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jueves, 19 de enero de 2012

Todos a la cárcel

El Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha anunciado que el gobierno tomará medidas para exigir responsabilidades penales a los gestores públicos que incumplan los presupuestos.

Gaspar Llamazares, ex-secretario general de IU, ha respondido que Montoro quiere emular el “todos a la cárcel” de Berlanga, y que los políticos responden únicamente ante sus electores, o ante los jueces en caso de delito.

¡Hombre, don Gaspar! Que usted es diputado, y por lo tanto legislador… No diga babadas. De eso se trata: de legislar de manera que determinadas acciones de los gestores políticos pasen a ser consideradas delito, y no como hasta ahora. Las responsabilidades penales las señalan los jueces, siempre según el dictado de la ley. Y la ley se puede cambiar, precisamente por el Parlamento del que usted forma parte.

Aparte de la salida estrambótica de Llamazares, la propuesta de Montoro me parece un intento de introducir algo de rigor en la gestión pública, pero que no apunta en la dirección adecuada. En los últimos meses se ha creado un clima de opinión, según el cual el déficit es el enemigo número uno, y ya casi todo vale con tal de combatirlo. Sin embargo, el problema no es tanto el déficit, sino en qué se gasta todo el dinero que origina el déficit. Incurrir en déficit para salvar vidas, o para construir infraestructuras que generarán valor añadido es perfectamente razonable.

Lo que debería ser tipificado como delito es el empleo de dinero público para beneficiar solapadamente a los amiguetes; para hacerse publicidad más o menos encubierta; para construir aeropuertos sin vuelos, líneas férreas sin viajeros, túneles que no se pueden abrir, polideportivos que no se pueden mantener, y organismos burocráticos que no se necesitan.

Ahí va a estar el problema: en tipificar jurídicamente el despilfarro. Y por eso me temo que no se hará nada al respecto. ¿Son despilfarro las docenas de embajaditas autonómicas por el mundo? ¿es despilfarro construir una línea de tranvía? ¿contratar a un grupo musical superestelar para que la gente baile gratis en las fiestas del pueblo?

El sentido común de cada ciudadano sabe muy bien lo que es despilfarro. Pero, lamentablemente, “sentido común” y Código Penal no son siempre sinónimos.

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