes completos de la Policía y de los Jueces, en segundo lugar, injusto, por el clásico refrán español de "hacer pagar a justos por pecadores", y, en tercer y más sorprendente lugar (para mí), impensable en una persona a la que creía más ecuánime y serena.
    Se podrá estar o no de acuerdo con el movimiento 15M, con lo que reivindican y cómo lo reivindican, pero no cabe duda alguna de que es un molesto forúnculo que le ha salido a la clase política, con riesgo de convertirse en una infección grave, y le ha venido de perlas encontrarse con unos hechos semejantes para desprestigiarlo y enfrentarlo a la opinión pública que desde el principio simpatizó con él.
    Incluso, no sé si tendrá algo que ver con ello, pero ¿no te parece un tanto extraña la actitud pasiva de los Mossos ante la violencia sobre los diputados del Parlament? ¿Era ésta la misma Policía que días antes desalojó (¡y cómo!)a los "indignados" de la Plaza de Cataluña por una simple cuestión de supuesta limpieza? ¿No estaréis siguiendo el juego de "alguien", los que llamáis "chusma" a TODOS los "indignados" del 15M?
    Piénsalo un momento.

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  3. José Manuel.
    Evidentemente, me refería a los que han protagonizado los follones en Barcelona, con Gallardón, o con Cayo Lara. Me parece obvio que mucha gente se sumó al movimiento inicial movidos por el hartazgo ante la situación política y económica. Y no me cabe duda de que gran parte (si no la mayoría de ellos) no son violentos.

    El problema es que los movimientos de masas nunca son acéfalos. Si no hay dirección, no hay movimiento. Sólo una energía potencial Es mprescindible que alguien dirija esa energía hacia un fin u otro.

    La policía catalana ha detenido a 6 personas. Pero me parece evidente que seis personas no habrían podido impedir el acceso a los diputados. Había muchos más, aunque no hayan sido detenidos.

    Y prefiero los partidos -incluso estos que padecemos en España- porque al menos sabemos con quién nos jugamos los cuartos. Sus dirigentes han sido nombrados dentro de la estructura organizada de sus partidos, y sus cargos han sido votados por los ciudadanos.

    En cambio en la masa no se sabe quién representa a quién, qué legitimidad tiene, y de cuánto respaldo dispone. En esa clase de grupos es más fácil que se haga con el contro el que más grita que el más capacitado; el más bestia que el más prudente.

    Y por último, los dirigentes encuadrados en un partido responden ante sus bases, y en cierta media ante sus electores. ¿Ante quién responden los energúmenos que se hacen llamar "15 M". Ni siquiera ante otros que se han sumado al 15 M, pero no aprueban la violencia.

    En todo caso, todos aquellos que respaldan el movimiento llamado "15 M", pero rechazan la violencia tienen la oportunidad de manifestar expresamente su disconformidad. Alguno ha habido, pero no puede decirse que la web se haya inundado por un aluvión de partidarios del 15 M condenando los hechos producidos.

    Por otra parte, históricamente se ha comprobado que la acción de turbas (masas, chusma, llámalo como quieras) descontroladas puede ser mucho más dañina que la de un ejército saqueador. Al menos -con toda su bestialidad- los soldados tienen jefes, cierta disciplina. Las masas no estructuradas no los tienen. Y está demostrado a qué niveles de salvajismo pueden llegar ciertos individuos cuando se sienten amparados por el anonimato que proporciona una gran masa.

    Por si no había quedado claro, mi completo respeto a los que están indignados con la situación, tanto si se han manifestado, como si están en sus casas apretando los dientes. Es complatemente seguro que habrá cientos de miles indignados en sus casas. ¿En base a qué mecanismo tienen más legitimidad los pocos miles que han decidido acampar en las plazas?

    Si admitimos el principio de que ocupar los espacios públicos proporciona un plus de legitimidad o represntatividad... esta sociedad se puede convertir en una jungla en poco tiempo.

