............

............

lunes, 23 de febrero de 2009

Puntos para el conflicto

Un conocido –que está sin trabajo- me contaba hace poco que había ido a inscribirse para realizar un curso de formación. Sólo había doce plazas disponibles, por lo que tenían que seleccionar a los candidatos. Tuvo que hacer un pequeño examen, pero le informaron que, aparte de la puntuación del examen, se otorgaba un punto adicional por ser mujer, otro en caso de tener alguna discapacidad, y otro por ser inmigrante.
Voy a pasar por alto lo que tiene esa medida de machista, al equiparar a las mujeres con los discapacitados. Pero cuesta entender que si hay dos personas sin trabajo se le den más facilidades a una de ellas por el hecho de no haber nacido en España. Hay mucha gente que continúa pensando eso de “España para los españoles”, una postura poco coherente con la creciente globalización. Además, la cualidad de una persona no está escrita en su pasaporte, sino en su inteligencia, sus valores y sus ganas de trabajar.
Parece razonable ayudar más a quién más lo necesita. Pero pensar que cualquier inmigrante necesita más ayuda que cualquier español es una confusión absurda. Hay inmigrantes con trabajo mientras que otros españoles no lo tienen, y al revés. Por lo tanto habría que ayudar a todos los desempleados, independientemente de su nacionalidad o su sexo. Y no sólo por puro sentido común, sino porque además la Constitución establece que nadie puede ser discriminado por razón de etnia.
Y en último extremo, habría que dejar de hacer estas tonterías por mera prudencia. Semejantes reglas discriminatorias para los españoles sólo pueden dar lugar a enconar los ánimos contra los inmigrantes, contra todos ellos. Eso sería muy injusto, y acarrearía graves consecuencias. Las medidas torpes como esa de privilegiar injustificadamente a los inmigrantes pueden dar lugar a reacciones de rechazo o agresión igualmente injustificada hacia ellos. Cada punto injustamente regalado a un inmigrante puede llegar a convertirse en un punto más en el grado de xenofobia de muchos españoles.

2 comentarios:

  1. Intentando favorecer, basandose en no se que criterios, a los que consideran mas "disminuidos" no se consigue favorecer la convivencia.

    El criterio para la eleccion de una persona, deberia de ser solo y exclusivamete que "esa persona es la mas capacitada, para desempeñarlo de las que estaban disponibles"
    Si coinciden ser mujer, ser inmigrante, tener una discapacidad, estas caracteristicas, pueden llegar a pesar mas que la capacidad para desarrollarlo, y poner en ese puesto una persona incapaz de llevarlo a cabo.

    Porque valorar lo que no aporta nada para desarrollar de la mejor manera ese trabajo?

    Si por ser inmigrante, se tienen mas posibilidades de obtener un puesto...estara plenamente justificado pensar "que me quitan el trabajo" con esto no favorecemos la integracion, se favorece el racismo.

    ResponderEliminar
  2. El racismo está ahí... latente. Por mucho que la gente diga con la boca pequeña que no son racistas.
    Hace unos años había un negro en el barrio de Las Fuentes. Estaba perfectamente integrado desde hacía mucho. Tenía una pequeña churrería, no daba ningún problema, y era aceptado y apreciado por los vecinos.
    Pero un grupo de niñatos la tomaron con él, y en repetidas ocasiones atacaron la churrería, produciendo daños diversos.
    Al final el negro optó por cerrar y marcharse. Se fue en silencio, expulsado por la barbarie de unos descerebrados.
    A mí aquél hecho me indignó y me produjo mucha tristeza.
    En tiempos de crisis, con un paro galopante, las autoridades deberían tner mucho cuidado con las tonterías que suelen hacer. La chispa del conflicto y de la violencia contra los inmigrantes puede saltar en cualquier momento.
    Y el ambiente.... está hecho de vapores de gasolina.

    ResponderEliminar

Puedes usar este ventanuco para escribir tu comentario