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martes, 24 de febrero de 2009

La explotación de mayores

Con frecuencia leemos noticias y opiniones sobre la llamada “explotación de menores”. Generalmente se refieren a las condiciones en las que viven o trabajan menores de edad en países poco desarrollados. La actitud general hacia esa cuestión en España es de absoluto rechazo.
Por una parte habría que recordar que el concepto “menores” es completamente subjetivo, y que un chicarrón de 17 años al que aquí consideramos “menor”, es en gran parte del mundo un hombre que se gana la vida y que tiene una familia. En cuanto vemos la palabra “menores” nos viene a la mente la imagen de criaturas de seis u ocho años, pero lo cierto es que la mayoría de noticias sobre menores se refieren a personas de bastante más edad.
Pero lo que yo quería comentar es la extrañeza que me produce tanta preocupación por la supuesta explotación de los menores de lejanos países, y la absoluta indiferencia con que asistimos a una continuada explotación de los mayores, que tiene lugar en nuestro edificio o que practicamos nosotros mismos.
Me refiero a esos abuelos que son utilizados sin compasión como niñeras, chicos de los recados, personal de limpieza o cocineros. Decenas de miles de jubilados que no pueden disfrutar de un ocio propio en esa etapa al final de su vida porque se sienten obligados a seguir al servicio de sus hijos y sus nietos. Llevar a los nietos al colegio, recogerlos a la salida, hacer la compra para la hija, limpiar el piso del hijo se ha convertido para muchos mayores en una tarea cotidiana.
Es cierto que muchos de ellos lo hacen con agrado. Pero quizá no tantos como quieren creer sus egoístas hijos. Muchas veces más bien se sienten atrapados en la dura ley de las convenciones sociales, y creen que no pueden hacer otra cosa. Pero no es cierto: todas esas tareas pueden llevarla a cabo otras personas. El problema puro y duro es que a esas personas habría que pagarlas, y son legión los hijos que prefieren olvidar esa posibilidad, y dejar que sean los abuelos los que sigan trabajando gratis.Al menos podían tener la decencia de –con el dinero que se ahorran- pagarles unas buenas vacaciones anuales a esos mayores explotados de los que nadie quiere acordarse.

1 comentario:

  1. Si, muchos lo hacen con agrado, pero algunos son conscientes de la situación que atraviesan, conscientes de que están absolutamente puteados, con perdón.
    Hace poco oí un conversación en el super. Estaba esperando que me tocara el turno, y delante mío había dos señoras de cierta edad charlando. Una se despedía de la otra con cara de velocidad mientras le comentaba: "hay que joerse, que llevo toda la vida criando hijos y currando, mi marido se ha jubilado lo mismo que yo, y ahora que podía disfrutar un poco, estoy sujeta a los horarios de todo el mundo. Me voy corriendo, que tengo que preparar la comida para mis hijos, y antes tengo que recoger a los nietos del cole"

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