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  4. Dentro de un mes menos dos días se cumplirá el 222 aniversario de un hecho protagonizado por una chusma bastante más violenta que la que la de Barcelona, hecho que fue el principio de lo que hoy llamamos democracia (aunque fuera Grecia quien sentara las bases). Más en nuestros días, tan sólo un par de meses antes de lo del 15M, otra chusma consiguió derrocar dos regímenes autocráticos, déspotas, policíacos y represores de su propio pueblo, y lo está intentando en otros tres países del mismo entorno con peor fortuna, pero asentando, así mismo, las bases para una posible futura democracia en una buena parte de los países árabes. No será fácil ni inmediato: en unos están siendo represaliados y masacrados por su propio ejército, y de los primeros se corre el riesgo de que en vez de un gobierno democrático surja uno teocrático y fanático. Pero había que jugársela, y se la han jugado. Sólo ellos, las masas, la chusma, el pueblo, podía hacerlo.
    También en Francia, antes de consolidarse como el país democrático que ahora conocemos surgió un Napoleón que incluso se autoproclamó Emperador, pero, finalmente, triunfó la liberté, egalité et fraternité.
    Aquí, en España, en Europa, evidentemente la situación no es, ni con mucho, la de los ejemplos citados, pero habrás de reconocer que tampoco es igual el comportamiento de esos que tú llamas chusma.
    Es curioso que hables de la menor legitimidad de la esa "chusma" que la de los cientos de miles que se quedan en casa. ¿Cuántos años tienes, Manolo? Yo hago los 70 el mes que viene, y de estudiante en Madrid he corrido delante de los "grises"... mientras que cientos de miles de otros "indignados" se quedaban en casa. ¿Tenían más "legitimidad" los unos que los otros? ¿Quienes?
    Sin embargo, te doy la razón, en algunas cosas. Efectivamente, el problema de estos "indignados" es que, de momento, carecen de líderes que los organicen, asuman las conclusiones y las peticiones no solamente justas, sino también lógicas y factibles que están saliendo de sus muchas asambleas y las presenten y exijan de forma adecuada y en los lugares apropiados, Congreso, sede de los partidos políticos, etc. Hasta que eso no ocurra (si ocurre), hasta que no estén plenamente organizados y mientras sigan manifestándose en la calle, será inevitable que haya grupos descontrolados. Pero ya ha habido declaraciones de representantes del 15M y de DRY condenando los sucesos de Barcelona y reivindicando lo pacífico de su movimiento.
    Y si comentas lo de Barcelona, ¿por qué no comentas también lo de Valencia, al día siguiente? Allí también se reunió un amplio grupo ante las Cortes de Valencia durante los actos de investidura. Pero los reunidos sólo llevaban tarjetas rojas y la boca sellada con esparadrapo. ¿También son estos unos energúmenos?
    Por último, no sé si fue el mismo día de los hechos de Barcelona o al siguiente que vi un trozo de un programa en no sé qué TV en la que entrevistaban a algún policía de los que él mismo confirmaba que habían estado infiltrados entre los del grupo frente al Parlament. Ellos decían que era para controlar a los posibles violentos (¡pues vaya un control de narices!, digo yo), pero algunos de los "indignados" han denunciado que la Policía se infiltra en sus asambleas y protestas para, precisamente, promover desórdenes y enfrentarlos a la opinión pública.
    Evidentemente, esta es una afirmación muy fuerte, que no se puede dar por válida mientras no hubiera alguna prueba fehaciente, pero, como te decía en mi anterior comentario, a la clase política le viene de perlas que surjan esos brotes de violencia para desprestigiar el movimiento, y que periodistas, comentaristas de tertulias radiofónicas y "blogueros" como tú, generalicen, si no en hacerlos protagonistas a todos de los actos violentos, sí en tacharlos de eso, de chusma y de turba descontrolada "que puede ser más dañina que un ejército saqueador". ¡Válgame Dios, Manolo, qué definición! Sólo te falta pedir "¡Guillotina a la Puerta del Sol!" …

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  5. Los acontecimientos históricos a los que aludes, como la Revolución Francesa,son un ejemplo de lo que yo ´comentaba: había una masa descontenta, con un gran potencial de energía, y sólo cuando algunos canalizaron esa energía, se produjo la caída del Antiguo Régimen. El análisis comparativo de los antecedentes y las caractetrísiticas aquello y de esto daría para mucho, y aquí no cabe tanto. Pero me temo que las semejanzas serían escarsísimas. Como tú dices, no es el mismo caso.

    Por otra parte, tanto la Revolución Francesa como las revueltas que se han producido recientemente en el norte de África (o las carreras delante de "los grisis") han tenido lugar en contextos de falta de libertad, en los que no existía otra manera de expresar la voluntad de los ciudadanos. No es el caso en España actualmente.

    Y por supuesto que tienen infinitamente menos legitimidad que los millones de "indignados" que no han ido a acamapar. Por la sencilla razón de que esos millones han hablado el día 22, en las urnas. Como acabo de decir, en tiempos de los grises los que se quedaban en casa no tenían la menor oportunidad de hablar políticamente.

    No he aludido a la protesta de las tarjetas rojas de Valencia porque mi comentario estaba dirigido hacia los violentos. Lo de las tarjetas rojas, en cambio, me parace totalmente legítimo, como en su momento fue lo de las manos blancas. De hecho me parece muy sano que la gente haga algo más que quejarse y votar resignadamente cada cuatro años. Sacar tarjetas rojas es algo más, manifestarse es algo más. Impedir la libertad de otros o el funcionamiento de las institucioes es demasiado.

