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martes, 9 de marzo de 2010

Garzón

Baltasar Garzón sigue siendo noticia. El personaje parece sacado de la canción “Dama, dama”, de Cecilia: “Sería la novia en la boda, el niño en el bautizo, el muerto en el entierro, con tal de dejar sus sello”.
Ahora anda metido en querellas y procesos, y el debate está en la calle, Si en España tenemos tendencia a mezclarlo y confundirlo todo, la fiebre llega al máximo cuando se trata de alguien tan polémico como Garzón. ETA, su etapa de diputado, el GAL, Pinochet, el “proceso de paz”, la “memoria histórica”, Gürtel, el banco de Santander, todo se confunde en un revoltillo imposible. Para complicarlo más, hay que añadir el papel del CGPJ, del Tribunal Supremo, y hasta del Presidente del Gobierno, que se ha unido al lío, defendiendo al juez.
Unos, se colocan del bando del CGPJ y del Tribunal Supremo, y consideran si ha cometido irregularidades o delitos relativos a sus conferencias en EE.UU., en sus actuaciones sobre los crímenes del franquismo, o en las escuchas a los abogados de los implicados en el asunto Gürtel.
Otros, se alinean con Rodríguez Zapatero recordando sus valientes intervenciones en la persecución de ETA, antes de que cambiara de criterio para colaborar en el quimérico “proceso de paz”.
¿Por qué nos cuesta tanto situarnos en una posición equilibrada y neutral? ¿Por qué tendemos a mezclarlo todo sin orden ni concierto?
Es cierto que Garzón tuvo un papel muy meritorio contra ETA durante muchos años. Se lo reconocemos, se lo agradecemos, y además le hemos pagado un buen sueldo para hacerlo.
Pero si, además, ha cometido irregularidades, si se ha excedido en sus atribuciones, o si ha infringido la ley, también tendríamos que reconocerlo, condenarlo, y hacer que pague el precio que corresponda.
La madre Teresa de Calcuta fue una persona admirable, y la humanidad le debe mucho. Pero estaría obligada a pagar sus impuestos, y la grúa se hubiera llevado su coche si lo hubiera dejado tapando la entrada de un garaje. Lo uno no tienen nada que ver con lo otro.
El maniqueísmo nos ciega. Buenos muy buenos y malos malísimos. O conmigo o contra mí. Blanco o negro. Todo o nada.
Pero lo cierto es que a Garzón, como a cualquiera de nosotros, se le debe premiar por sus méritos, y castigar por sus faltas.

3 comentarios:

  1. Pues estoy totalmente de acuerdo
    " que a Garzón, como a cualquiera de nosotros, se le debe premiar por sus méritos, y castigar por sus faltas. "

    Pero dicho esto tambien Garzon y cada uno de nosotros, deberiamos tener la garantia de ser juzgados, por un tribunal digno de ese nombre, y no un tribunal politizado, que no se renueva por intereses partidistas...con filtraciones por todos los sitios, lento como el caballo del malo... y eso es lo que hay como tribunal...asi que mal vamos todos.

    Reformar el sistema judicial, hasta el como acceder a la carrera judicial es lo que deberia ser una prioridad. Pero los unos por los otros...la casa sin barrer.

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  2. Y hablando de tribunales, Pilar...

    He leído que al final se ha decidido en Suiza que los animales no dispondrán de abogado ¿no?

    ¡Es una pena! Me hubira encantado ver los vídeos de las facultades de Derecho en las que se estuvieran formando los futuros perros y gatos abogados.

    :)

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  3. Jjaja yo lo que me imaginaba era una asignatura de lenguaje perruno,gatuno, linzuno... luciuno(de los lucios). Este es verdaderamente importante, que por un lucio empezo la cosa...un pescador saco un lucio grande del lago, y estuvo pelenadose con el durante 15 minutos, no podia con el. Si lo hubiera matado en un minuto, todo en orden...pero le duro 15 minutos, eso le provoco al lucio un sufrimiento inadmisible.

    La verdad es que menos mal que ha salido no,(Consiguieron las firmas necesarias, asi que todo hubiera podido pasar)somos mas los que nos queda algo de sentido comun. Pero en el canton de Zürich si tienen derecho a un abogado! Que esto era a nivel federal como se planteaba.

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