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viernes, 4 de enero de 2013

Ubundu


Ubundu era un joven que vivía en una choza de una pequeña aldea africana, con su hermano mayor Bangoro. Era un muchacho tímido y apocado, y mostraba poco interés por seguir las costumbres de la tribu.
Su hermano mayor hacía todo lo posible para evitar que los demás miembros del poblado se dieran cuenta de que Ubundu era diferente. Salía muy temprano a cazar, y siempre volvía con dos piezas: la suya y la de Ubundu.
Como Ubundu era poco diestro, Bangoro era el que se encargaba de hacer fuego, de despellejar las piezas cazadas, y de preparar las tortas de cereal de las que se alimentaban.
Ubundo pasaba los días sin tener ninguna ocupación, paseando por los alrededores de la aldea, o sentado en un rincón de la choza, sumido en sus pensamientos. Así pasaron muchos años sin que los vecinos de la aldea notaran nada especial en Ubundu.
Un día sonaron los tambores de alarma en todo el poblado. Una partida de guerreros irrumpieron entre grandes alaridos, incendiaron varias chozas, y se llevaron a algunos hombres y mujeres jóvenes para que les sirvieran como esclavos. Ubundu se libró porque no se movió de su rincón en la choza, pero su hermano Bangoro fue hecho prisionero.
Entonces Ubundu quedó completamente desamparado. No sabía cazar ni preparar alimentos. No sabía hacer fuego ni reparar los desperfectos de la cabaña. Tampoco había aprendido las danzas rituales, ni sabía tomar parte en las ceremonias de la tribu.
El Consejo de la tribu, que creía que Ubundu era un joven como los demás, se reunió para decidir sobre su caso. Unos pensaban que Ubundo despreciaba sus costumbres. Otros que era un perezoso que quería vivir a su costa. Otros defendían que estaba ofendiendo gravemente a los dioses.
El Consejo decidió expulsar al joven del poblado, y Ubundu se perdió en la jungla, maldiciendo a su hermano por no haberle enseñado a valerse por sí mismo.

4 comentarios:

  1. Pues lamentablemente hay un monton de Bangoros que hacen que proliferen un monton de Ubundus.
    Me he acordado de mi abuela materna, que me consentia un monton de cosas...pero una de las frases que mas me repetia era "ven pa ca, que la maye no sera eterna". Que paciencion tenia, era capaz de ponerme una escañeta y hacerme hacer el fregote...con lo rapido que lo hubiera hecho ella en lugar de mirarme...y asi con tantas y tantas cosas.
    Mi papa solia decir...que si alguien te pide un pez...mejor que darle el pez enseñale a pescarlo. Si le das el pez comera un dia, si le enseñas a pescarlo, no pasara mas hambre.

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  2. Cierto. Hay muchísimos padres Bangoros que moldean hijos Ubundus. Unos Ubundus vulnerables, que se hunden ante cualquier frustración, que viven insatisfechos, y que no saben valorar todo lo que tienen.

    Una de las reglas de oro para educar a los hijos es la que dice: "Si puede hacerlo él, enséñale a hacerlo, y deja que lo haga, aunque le cueste más que a ti"

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  3. Acaso Bangoro era el guardián de su hermano??... El Consejo... no aconsejó nada... :S


    Me voy a guardar el cuento corto... que me ha gustado para mis niñas... jeje...gracias!!Tessa...

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  4. Ay que dificil es ser padre/madre, pero totalmente de acuerdo

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