............

............

lunes, 12 de marzo de 2012

La nueva lucha de clases

En noviembre de 1989 el Muro de Berlín se vino simbólicamente abajo, y con él todo el paradigma del comunismo como proyecto de organización social justa y eficiente. De golpe, una carretilla de conceptos fueron a parar al almacén de trastos inservibles: proletariado, burguesía, conciencia de clase, enajenación, dialéctica, valor de uso, o lucha de clases.

Los marxistas quedaron desnudos ante la Historia. Para defenderse del intenso frío que impera lejos del poder, la mayoría de ellos se compraron un traje de socialdemócratas –de esos que no necesitan plancha-, para poder presentarse ante el electorado sin los harapos del viejo mono proletario. Cambiaron de look. pero no abandonaron la fe ciega en sí mismos, convencidos de estar dotados de una superioridad moral congénita. Sólo descafeinaron la apariencia. Dejaron de ser el proletariado enfrentado a la burguesía para ser los progres enfrentados a la derecha. Cuestión de palabras.

El desarrollo de una numerosa clase media amortiguó la vieja lucha de clases. Es imposible presumir de proletario cuando se posee un piso de 90 metros, un monovolumen, un hijo estudiando ADE, y tres tarjetas de crédito. Así que se inventaron otra lucha de clases para mantener la tensión –Zapatero dixit-. Si la lucha entre proletarios y burgueses había terminado en tablas, ahora había que imponer la lucha “de género”: hombres contra mujeres. Mujeres contra hombres. A medida que el 1 de mayo perdía fuerza, iba ganando importancia el 8 de marzo.

Día de la mujer trabajadora. Ministerios para las mujeres. Institutos para mujeres en CC.AA y ayuntamientos. Cursos para mujeres. Talleres para mujeres. Eventos para mujeres. Premios literarios para mujeres. Juzgados para mujeres. Leyes para mujeres. Un paciente trabajo de mentalización social para convencer a las mujeres de que los hombres son sus enemigos, y para convencer a los hombres de que son casi un error de la naturaleza.

Siempre el fanatismo amenazando la paz. Fanatismo religioso, fanatismo ideológico, y ahora fanatismo de sexo. Todo para ocultar que un musulmán es lo más parecido a un cristiano, pero sin cruz; que un proletario es lo más parecido a un empresario, aunque sin dinero. Que una mujer es lo más parecido a un hombre, pero sin pene; y que un hombre es lo más parecido a una mujer, pero sin poder dar a luz. El caso es que la gente tenga siempre un enemigo al que odiar. El caso es que tengan miedo a alguien.

2 comentarios:

  1. La diferencia entre su situación aquí (en la sociedad socialista) y allá (en la sociedad capitalista) debe ser establecida con precisión, para que se pueda contar con las masas femeninas en la lucha de clase revolucionaria del proletariado”.Lenin 1921. El día Internacional de las obreras. Algunos continúan marcando las diferencias, sus diferencias, y han pasado casi cien años. Anónimo pero poco. Fantástico artículo!!

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Anónimo Pero Poco (Qué apellidos más raros)
    :)

    ResponderEliminar

Puedes usar este ventanuco para escribir tu comentario