“Experiencia es lo que obtienes cuando no obtienes lo que quieres”.
Esta afirmación me ha recordado aquella otra que dice: “Aprendemos a base de golpes”.
Es la dicotomía del éxito y el fracaso. Todos buscamos el éxito, o al menos nadie busca el fracaso. Por otra parte, resulta que la experiencia ayuda a conseguir el éxito; y que los fracasos ayudan a conseguir la experiencia. Entonces ¿habrá que considerar que el fracaso es una buena cosa? Todo un galimatías.
O algo muy simple. La naturaleza funciona en base al método de “prueba y error”. Todos los seres vivos practican esa forma de evolución. Cuando realizan cualquier acción por primera vez, puede ocurrir que tengan éxito en su meta o que no. En el primer caso aprenden algo que les será útil. En el segundo aprenden algo que no tienen que hacer. El único problema en la naturaleza consiste en que a menudo el fracaso les puede costar la vida. Por lo demás, el método funciona a la perfección. La ciencia también se sirve de él. En los laboratorios se realizan miles de experimentos hasta que uno de ellos da lugar al éxito que se buscaba.
En la sociedad actual ¿dejamos los padres que nuestros hijos apliquen ese método?
Con mucha frecuencia, no. Los padres ya tienen una experiencia de la que sus hijos carecen. Y movidos por el deseo de que sean lo más felices posible, tienden a anticiparse a ellos y les dan las soluciones sin que tengan que descubrirlas por sí mismos.
El resultado son unos adolescentes que han conseguido muchas cosas que desean, pero que apenas han podido adquirir experiencia. Pero ¿para qué quieren experiencia si ya tienen lo que necesitan? ¿Merece la pena que sufran fracasos? ¿De qué sirve la experiencia si no tienen lo que quieren? ¿Es inevitable el fracaso para obtener experiencia? ¿Acaso la experiencia ayuda a ser feliz?
Hace muchos años, estabamos en casa de unos amigos, y estaba su hijo jugando con la puerta, yo misma le dije, te pillaras los dedos...de pronto se oyeron unos lloros, y el padre dijo "es el oficio que entra", me quede pensando, y cuantas veces no he repetido despues... "es el oficio que entra".
ResponderEliminarEsta claro que dejar hacer experiencias... que pudieran entrenar como resultado, el fin de poder hacer cualquier otra experiencia, no solo lo desaconsejo, creo que hay que impedirlo con todos nuestros medios. Pero evitar a nuestros hijos unos pequeños sufrimientos, y unos pequeños fracasos...creo que no es aconsejable. Alguna vez he asistido como observadora de algun fracaso, que hubiera podido evitar, pero que no evitandolo, ha servido para evitar muchos otros...porque eso de que "escarmienta en cabeza ajena" no siempre es valido...uno sabe lo que es el dolor, cuando uno lo sufre, no cuando se lo cuentan. Uno sabe el valor de las cosas, cuando se las ha tenido que ganar, no cuando se las han dado en bandeja.
"Lo verdaderamente importante es que tus hijos sepan lo que tu piensas, no que hagan lo que tu les digas" No se si es asi textualmente, creo que es de Miret Magdalena, la frase. Mucho dialogo, compartir experiencias, pero no evitar los tropiezos ni ir quitando piedras, enseñarles que las piedras existen...que unas se pueden quitar, que otras habra que saltar...y otras subirse encima de ellas...
Como decía un filósofo griego: "entre el más y el menos está en buen medio".
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