    Como bien dices, aún no tienen dirigentes claramente identificados. Están en ello. Caundo los tengan, si llegan a tenerlos, veremos hacia donde conducen esos dirigentes la energía potencial de la masa. De momento, en algunos casos ha conducido a actos violentos. En otros a protestas como la de Valencia, y en otros a nada. Porque montar un campamento en una plaza no conduce a nada, salvo a obtener gran notoriedad a través de los medios.

    En todo caso, ni yo ni nadie puede desprestigiar un movimiento... que no existe. Habrá movimiento cuando se muevan en alguna dirección, cuando tengan unos líderes que les dirijan. En un lago puede haber más agua que en un arroyo, pero sólo el arroyo tiene movimiento, el lago no.

    Y por cierto, lo de "¡quillotina a la Puerta del Sol!" en todo caso tendrían que gritarlo los "indignados", que son los que tú comparas con los revolucionarios franceses.

    Entiendo tu simpatía por el sentimiento que subyace bajo las iniciativas de los "indignado". No sólo lo entiendo, sino que lo comparto. Pero diferencio entre ese sentimiento y los actos concretos que pueden realizarse como consecuencia de él. Con ese mismo sentimiento el día 22 podría haber habido millones de personas que votaran en blanco el día 22, y no las hubo. O millones que dieran la espalda a los partidos tradicionales, que tampoco las hubo. Los millones de "indignados" (que los hay) podrían haber creado partidos políticos con sus propuestas, que no lo han hecho.

    ¿Sabes cual creo yo que es el mayor peligro de este método de indignación que sólo protesta pero no construye? Que conduce al debilitamiento de la democracia como sistema político. Has puesto el ejemplo de la Francia de 1.789. Pero fueron unos proletarios indignados en Rusia, y unos indignados camisas negras en Italia, los que dejaron caer sus países en manos del totalitarismo.

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  6. "Ergo", un movimiento de masas puede lo mismo dar lugar a los principios de una democracia como a una dictadura totalitaria. Depende de hacia qué lugar se dirija ese movimiento, lo cual dependerá, en la mayor parte de los casos, de quien sea lo suficiente hábil y listo para ponerse al frente. Es el riesgo que yo decía que se corre en los paises del Magreb que han acabado con los gobiernos anteriores... pero que nadie sabe cómo serán los siguientes. Pero estarás de acuerdo conmigo en que había que acabar con lo anterior, ¿no?. El problema es que las injusticias y los abusos continuados provocan la llamada "ley del péndulo", que hasta que no se equilibra produce los extremos contrarios. En cuanto a tus ejemplos de Rusia e Italia, lamento disentir de ellos. La Revolución Rusa no fue la causa directa del totalitarismo de Stalin: entre una y otro se produjo una guerra que dió como resultado un potentísimo ejército ruso... controlado por el partido gobernante a través de sus comisarios políticos, así como las consiguientes represalias post-bélicas. En cuanto a los camisas negras italianos, calificarlos de "indignados" me parece un término muy generoso por tu parte. Es cierto que en nuestro país hay, en teoría, otros sistemas para cambiar las injusticias sociales, pero si esos sistemas fueran eficaces no estaría UPyD clamando por un cambio en la ley electoral. No es, pues, de extrañar que los jóvenes, las mayores víctimas de dicha injusticia social, salgan a la calle a quejarse y protestar. En cuanto a que, hoy por hoy, sea un "movimiento" sin "movimiento", estoy de acuerdo contigo, pues, como decía en mi anterior comentario, están necesitados de un o unos líderes que canalicen convenientemente esas protestas, pues si no... fracasarán. Pero también es cierto que hay que darles algo de tiempo. Yo espero y deseo que lo consigan. Por lo que respecta a este rico intercambio epistolar entre tú y yo, en mi caso ha sido debido a que en tus artículos y comentarios he interpretado una descalificación, no sólo general (aunque de vez en cuando intercales alguna frase más o menos conciliadora), sino drástica y tajante hacia todos los integrantes del movimiento 15M, y en eso, querido amigo Manolo, lo siento, pero yo estoy en absoluto desacuerdo. De todas formas, el tema es tan amplio y da para tantas derivaciones que este medio (4.096 carácteres) se queda escaso, por lo que me agradaría sobremanera continuarlo de palabra mientras saboreamos un agradable café.

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  7. Ya vamos estando de acuerdo.
    Sobre todo en lo de que sería más fluido hablarlo con un café por medio.
    Y por supuesto que mi crítica inicial iba hacia esa parte del "15 M" que cree que pueden imponer su voluntad por métodos violentos.
    Si una sociedad permite que cualquiera pueda saltarse la ley a su antojo... muy mal asunto. Hoy ha habido otras manifestaciones de personas a las que de ninguna manera calificaría como "chusma". Pero eso... merece comentario aparte.

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