............

............

viernes, 2 de marzo de 2012

El enfermo está muy malito

El enfermo está muy malito. Desde hace años está afectado por varias enfermedades graves. Por sus venas corre poca sangre, que bombea con dificultad un corazón debilitado. El 23% de sus células están inactivas. Padece un extraño proceso alérgico que consiste en que las dos mitades –derecha e izquierda- de su cuerpo se rechazan mutuamente lo que produce un sarpullido generalizado, y náuseas y vómitos constantes. El sistema nervioso central actúa erráticamente, y no coordina los movimientos de las extremidades. No puede caminar porque las piernas no se mueven una al compás de la otra. Sus órganos vitales no cumplen las funciones para las que están diseñados: el hígado quiere filtrar la sangre; los pulmones intentan producir insulina; el páncreas intenta digerir los alimentos; los ojos quieren oír, y los oídos quieren mirar.

El cerebro está confuso. En sus frecuentes delirios no distingue sueños de realidades. Los neurotransmisores descompensados alteran todas las emociones. La debilidad y la fiebre le impiden pensar racionalmente.

En una sala están reunidos los médicos. No se ponen de acuerdo ni en el diagnóstico ni en el tratamiento. Llevan meses discutiendo sobre cómo organizar el hospital. No quieren que el enfermo se muera, pero lo que más les preocupa es su futuro: todos quieren ser el nuevo director, todos quieren una jefatura de servicio, todos quieren los mejores despachos.

El enfermo está muy malito. Tendido en su cama respira con dificultad. Necesita silencio, pero tampoco lo tiene. La habitación rebosa de familiares que gritan sin parar. Se insultan unos a otros echándose mutuamente la culpa de la situación del enfermo. Todos culpan también a los médicos. Protestan, salen en tumulto para exigir que alguien cure al enfermo. Recorren los pasillos empujando a las enfermeras. Enfurecidos, arrasan la farmacia y queman los quirófanos.

Los médicos discuten sobre el alboroto:
– Es urgente curar al enfermo.
– Sí, pero primero habrá que calmar a los familiares.
– Antes que nada tenemos que arreglar el calendario de guardias.
– No. El primer paso es nombrar un director.
– Pero según a quién se nombre, conmigo no contéis.

El enfermo está muy malito.

2 comentarios:

  1. El enfermo ya huele a muerto y algunos solo piensan en la herencia, aunque solo sean deudas, la cosa es heredar. Antinoo (Anónimo pero poco)

    ResponderEliminar
  2. con abogados te la creo pero con medicos aja medicos las mejoers personas del mundo

    ResponderEliminar

Puedes usar este ventanuco para escribir tu comentario