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sábado, 28 de febrero de 2009

¿Artistas o gladiadores?

No soy aficionado a los toros, no me atraen las corridas de toros, no entiendo de toros. Alguien me pregunta si el toreo es un espectáculo de artistas o de gladiadores, y se me queda cara de bobo, sin saber qué responder.
Desde luego, en el toreo hay un animal que sufre, y es un espectáculo sangriento, violento, y que acaba con la muerte de un hermoso bicho de 600 kilos, ante un público que vitorea al matador. Como en el circo romano.
También es una manifestación cultural con alto contenido simbólico. Un ritual pormenorizado mediante el que se confrontan el valor y la habilidad –o el arte- del torero con la fuerza y la bravura del animal. Como en el circo romano.
El público es imprescindible para “la fiesta”. Sin público no habría toreo. El público sanciona el espectáculo y a sus actores. Puede aplaudir al torero o al toro. Puede abuchear a uno o al otro. O a ambos. Como en el circo romano.
Así pues, parece que existen grandes semejanzas entre el toreo y las exhibiciones de gladiadores. Pero ¿es esa una razón suficiente para condenar “la fiesta”?
Teniendo en cuenta que todos los toreros hacen su trabajo voluntariamente, sólo se puede rechazar el toreo asumiendo el papel de defensor de oficio del toro. El toro sufre maltrato, el toro es humillado públicamente, se vulneran los derechos del toro.
Pero, además de que podríamos argüir que sufre maltrato cualquier ser vivo que muere a expensas de otro –cosa que sucede millones de veces cada hora en la naturaleza-, ¿no son los otros reproches sino una petulante extensión de ciertas peculiaridades humanas a otros animales? ¿qué saben los toros del concepto de “humillación”? ¿acaso el concepto de “derechos” no es una invención exclusivamente humana?
A mí no me gustan los toros. Ni los espectáculos de gladiadores. Pero si tuviera que prohibier todo lo que no me gusta… me quedaría casi solo en el mundo.

4 comentarios:

  1. Siempre he tenido en este tema una especie de opinión dividida: de un lado, esa parte de mí q ama a los animales y los considera de lo mejorcito de la creación sufre viendo esas bestias preciosas clavadas de banderillas, picadas por esa puya terrible, ensangrentadas y bramando de dolor hacia el final de la faena, casi sin poder respirar, con estertores de muerte, luchando por no caer al suelo, con el miedo y el asombro pintados en sus grandes ojos. Por otro lado, esa otra parte de mí q necesita de la belleza como del aire, se maravilla de la plasticidad, del hermoso ballet q configuran toro y torero; ese tú a tú del enorme animal de fuerza extraordinaria y el hombre q sólo se defiende con un trozo de tela y los quiebros de su cuerpo y su cerebro… Yo veo esa belleza, ese dramatismo, y siempre estoy de parte del toro, q para eso está desamparado y solo en la arena. Había toros de lidia en toda Europa, y sólo se ha evitado su extinción, como de tantas especies, porq están destinados a la plaza. Por otra parte, llevan una vida fácil en el campo, viven muy bien hasta el momento de la corrida; muchos otros animales q “usamos” lo tienen bastante peor.
    A la peña le gusta el circo, siempre le ha gustado. Si surge una pelea en la calle, pronto habrá una muchedumbre alrededor. No para separar a los contendientes, sino para azuzarlos y a ver si se parten el alma delante de todos. Me parece q las personas somos así: crueles y con pasión por la carnaza.

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  2. La verdad es que mi primer contacto con el espectáculo de los toros, empezó de pequeña. A mis padres les gustaban, y me tuve que ver muchas veces las corridas que retransmitían por la tele.
    En aquel momento me parecía un auténtico rollo, porque prefería ver a Bugs Bunny, pero ni la economía daba para tanto como para tener una segunda tv en mi dormitorio como ocurre ahora con los niños, ni los padres de aquellos tiempos ( que una ya tiene unos añitos) decían “amén “ a las ocurrencias y preferencias de los pequeños de la casa . Anda que no me he visto yo corridas comiendo un bocata de mortadela o de chorizo.
    Las he seguido viendo por la tele alguna vez sin prestar demasiada atención, ya que por lo visto no heredé esa afición de mis padres, pero hace unos diez años, me picó el gusanillo de la curiosidad. A mí me encanta la música, y acudir a concierto en directo creo que no tiene nada que ver con las cosas “enlatadas”, así que me dije : lo mismo pasa como con la música, y en directo es mucho mejor.
    Confieso que el espectáculo que algunos tienen por sanguinario ( que reconozco que en parte lo es) a mí nunca me ha quitado el sueño, ni entiendo demasiado tanta pataleta a favor de los derechos de algunos animales. ¡ Coñe ¡ he conocido a personas que se les ponen los pelos como escarpias por ese pobrecito animal “indefenso” ( de más de 500 kg, y unas astas “preciosas”), y no se les mueve una pestaña cuando tienen que putear al personal en el trabajo, o en su casa.
    En este mundo de locos en el que a veces parece que vivimos, en el que hay tantas cosas que parecen, pero que no son, al menos ahí las fuerzas no voy a decir que están igualadas, porque el que muere siempre es el toro, pero hay un señor que a pesar de que gana mucha pasta, se la juega, y hace falta un par de narices para quedarse quietecito viendo venir hacia ti a esa mole.
    No he vuelto a ir a una corrida de toros, sólo estuve una vez en vivo y en directo, pero tengo que confesar que me gustó, así que ya me podéis incluso lapidar por ser tan bárbara . Debo ser algo morbosa, pero me pareció que había momentos…. no sé ni como definirlos, quizá mágicos. Había alegría y jolgorio porque eran las Fiestas del Pilar, mucha gente medio pedo porque corrían las botas de vino de mano en mano, y las peñas no hacían más que dar la tabarra con sus musiquillas, pero hubo momentos en los que había un silencio tremendo y la gente respetaba que la cosa iba en serio, que eso no tiene trampa ni cartón, que hay una animal en la plaza que se entrega, que no se rinde y que pelea a muerte, y que hay en señor con mucho arte ( no siempre) que sabe engañarlo y hacerle ir por donde quiere, sin demostrar el miedo que se debe tener en esos instantes.

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  3. "y que hay en señor con mucho arte ( no siempre) que sabe engañarlo y hacerle ir por donde quiere"
    Al leer eso... en mi imaginación ha aparecido uh Zapatero vestido de luces... moviendo hábilmente la muleta ante las narices de un electorado bravo pero... ingenuo.
    Quizá por eso los toros son "la fieta nacional".

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  4. ¡ Joer ! ¿ Y eso es todo lo que se te ocurre? Te cuento que no me dejaban ver los dibujitos animados porque preferían los toros, que me hacian comer bocadillos de mortadela, que incluso puede que esa forma de actuar haya sido la causante de que yo ahora sea permisiva con esa fiesta, y me hablas de ZP . ¡ No te digooo ! le cuento un culebrón, y me sale con estas . Soy una incomprendida, y tú tienes una cierta fijación con él, que ya sabes que no es santo de mi devoción, pero... ahora a lo que estamos, a los toros

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