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viernes, 13 de febrero de 2009

La doble vara

Cuentan que en una ocasión se encontraron dos mujeres maduras, antiguas compañeras de instituto, y que hacía años que no se veían. En el curso de la conversación, una le preguntó a la otra: “¿Tienes hijos?”. A lo que respondió: “Sí, tengo una hija. Se ha casado hace dos años, y su marido es una joya. Va a la compra, limpia la casa, cocina, plancha, y se ocupa del bebé”.
La amiga respondió con gesto de envidia: “¡Qué suerte! Yo tengo un hijo, también casado. Pero no ha acertado con la mujer. Mi pobre hijo tiene que hacer la compra, limpiar la casa, cocinar, planchar, y hasta ocuparse del bebé”…
Las personas utilizamos habitualmente una doble vara de medir. En realidad se trata de dos varas, con graduaciones diferentes, que proporcionan medidas muy distintas según cuál de ellas empleemos. Generalmente utilizamos siempre la vara que más nos favorece para medir nuestras cosas, y la más desfavorable para medir las cosas de los demás.
Una de las variantes del uso de esa doble vara lo encontramos a la hora de atribuir causas a los acontecimientos de nuestra vida. Existe uan tendencia a pensar que los aciertos y los logros que conseguimos se deben a nuestro esfuerzo o nuestra inteligencia, mientras que preferimos atribuir nuestros fracasos a causas externas.
Sin duda resulta más consolador pensar que son otros los responsables de mis fallos. Eso permite mantener mi autoestima, evita los sentimientos de culpabilidad, y nos exime de esforzarnos para hacerlo mejor. Pero resulta muy poco útil para afrontar nuevos retos. Mientras no asuma mi responsabilidad en mis fracasos, no podré ver qué cosas he hecho mal, y así difícilmente podré corregirlas en futuras ocasiones. Un buen método para evitar esa perniciosa costumbre es el de tomarse unos minutos para –ante cada situación- tratar de invertir los papeles: ¿qué pensaría yo si esto en vez de a mí le hubiera sucedido a mi vecino? ¿qué me parecería si en vez de haberlo hecho mi vecino lo hubiera hecho yo?

6 comentarios:

  1. Quizas no se trate de dos varas distintas. Para medir hace falta poner la bara en un determinado sitio...estirarla...leer la medida en el otro. Cuando uno esta pegado a eso que se quiere medir...cuando forma parte de eso que se quiere medir...esta condicionado por la distancia de su brazo...no puede alejarse mas, no puede medir la totalidad.
    Para poder medir "objetivamente" hay que observar a una cierta distancia, y esta es imposible cuando se esta pegado, unido a lo que quiere observar, medir.

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  2. Sí... lo de la distancia tiene sentido.
    Aunque... también desde la distancia se ve con menos detalle.
    El caso es que a los empresarios les parece que los trabajadores hacen el vago; a los trabajadores que los empresarios se llevan la pasta por la cara. A los ciudadanos les parece que el gobierno no tiene ni idea de gobernar, y al gobierno que la gente tiene aún menos. Al cliente le parece que el camarero del restaurante es una tortuga, y al camarero le parece que el cliente se cree Dios.

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  3. Es cierto que utilizamos dos varas de medir, pero yo creo que también es cierto que en algunos fracasos influyen causas externas, y no siempre la culpa es de uno mismo.

    Nadie debería sentarse en un rincón y ponerse a llorar las penas, o darse de cabeza contra la pared, porque no conduce a nada echarle la culpa de todo a tu mala suerte, y esperar a que cambie adoptando una postura pasiva, pero también es cierto que no todo el mundo tiene las mismas circunstancias, ni tiene que enfrentarse a las mismas cosas.

    Para andar el camino hay que hacer un esfuerzo, pero unos llevan alpargatas de cáñamo, y otros se pueden permitir llevar unas deportivas estupendas de última generación con las que más de correr, vuelas. Unos tienen un caminito llano y sin piedras, y otros una cuesta empinada con barranco incluido, que hace sudar tinta china

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  4. No podemos, muchas veces, modificar las condiciones de nuestra vida, ni las cosas q nos pasan, ni los reveses de la salud o el trabajo... lo q sí podemos es cambiar nuestra actitud ante eso. En realidad, es lo único q podemos hacer. Ponerse en lugar del otro puede ser complicado, no todos tenemos esa capacidad de empatía. Pero, cuando eso se logra, es increíble lo q podemos llegar a aprender.

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  5. "lo q sí podemos es cambiar nuestra actitud ante eso".
    Estoy de acuerdo con eso. Es lo único que podemos hacer ante situaciones externas, que no dependen de nosotros.
    Lo que pasa es que con frecuencia... nuestra actitud es quejarnos, clamar contra nuestra "mala suerte", preguntarnos "¿qué he hecho yo para merecer eso?", y otras reacciones igual de inútiles.

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  6. "Empatía", "objetividad" "varas de medir no sé qué qué sé yo"...conceptos interesantes para los que tengo algo que decir. La gente se define como empática muy gratuitamente. Porque para empatizar hay que hacerlo hasta las trancas, y me explico; no se trata solamente de ponerse en el lugar del otro en determinadas situación, se trata de conocer su historia, sus sentimientos, sus miedos, sus deseos...y un largo etc.
    Respecto a la "objetividad" esa es una palabreja a mi no me dice nada. Bueno, matizo, no me dice nada cuando estamos hablando de personas. No creo en la posibilidad de ser "objetivo" nunca, en ninguna circunstancia.
    y lo de la vara de medir....sin comentarios que no me da tiempo...volveré a entrar y seguiré, que me están llamando para cenar...

    Saludos!

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